XXVI

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Justin sacudió la cabeza.

—Pensé que ya que estoy aquí podría llevarte a la universidad. Esta noche tienes clase, ¿verdad?

—Sí, pero ¿por qué iba a querer que me llevaras? Tengo coche.

—Sí pero no quiero que te pongan una multa de aparcamiento. Me has hablado del profesor que tienes los lunes y cómo odia que la gente llegue tarde. También mencionaste que esta noche tienes un examen. Vas a llegar tarde.

______ consultó su reloj y se quedó muy quieta. No era consciente de haber dormido tanto. Tenía que estar en clase dentro de veinte minutos y tardaría más tiempo en atravesar la ciudad. El profesor Turner ya había advertido a los alumnos que cerraría la puerta a las siete en punto, y Justin tenía razón, aquella noche había examen final.

Se puso los zapatos y rodeó a toda prisa el escritorio para agarrar el bolso.

—¿Y cómo se supone que vas a llevarme más rápido que yo misma conduciendo? —preguntó saliendo a toda prisa por la puerta.

Justin la seguía muy de cerca.

—Tengo mis maneras —aseguró sacando el teléfono del bolsillo—. ¿Pete? Soy Justin. Necesito un favor.

______ miró hacia atrás mientras cerraba la puerta. Estaba llamando a Pete Higgins, uno de los ayudantes del sheriff y también uno de sus mejores amigos.

—Necesito escolta desde Sencillamente Irresistible hasta la universidad, y tenemos que estar allí en menos de quince minutos —Justin sonrió—. De acuerdo, ya bajamos.

La miró cuando se guardó el teléfono en el bolsillo.

—Dejaremos tu coche aquí y volveremos a buscarlo después de clase.

______ frunció el ceño cuando entraron en el ascensor.

—¿Por qué no puedo llevar mi propio coche y que tu amigo Pete me escolte?

Justin sacudió la cabeza.

—No funciona así. Sabe que estoy tratando de impresionar a mi chica.

—Yo no soy tu chica, Justin.

—Claro que sí. ¿Por qué si no susurrarías mi nombre en sueños?

______ torció la cara y decidió que aquélla era una pregunta que no necesitaba contestación. Además, ¿qué respuesta iba a darle?

Cuando llegaron a la planta baja, las cosas sucedieron muy deprisa. Justin le quitó la bolsa del ordenador del hombro y lo puso en la parte de atrás de su camioneta. Cuando la hubo instalado en el asiento del copiloto, Pete apareció con el coche patrulla, las sirenas encendidas y una gran sonrisa en el rostro. La saludó con una inclinación de cabeza antes de subir los pulgares mirando a Justin.

Por suerte ______ llegó a clase de una pieza y a tiempo. Una hora más tarde, cuando hubo terminado el examen y dejado el bolígrafo a un lado, en lugar de repasarlo para asegurarse de que no necesitaba hacer cambios de última hora, su mente se dirigió hacia Justin.

Sacudió la cabeza. Qué no serían capaces de hacer algunos hombres por un trozo de carne, pensó. A pesar de lo que Chloe pensara, sabía que para él probablemente sólo sería eso. Por supuesto, estaba tratando de impresionarla para demostrar que tenía razón, y el hecho de que la hubiera pillado soñando con él era suficiente para que se pasara el resto del año con una bolsa de papel marrón tapándole la cara.

Y lo peor de todo era que iba a recogerla cuando terminara la clase. No tenía opción si quería volver a casa sin tener que tomar el autobús. Una parte de ella estaba furiosa por lo bien que le habían salido las cosas a Justin en ese sentido. La llevaría a su coche y nada más. Si pensaba que iba a suceder algo más, estaba muy equivocado.

La noche de su vida | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora