XXX

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______ observó la sonrisa sensual que se dibujó en labios de Justin y supo que estaba metida en un problema. Por alguna razón, sabía que aquella sesión de amor iba a ser diferente, pero no sabía en qué sentido.

—Nos vamos a quedar aquí todo el fin de semana —le susurró él en voz tan baja que sintió cómo le ardían los dedos de los pies y le subía el calor por todo el cuerpo.

______ estaba tratando de entender lo que le había dicho sobre quedarse allí todo el fin de semana. ¿Estaba haciéndole saber que pretendía tenerla allí, en la cama, la mayor parte del tiempo? Antes de que pudiera seguir pensando en ello, Justin alzó una mano y la dirigió directamente hacia su seno, donde comenzó a juguetear con uno de sus oscuros pezones.

—Me gustan tus senos. Sobre todo lo bien definidos que están y lo fácilmente que me los puedo introducir en la boca. Así.

Inclinó la cabeza y su lengua rígida le lamió el pezón durante un instante antes de introducírselo en la boca y empezar a succionarlo.

______ cerró los ojos mientras una multitud de sensaciones se le arremolinaban en la juntura de los muslos en respuesta al movimiento de los senos. La boca de Justin era como una aspiradora que atraía cada vez más su pezón hacia el interior de su boca mientras su lengua caliente practicaba todo tipo de perversiones. Cambió de seno para introducirse el segundo pezón, y ella observó con los ojos entornados cómo continuaba devorándola así.

Unos instantes más tarde, Justin se apartó para ponerse de cuclillas y mirarla con una sonrisa de satisfacción en los labios. Entonces fue cuando sintió el deseo en él, y la idea de que la deseara tanto le provocó una oleada de excitación en la sangre.

—Y ahora las almohadas —dijo agarrando las dos y colocándoselas bajo las caderas.

______ no tuvo que preguntar qué iba a hacer y gimió suavemente ante la visión que se le pasó por la mente. Cuando la tuvo en la posición que deseaba, con la parte inferior de su cuerpo elevada a la altura que quería, siguió mirando aquella parte de su anatomía.

—Eres preciosa —susurró—. Toda tú. Pero sobre todo en esta parte —dijo extendiendo la mano y acariciándole suavemente el muslo por dentro, permitiendo que sus dedos se dirigieran hacia los femeninos pliegues que ella sabía que estaban húmedos y preparados para sus caricias.

______ no pudo evitar responder y gimió mientras sus dedos continuaban acariciándola de aquel modo tan íntimo, provocando en su interior una oleada de sensaciones. Cuando insertó dos dedos en su interior, dejó escapar un gemido profundo y echó la cabeza hacia atrás, incapaz de evitar que las caderas se le apretaran contra las almohadas. Y cuando Justin inclinó la cabeza, le clavó los dedos en los hombros.

—El aroma está muy relacionado con el sabor —susurró él respirando contra sus femeninos pliegues—. Estás muy húmeda —dijo con suavidad soplando a través de sus labios—. Como no puedo secarte con aire, voy a tener que hacerlo lamiéndote.

Sus palabras transformaron todas las células de su cuerpo en un estado salvaje. ______ se agitó instintivamente contra su boca y él respondió agarrándole las caderas y deslizando la lengua en sus femeninos pliegues.

—¡Justin!

Le soltó los hombros para agarrarse a su cabeza. No para apartarle, sino para mantenerle allí. Allí, en aquel ángulo perfecto, en aquella posición tan sensual mientras su boca la devoraba como si fuera el alimento más sabroso que había probado en su vida.

Siguió gritando su nombre una y otra vez, pero eso no le detuvo. Utilizaba su lengua para marcar a la mujer que deseaba. Y la certeza de que ella era esa mujer hizo que se sintiera más y más hipnotizada por cada caricia de su lengua.

Y cuando no pudo seguir soportándolo y su cuerpo empezó a convulsionar violentamente en un gigantesco orgasmo, Justin no se retiró, sino que siguió haciéndole el amor de aquella manera hasta que el último escalofrío le hubo recorrido el cuerpo. Entonces fue cuando le retiró las almohadas de debajo del cuerpo antes de montarla.

—______.

Su nombre fue un suspiro ansioso en labios de Justin. Un ansia que sólo se había apaciguado ligeramente. Y cuando abrió los ojos y le miró en el momento exacto en que entraba en ella, abrió las fosas nasales y sintió cómo su virilidad crecía todavía más dentro de ella.

—Tómame, nena. Agárrate a mí. Sácame todo lo que quieras —le pidió en un tono gutural.

______ apretó los músculos y le agarró con ellos, presionándolo. Lo único que pudo hacer Justin fue echar la cabeza hacia atrás, consciente de que estaba a punto de disfrutar de la cabalgada de su vida. Aquél iba a ser un encuentro que nunca olvidaría.

Empezó a moverse, a embestirla entrando y saliendo, y cuando ella empezó a moverse al mismo ritmo y se escuchó el sonido de la carne contra la carne, Justin dejó escapar un gruñido rabioso. Y cuando ______ le enredó las piernas a la cintura y frotó los senos contra su pecho, se inclinó sobre su boca y capturó los labios con los suyos.

Justin pensó que no había nada comparable a besar a una mujer mientras se le hacía el amor, sabiendo que tu cuerpo estaba profundamente plantado dentro del suyo, sabiendo que se acercaba un clímax estruendoso por el horizonte. Y cuando ______ gimió dentro de su boca, se retiró y la miró porque quería ver el momento exacto en el que el orgasmo la atravesaba.

Observó fascinado y sin aliento cómo el placer que le estaba proporcionando le desfiguraba las facciones, la hacía temblar. Fue entonces cuando sintió cómo su propio cuerpo hacía explosión, y la penetró más profundamente de lo que había ido nunca.

La noche de su vida | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora