—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Colin, quien recién despertaba.
—Mucho mejor, gracias a ti lindo —sonrió para después besar la frente de Colin.
—¿Aún te duele? —puso un dedo por debajode su ojo, tenía un moreton horrible.
—Bastante, todo el cuerpo me duele horrible —se acomodó— pero nada comparado con ayer.
—Lo siento...
—No —lo interrumpió— olvídate de todo eso, deja de decir que lo sientes.
—Es solo que me siento un poco culpable.
—Guarda silencio —tapó su boca con la palma de su mano— déjame hablar... no es tu culpa y no quiero que vuelvas a mencionar nada más del tema, ¿entendido? —Colin asintió.
Alguien tocó la puerta.
—Pase —dijo Colin, después de que Wesley quitará la mano de encima de sus labios.
La puerta se abrió, dejando ver a la mamá de Colin.
—¡Dios mio! —exclamó sorprendida al ver a Wesley— ¿qué fue lo que pasó?
—Buenos días mamá, esta vez no me avisaste que vendrías.
—No tengo que avisarte —se acercó a Wesley, cosa que sorprendió a los dos chicos... tomó su mentón y lo levantó hacía ella— esto se ve terrible —lo soltó— ¿trataste de curarlo? —volteó a ver a Colin para después voltear nuevamente a Wesley— claramente lo hiciste, y no lo hiciste bien.
—Hice lo mejor que pude —se levantó de la cama.
—Traeme alcohol, algodón, agua tibia, una toalla y la caja que te di antes de venir —exigió— y tú ve a sentarte en la cocina.
Si había algo que Colin odiara de su madre era que creía que las cosas solo podían hacerse a su manera. Pero no se pondría a discutir con ella, el que quisiera ayudar a Wesley era bastante.
Los dos fueron a donde la mamá de Colin indicó, minutos después, Colin llegó junto a todas las cosas que se mamá le había indicado mientras Wesley estaba sentado en una de las sillas de la cocina.
—Aquí esta todo.
—Bien, gracias cariño —empezo a ver todo lo que Colin había llevado— empezaré desinfectando esa horrible cortada en el pómulo... Colin, avísales a Louie y Mickey que saldremos a comer.
—No sé si ya tengan planes...
—Entonces ve a preguntarles —lo interrumpió— te va a doler un poco —le avisó a Wesley— ¿qué esperas?
—Ya voy —volteó los ojos y salió de la cocina.
Antes de que Colin tocara la puerta de la habitación de Mickey y Louie, algo que escuchó llamó su atención. No era el tipo de persona que disfrutaba escuchando conversaciones ajenas, pero lo que escuchó lo dejó tan confundido que eso no importaba.
—Sabes que no me molesta —había dicho Louie— no significa nada para mi, hemos sido amigos desde hace años y eso no va a cambiar pero... ¿estás seguro?
—Estoy seguro —ninguno de los dos dijo nada por un momento— por favor, Louie, lo hemos hecho antes.
—Lo sé... esta bien, acercate.
Sin ningún aviso, Colin abrió la puerta de golpe, para encontrarse a sus dos amigos acostados en la misma posición de la otra vez.
—¿Qué es lo que está pasando? —preguntó realmente confundido, los dos chicos voltearon a verlo.
—¿A qué te refieres? —preguntó Louie, acomodadose en la cama, pegándose más a Mickey.
—Olvidalo —respiró hondo— si no tienen planes, mi mamá, Wesley y yo saldremos a comer.
—Cuenta con nosotros —sonrió— ¡Auch! — exclamó, Mickey le había mordido el pecho.
—Separense de una vez y empiecen a alistarse.
Por otro lado, la madre de Colin seguía tratando las heridas de Wesley.
—¿Cómo fue que terminaste así? Pensaría que fue Colin quien lo hizo pero mi niño no podría hacer algo así —miraba con el ceño fruncido— y no lo digo porque sea un santo sino porque es más débil que nada.
—Me asaltaron —una mentira no era mala en estos momentos, no iba a contarle que fue lo que realmente sucedió— entre dos chicos me golpearon y se llevaron mi dinero.
—Si que te fue mal —puso una cinta en la herida sobre su ceja— listo... le diré a Colin como desinfectar las heridas correctamente, en una semana todos estos horribles moretones empezaran a irse.
—Muchísimas gracias, Sra. Loughty —se levantó.
—Llámame Debbie —sonrió un poco— ¿realmente quieres a Colin?
—Con todo mi ser —sonrió.
—Tal vez no seas tan malo para mi hijo —comenzó a guardar las cosas que había utilizado en sus respectivos lugares.
—¿Habla en serio? —preguntó un tanto sorprendido... ¿eso significaba que lo aceptaba?
—Esto no significa que me caigas bien mágicamente...
—Si irán —interrumpió Colin— ¿ya acabaron?
—Al parecer no hiciste tan mal trabajo —soltó una risa.
—Algo aprendí de la abuela —sonrió y se acercó a Wesley, para darle un abrazo— ¿te sientes mejor? —lo miró.
—Tu madre ha hecho un gran trabajo —sonrió.
—No tienes vergüenza Colin —habló molesta— ve a cambiarte... podrás estar en tu casa pero no es apropiado ir en ropa interior.
—Bien, ¿vamos? —preguntó a Wesley, quien asintió— ahorita regresamos.
—Aquí los espero.
El día siguió como cualquier otro sábado, después de haber ido a desayunar, los cinco volvieron al departamento.
—Mi mamá nos esta invitando a comer —habló Wesley, estaban todos sentados en la sala, viendo como Mickey y Louie jugaban.
—¿Hoy? —Wesley negó.
—Mañana... si te parece bien.
—Me parece perfecto —sonrió.
—Deberíamos hacer una cena, me encantaría conocer a tus padres —empezo la Sra. Loughty.
—No creo que sea buena idea mamá.
—Claro que sería buena idea —dijo sonriente— en vez de ir a comer... deberían ir a cenar a la casa, preparare algo, si te parece Wesley.
—Estaría encantado —le alegraba la idea de que sus madres se conocieran, era un gran paso en su relación— le avisaré.
Tal vez para Wesley y su madre aquello podía parecer una idea excelente, pero Colin sabía como era que terminaban las cosas siempre que su madre invitaba a alguien a cenar... y no terminaban precisamente bien.
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Qué Tan Lejos Hemos Llegado
RomanceMickey nunca supo como decirle a Colin todo lo que sentía por él, su amistad era algo mucho más importante. Hasta que un par de cervezas una noche de verano lo hacen cometer un pequeño error. Pequeño error que deja a Colin lleno de preguntas y duda...