1

8.9K 520 133
                                    

Colin estaba en la cafetería de la escuela, esperando por Louie junto a Mickey.

—¿Hace cuánto nos conocemos? —preguntó Mickey.

—Dos años, casi tres —contestó Colin concentrado en el taco frente a él.

—¿Piensas comerlo? Haz estado viéndolo como por diez minutos —Colin volteó a verlo.

—Me preguntó si comerlo sería una buena idea —volvió su vista al taco— sin duda la comida de la cafetería es asquerosa, pero esta vez se pasaron.

—Si no te lo vas a comer tiralo —propuso con una sonrisa, la situación era divertida.

—Esperaré a que venga Louie, él tal vez lo quiera.

—¿Qué yo quiera qué? —preguntó el mencionado llegando detrás de Colin.

—Un taco —contestó viéndolo.

—Damelo —exigió.

—Todo tuyo —le pasó el plato, riendo.

—En fin, Colin... —empezo Mickey— Louie y yo siempre vamos a acampar en vacaciones de verano y como estamos a escasos días de salir de aquí queríamos invitarte con nosotros.

—¿En dónde acampan? —preguntó, viendo divertido como Louie se comía el taco.

—En la montaña que esta a una hora de aquí.

—No esta tan lejos... cuenten conmigo, aunque aún tengo que avisarle a mis padres.

—Prepara tus cosas para dos semanas entonces —habló Louie con la boca llena, muy apenas se le entendía.

—Eres asqueroso Louie —se quejó Mickey.

—Deberías probarlo, no sabe tan mal como se ve —le acercó el taco.

—No gracias —rió.

—Como quieras.

—No entiendo como fuiste aceptado en la misma universidad que nosotros —rió Colin también.

—Mis gustos en comida no interfieren con mi inteligencia idiota —le dio un codazo.

—Sigue comiendo —palmeo su espalda.

—¿No les emociona entrar a la Universidad? —preguntó Mickey, después de que Louie terminará de comer.

—Extrañaré aquí, lo único que me emociona es que habrá chicas más lindas —contestó Louie, con una sonrisa.

—Eso si, no puedo esperar para ver que tipo de chicas habrá —rió— ¿no lo crees, Colin?

—Claro —contestó, mientras se levantaba— tengo que llamar a mi mamá, ahorita regreso.

Louie y Mickey siguieron hablando, esperando a que Colin regresara para ir a casa juntos.

—¿Le haz pedido permiso a tu madre? —preguntó Louie, abrazando a Colin.

—Si, dijo que estaba bien... en cuanto le mencioné a Mickey dijo que si —lo abrazó también.

—Tu madre lo ama, me duele ¿sabes? —lloriqueo falsamente, recargando su cabeza en el hombro de su compañero.

—No seas dramático —rió Mickey, quitando a Louie y abrazando él a Colin— es obvio que su madre me prefiere a mi y también Colin.

—Ey ya, háganse a un lado —dijo entre risas quitando a Mickey.

—Será genial, ¿no? —empezo Mickey, poniéndose entre Colin y Louie— solo nosotros tres por dos semanas —tomó a Louie por los hombros— y ahora que tenemos 18 podremos comprar alcohol.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora