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Mi madre solía decir que mi padre era un hombre ejemplar, que somos un hogar hermoso lleno de amor.
Yo adoraba cuando nos contaba a mi hermano, Park y a mí, sus historias de cuando se conocieron, en ese entonces solía pensar que el amor lo era todo.  Podría decir que éramos felices, hasta que todo cambió cuando mi padre cambió de trabajo; su estrés era tan grande que se volvió casi, casi un ogro en casa, mi madre trataba de soportarlo pero el cambio radical de mi padre hacía llorar a mi madre.

Yo no soportaba sus peleas. Mi hermano solía protegerme, aunque también me fastidiaba mucho por ser una llorona, de todos modos, me hacía sonreír. Pero, las cosas cambiaron el día en el que él empezó a cursar la secundaria. Dedicaba tiempo completo a sus amigos y yo me sentía sola. No es necesario decir que nuestra familia se sintió vacía por más que estuviéramos juntos porque era obvio y eso me dolía.
"En dónde quedó el amor que nos teníamos", pensé en muchas ocasiones.

Fue entonces que presencié una más de las peleas de mis padres y esa fue la gota que derramó el vaso. Ellos decidieron separarse; papá se fue de casa y mi hermano alquiló un departamento en la otra calle.
Cuando todo eso pasó, yo cambié y dije para mis adentros que el amor no existe porque todo es pasajero y nunca es, ni será para siempre.
Desde este momento mi forma de pensar cambió, ya no me resultaba fácil confiar en alguien, mucho menos en los muchachos.
De esta forma se dió el inicio de una nueva vida para mí, una nueva yo a la que mis amigas no reconocieron al llegar a la escuela.

Aprendiendo Sobre el Amor | Sehun y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora