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Solamente estaban Colin y Louie en el apartamento cuando alguien toca la puerta. Colin, lo más rápido que pudo, se levantó de donde estaba sentado y fue a abrir.

—Colin —saludó Piper, quien tenía a Ita en brazos— solo vine a entregar a Ita.

—¿Dónde esta Wesley? —preguntó, estaba realmente preocupado.

—No lo sé —contestó— hace una semana fue a mi casa, me dijo que necesitaba que me hiciera cargo de Ita y que la trajera hoy —extendió a Ita para que Colin la tomara— no contesta mis llamadas y cuando fui a su casa nadie abrió la puerta.

—Tampoco contesta mis llamadas —tomó a Ita en brazos— gracias por cuidar de ella.

—No hay problema —sonrió— si sabes algo de él llámame por favor.

—Igual —dijo por último.

Piper dio media vuelta y caminó fuera del lugar. Colin cerró la puerta y fue de vuelta a la sala aún con Ita en brazos.

—¿Noticias de Wesley? —preguntó Louie, dejando el celular de lado.

—Nada —suspiró— ¿crees que hice algo mal?

—¿A qué te refieres? —se acercó para acariciar a Ita.

—¿Hice algo mal? —alejo a Ita de Louie para abrazarla— no contesta ni los mensajes.

—Colin —puso su mano en la rodilla del mencionado— tranquilo, tú no hiciste nada mal, a lo mejor sigue en casa de su tía y no tiene señal o algo así —se acercó un poco más— solo han pasado cuatro días.

—No lo sé —sus ojos empezaban a ponerse llorosos— ni siquiera se llevo a Ita con él —soltó a la pequeña, la cual corrió hasta el lugar donde estaban sus platos de agua y comida.

—Sabrás de él muy pronto —le dio un beso en la mejilla y puso su cabeza en el hombro de Colin.

Los días seguían pasando, Wesley seguía sin contestar las llamadas y mensajes de Colin. Incluso había ido a su casa pero nadie había abierto la puerta, ni siquiera había carros afuera.

Era lunes, solo quedaba una semana para entrar nuevamente a clases. Wesley tenía que ir, no podía faltar a clases. Era su penúltimo año.

—¿Puedo pasar? —preguntó Mickey, fuera de la habitación de Colin.

—Claro —contestó muy apenas.

Colin seguía acostado, sus ojos estaban rojos, claramente había llorado. Ita estaba acostada a su lado, profundamente dormida.

—Saldremos en unos minutos más, para que estés listo.

—No quiero —contestó sin siquiera abrir los ojos.

—No pregunté, muy apenas sales desde que llegamos —entró más, para sentarse en la orilla de la cama— es mejor que hagamos esto de la mejor manera —bromeó, Colin negó con la cabeza.

—No quiero —repitió— por favor.

—Te lo he dicho, cinco minutos —se levantó— por las buenas o por las malas Colin, tú decides.

Colin no contestó, por lo que Mickey salió de la habitación lo más rápido que pudo... los silencios eran realmente incómodos entre ellos.

Cinco, diez, quince minutos. Colin no se molestó si quiera en levantarse. Cuando Mickey estuvo decidido por entrar a la habitación, la voz de Colin lo detuvo.

—Por favor —empezó— Wes, te extraño —decía entre sollozos— si hice algo mal perdóname, pero háblame... por favor.

Mickey cerró los ojos y dio un suspiro. Le dolía ver a Colin de esa manera. ¿A quién diablos le gustaría ver a la persona que ama sufriendo por alguien que no vale la pena? Pero era su oportunidad, no iba a desaprovechar el que Colin pudiera al fin hacerle caso.
No se había atrevido a terminar de leer la carta, mucho menos había pensado en dársela a Colin.

Sin tocar, Mickey abrió la puerta. Colin estaba boca abajo, Ita le daba besos en la mano la cual tocaba el piso.

—Todas sus cosas siguen aquí —habló bajo, su voz temblaba.

—Te lo advertí —ignoró su comentario.

Mickey quitó la cobija de encima de Colin, quien ni siquiera se quejó. Acto seguido, lo tomó de la cintura para cargarlo hasta el baño.

—Te vas a dar un baño si no es que quieres que yo lo haga por ti —amenazó para seguido salir del baño.

Colin respiró hondo, se levantó del piso y empezó a quitarse la pijama que llevaba puesta para entrar en la bañera y dejar salir el agua de la regadera. No entendía nada de lo que estaba sucediendo, no podía encontrar una buena razón por la cual Wesley se hubiera ido, dejando incluso su ropa. ¿Le había sucedido algo?

Nada tenía sentido, pero era simplemente horrible no saber absolutamente nada de él.

Diez minutos más tarde, Colin salió de la bañera. Respiró hondo y comenzó a secar su cabello.

Mickey estaba esperando sentado en la sala, mientras se mandaba mensajes con Louie.

—¿Colin? —llamó, sin recibir respuesta— ¿estás listo? —sin respuesta.

Mickey dejó el celular de lado y se dirigió al baño, Colin ya no estaba ahí. Caminó hasta su habitación.

Colin estaba nuevamente acostado, usando solamente ropa interior.

—¿Cómo puedes ponerte de esta manera por alguien como Wesley? —se sentó junto a Colin, pasando la mano por su pecho— es un idiota por dejarte así.

—Ahora comprendo porque fue tan bueno conmigo el día antes de que nos fuéramos —tomó la mano de Mickey— ¿hice algo mal?

—Absolutamente nada —sonrió— no te merece, eres mucho para él.

—Tal vez encontró a alguien mejor que yo —apretó su mano.

—¿No escuchas lo que estoy diciendo? —se acostó a su lado— no te preocupes más por él.

—Es imposible no hacerlo —volteó a verlo— se fue sin siquiera dejar una nota —la culpa en el pecho de Mickey comenzaba a crecer.

—Si dejo todas sus cosas, es probable que vuelva —trató de consolarlo— todo va a estar bien —entrelazó sus dedos.

—¿Qué sucede si no regresa? —volteó a ver al techo nuevamente.

—Entonces no te merece —soltó su mano para tocar su hombro— deja de preocuparte.

Por un momento, ninguno de los dos dijo nada. El silencio ya no era incómodo y Colin parecía haberse calmado un poco.

—¿A dónde iremos? —preguntó Colin, levantándose de la cama.

—Tú solamente vístete, ya verás —sonrió, parándose también.

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Lamento los capítulos tan cortos:( pasé por un bloqueo mental y es lo mejor que pude hacer.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora