______ estaba deseando volver a la oficina para llamar a Chloe y contarle lo de su cita del sábado con Justin.
—Me alegro por ti —dijo Chloe con voz alegre al escuchar la noticia—. Caerse del caballo ha debido de servirle para adquirir algo de sentido común. Al menos ahora sabes por qué nunca antes se te acercó. Entiendo que tu padre le advirtiera que se alejara de ti. He oído que los Bieber tenían muy mala fama en aquellos tiempos.
______ asintió.
—¿Y crees que he hecho lo correcto al acceder a salir con él?
—Vamos, ______, no te atrevas a preguntarme eso. Llevas toda la vida amando a ese hombre. Has llegado incluso a acostarte con él.
______ dejó escapar un suspiro profundo.
—Pero él no lo sabe. Al menos eso creo.
—¿De verdad crees que no lo sabe?
—Creo que sí, y que ésa fue la razón por la que se sentó conmigo en la mesa.
Escuchó cómo Chloe resoplaba.
—¿Por qué te empeñas en pensar que no eres digna de Justin cuando tienes mucha más clase que todas esas mujeres con las que sale?
—Precisamente por eso, Chloe. No soy la clase de mujer que a él le gusta. No puedo competir con Ashira Lattimore y su historial de citas. Y todo el mundo sabe que ella lleva años tratando de llamar su atención.
—Yo la conozco y es una mimada, egocéntrica y posesiva. No vale para esposa.
—¿Esposa? —______ se rió—. Tener una esposa es en lo último en lo que piensa Justin. Lo sabes tan bien como yo.
—Sí, pero estoy segura de que mucha gente diría lo mismo de Ramsey antes de que yo apareciera en escena. Así que eso significa que un hombre puede cambiar de opinión cuando encuentra a la mujer adecuada. Lo único que tienes que hacer es convencer a Justin de que eres esa mujer.
______ se estremeció ante la idea de intentar hacer algo así. Ni siquiera sabría por dónde empezar.
—Para ti es fácil decirlo y hacerlo, Chloe. Siempre has estado muy segura de ti misma.
—En ese caso deberías tratar de hacer lo mismo. Piénsalo, ______. Es evidente que tienes a Justin a mano. Ahora es tu oportunidad de retenerlo. Ya sabes lo que pienso sobre las oportunidades perdidas. ¿Cómo habrían terminado las cosas si hubiera aceptado la negativa de Ramsey a ser la portada de mi revista? Supe lo que quería y decidí ir a por ello. Creo que tú deberías hacer lo mismo.
—No sé —respondió ______ suspirando.
Aquélla no era la primera vez que Chloe le sugería algo así. Una parte de ella sabía que su amiga tenía razón, pero lo que sugería era más fácil decirlo que hacerlo. Al menos para ella.
—Piénsalo. Sólo faltan dos días para el sábado, y si yo fuera tú, cuando Justin viniera a mi casa a buscarme me aseguraría de que al mirarme supiera que iba a disfrutar de cada minuto que pasara a mi lado. Es tu oportunidad, ______. No dejes que se te escape.
Unos instantes más tarde, tras colgar el teléfono, ______ seguía indecisa. Nada le gustaría más que despertar el interés de Justin, pero ¿y si fracasaba en su esfuerzo por conseguirlo? ¿Y si no podía conseguir que el único hombre al que había amado la amara a ella a su vez? ¿Cabía alguna posibilidad de que estuviera equivocada respecto al tipo de mujeres que Justin prefería?
Una de las cosas que había dicho Chloe era cierta. Nadie hubiera imaginado que Ramsey Bieber se enamorara. El hombre llevaba años sin dar su brazo a torcer, y la mujer con la que había intentado casarse había anunciado en medio de la boda que estaba embarazada de otro hombre. Y sin embargo se había enamorado de Chloe aunque no quisiera hacerlo. Así que tal vez hubiera esperanza para los demás Bieber solteros, pero sobre todo para Justin.
—He oído que últimamente te interesa la ropa interior de mujer, Justin. ¿Se debe a alguna razón?
Justin se apartó lentamente de la mesa de billar con el palo en la mano y miró a cada uno de los hombres que estaban en el interior del escasamente iluminado sótano. Ahora que sabía quién era su visitante nocturna no le iba a revelar a nadie su identidad, ni siquiera a Zane.
—Por ninguna razón —le contestó a su primo Canyon, que era cuatro años más joven.
Canyon sonrió.
—Bueno, aunque a mí no me has preguntado, te diré que las mujeres con las que yo salgo no llevan ropa interior.
Justin sacudió la cabeza y se rió entre dientes. No le resultaba difícil de creer. Observó a los otros hombres que habían ido a beber de sus cervezas mientras esperaban su turno en la mesa del billar. Su hermano Zane y sus primos Jason, Riley, Canyon y Stern. Estaban tan unidos como si fueran hermanos. Zane sabía más que los demás sobre el asunto de la ropa interior, pero Justin estaba convencido de que su hermano no diría nada.
—¿Y qué es eso que he oído de que vas a salir con ______? Creí que el viejo Conyers te asustó lo suficiente hace años para que no te acercaras a ella —dijo Jason riéndose.
Justin no pudo evitar sonreír.