XXXIII

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Los siguientes días transcurrieron muy deprisa y todo el mundo estaba emocionado cuando Gemma volvió a casa y confirmó el rumor de que Callum y ella iban a ser padres dentro de siete meses. Se decidió organizar una comida al aire libre para darle la bienvenida a la pareja y celebrar la buena noticia. Había otro bebé Bieber en camino.

Justin , sus hermanos y sus primos estaban jugando a la herradura cuando alguien tocó la campana y anunció que era la hora de comer. Los hombres entraron en la cocina de Dillon para lavarse las manos, y Zane se inclinó para susurrar:

—Parece que ______ es una Bieber más, Justin .

Él deslizó la mirada hacia el jardín, donde ella estaba ayudando a Chloe y a Megan a poner la mesa. Zane tenía razón.

Parecía que aquél fuera su lugar, sobre todo porque lo era. En cierto modo siempre lo había sabido. Y ahora estaba esperando pacientemente a que ella también se diera cuenta.

Habían pasado mucho tiempo juntos últimamente. Para él se había convertido en rutina ir a casa a ducharse después de trabajar con los caballos y luego dirigirse todos los días a casa de ______. Las clases habían terminado, y ella estaba la mayoría de las noches en casa ahora. Cocinaban juntos la cena, a veces iban al cine, y los viernes por la noche iban a patinar. Pero también disfrutaba de las ocasiones en las que se quedaban acurrucados en el sofá viendo vídeos.

Como si hubiera presentido que la miraba, ______ alzó los ojos al instante y entre ellos se produjo una conexión instantánea y una química sexual, como siempre ocurría. Justin sonrió con coquetería y se tocó el ala del sombrero a modo de saludo. Ella también sonrió antes de volver a centrarse en lo que estaba haciendo.

—Creo que te gusta —dijo Zane recordándole a Justin que estaba ahí.

Justin sonrió a su hermano, pero se negó a morder el anzuelo.

—Claro que me gusta. A todos nos gusta.

—Vamos, no seas ****a, Justin . Estás enamorado de ella. Admítelo.

Justin se limitó a sonreír y volvió a mirar hacia donde ______ estaba sentada. Las mujeres se habían arremolinado en el porche para escuchar las historias de Gemma sobre su aventura australiana y cómo se estaba acostumbrando a su papel como la señora de Callum Austell.

Justin no podía evitar seguir mirando a ______.

Cada vez que la veía o pasaba tiempo a su lado se enamoraba más y más de ella. Ahora entendía por qué Dillon, que había salido de casa para investigar los rumores que habían oído sobre Raphael, regresó menos de un mes después convertido en un hombre prometido. Pensó que su primo se había vuelto loco, pero cuando conoció a Pam y vio cómo Dillon se iluminaba cuando estaba cerca de ella, lo entendió. Pero nunca pensó que algo parecido pudiera ocurrirle a él.

Se había equivocado.

Justin se centró en el presente cuando Jason les contó las últimas noticias sobre la nieta de Savannah del viejo Bostwick. La gente estaba diciendo que la mujer iba a venir a la ciudad dentro de un par de semanas para reclamar su herencia. Jason estaba ansioso y deseando que la joven aceptara la oferta que iba a hacerle por Hercules y por las tierras.

—Parece que tenemos visita —susurró Canyon.

—Al menos tú, Justin .

Justin frunció el ceño cuando vio al deportivo de Ashira Lattimore parándose en la entrada. No pudo evitar preguntarse qué querría, teniendo en cuenta que sabía que no estaba invitada. Además, Ashira y sus hermanas no se llevaban bien.

—Hola a todos —saludó ella agitando la mano como si tuviera todo el derecho a estar allí.

El rostro se le iluminó cuando vio a Justin y se dirigió directamente hacia él.

—Justin , cariño, te he echado de menos —le echó los brazos al cuello y le plantó un beso en los labios delante de todo el mundo.

Él le apartó los brazos y se la quedó mirando.

—¿Qué estás haciendo aquí, Ashira?

—He venido a verte —respondió ella con un puchero.

—Yo no vivo aquí —murmuró Justin molesto.

—Lo sé, pero no estabas en casa y tenemos que hablar.

—¿De qué?

Ashira se puso de puntillas y le susurró al oído:

—De ese caballo que quieres venderle a mi padre. Ya que lo va a comprar para mí, creo que tendremos que hablar del tema, ¿no te parece?

—Ahora mismo estoy ocupado, Ashira.

—Pero quieres hacer esa venta, ¿verdad? Mi padre está dispuesto. Quiere verte ahora en el rancho.

Justin sabía que tenía que poner a Ashira en su sitio de una vez por todas, pero aquél no era el lugar para hacerlo.

—De acuerdo, vamos —dijo agarrándole la mano y tirando de ella hacia el coche—. Volveré enseguida —gritó girándose hacia la gente—. Tengo que ocuparme de un asunto.

Estaba enfadado. No le importaba tanto la venta del caballo como Ashira pensaba. Si pensaba que era una zanahoria que podía ponerle delante para que hiciera lo que ella quería, estaba muy equivocada. Tendría que haberla puesto en su sitio hacía muchos años.

Estaba tan decidido a llevarla a algún lugar apartado para decirle lo que pensaba que no se dio cuenta de la mirada victoriosa que la mujer le lanzó a ______ por encima del hombro.

La noche de su vida | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora