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—No me importa lo que hagas con Wesley, pero deberías decirle que no deje marcas en lugares tan visibles —habló Mickey, estaba de mal humor.

Colin se puso rojo y rápidamente llevó su mano a su cuello, había olvidado por completo que Wesley le había dejado una marca enorme en el cuello solo unas horas atrás.

—¿Están saliendo? —preguntó, Colin se puso aún más rojo— están saliendo —confirmó— lo hubiera esperado de Louie pero no de ti.

—¿Esperar qué? —tragó saliva.

—Si hace unos dos meses me hubieras preguntado quien creía que era más probable de salir con un chico hubiera dicho Louie, pero resulta que eres tú el que sale con un chico.

—No estoy saliendo con él —mintió, de alguna manera quería que Mickey no se enterara.

—¿Entonces qué?, ¿tu solo te hiciste esa marca?

—Louie me mordió, puedes preguntarle —evitaba su mirada.

—Ten por seguro que lo haré, solo para después verte confesar que sales con Wesley y que él fue quien te hizo eso —parecía que el tema le divertía.

—No soy gay —y no lo era, bien podía solo gustarle Wesley o ser bisexual.

—Como digas, mejor haz algo para cubrir esa horrible marca, créeme que te ves mal —Mickey no era así, sin duda estaba de mal humor— me voy, ya tengo sueño.

—Te alcanzo en un rato —ignoró lo primero que dijo— supongo... —susurró al ver como Mickey sin decir nada más se iba.

Tras media hora de trabajar en la tarea que les habían encargado, Colin salió de la Universidad y comenzó la caminata hasta su apartamento.

—¡Ya llegué! —gritó en cuanto entró a la casa, para después llevarse la sorpresa de que Piper y Wesley estaban en la sala— ¿qué hacen aquí?

—¡Vine a darles mi bendición! —contestó Piper realmente emocionada.

—No pude detenerla —sonrió Wesley, él y su maldita sonrisa perfecta y encantadora.

—Exijo el beso —la sonrisa en su rostro se hacía cada vez más grande.

—¿El beso? —preguntó Colin divertido.

—El que sella el trato, el que se deben dar porque ya están juntos —vaya que era dramática— aclaro que no cuenta si yo no lo veo.

—Solo ven aquí —Wesley extendió los brazos.

Y ya que al parecer no había nadie en casa, Colin se acercó con una sonrisa en el rostro a Wesley para darle un beso en los labios, mientras se sentaba arriba de él. El grito de Piper los separó.

—Es simplemente hermoso verte con alguien como Colin, Wes... lo acepto, Piper aprueba esto, tienen mi bendición, deberían casarse —Colin solo escondió el rostro en el pecho de Wesley avergonzado— bueno, es momento de que me vaya —se levantó— ustedes sigan en lo suyo.

—Te acompañare...

—No, no —interrumpió— yo puedo cuidarme sola, ustedes quédense en lo suyo.

—¿Segura? —preguntó Colin.

—Que si —rió y sin más salió del departamento.

—¿No llegó Mickey? Me dijo que vendría a dormir.

—Ni él ni Louie, estamos solos —sonrió— vamos a tu habitación —propuso y antes de que Colin pudiera responder se levantó con él aún en sus piernas.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora