Colin se encontraba mirando por la ventana abierta de su habitación, con una taza de té entre sus manos y simplemente admirando la vista frente a él. Wesley tenía razón, había conseguido una casa en la playa y si, también tenía razón al decir que podía continuar la Universidad.
Habían pasado dos meses desde que los dos se habían ido a vivir a aquella pequeña casa que Wesley había conseguido. Y a pesar de que no era tan grande estaba perfecta para los dos. Dos cuartos, un baño, cocina, un pequeño comedor y la sala, además de eso una hermosa vista al mar desde su habitación.
Ita también estaba con ellos. Y la verdad es que ninguno podía pedir más.Las cosas eran realmente pacíficas en aquel lugar no había nadie para molestarlos. Nadie que los interrumpiera. Absolutamente nadie...
Pero a pesar de todo, Colin no dejaba de pensar en su última conversación con Mickey. Dio un suspiro y cerro la ventana. Caminó hasta la cocina con Ita detrás de él. Mientras recordaba todo lo sucedido como si hubiera pasado muy apenas el día anterior.
Wesley estaba en el cuarto que antes compartía con Colin, recogiendo todas las cosas que había dejado antes de irse. Mientras tanto Colin estaba en la sala, sentado leyendo cada una de las cartas de Wesley.
Realmente no sabía si empezar a llorar o pararse y destrozar el lugar. Se sentía enojado, ¿cómo Mickey había sido capaz de guardar algo tan importante? No lo comprendía, no esperaba eso de Mickey... y sin que lo quisiera empezó a llorar. Wesley le decía tantas cosas en aquellas cartas y él jamás pudo leerlas a tiempo. Se sentía miserable.
Después de un buen rato la puerta se escuchó abrirse. Eran Louie y Mickey... Colin, lo más rápido que pudo limpió las lágrimas de sus mejillas.
—¿Colin? —preguntó Louie al notar que estaba ahí— ¿qué pasa?
—¿Me podrían explicar esto? —dijo señalando las cartas regadas en el suelo y los sobres aún sin abrir en la mesa de centro.
—Colin... —empezó Mickey— esto no... no...
—¿Por qué? —preguntó al tiempo que se levantaba— ¡¿Por qué?! Carajo... ¿por qué? —las lágrimas comenzaban a nublar su vista una vez más.
—Déjame explicarte... —trató de acercarse a Colin, quien simplemente se hizo para atrás.
—¿Colin, lindo? —se escuchó por detrás de Mickey, quien palideció al escuchar la voz de Wesley.
—¿Qué? —dijo muy apenas Mickey para sí mismo.
—Estamos comprometidos —soltó Colin, con la cabeza baja mientras caminaba junto a Wesley.
—Colin... no, no lo entiendo —y ahora era a él a quien se le nublaba la vista, no entendía ni un poco de lo que aquellos dos estaban diciendo.
—Con que si fuiste tú —dijo Wesley refiriéndose a las cartas.
—¿Qué? —repitió.
Sin previo aviso Wesley se acercó a Mickey para soltarle un golpe justo en la mejilla.
—¡Wes! —gritó Colin, tomandolo antes de que pudiera darle otro golpe— vámonos ya... no lo vale Wes, no lo vale —lloriqueo— no lo vale —repitió entre llantos.
Colin dio un suspiro, después de aquello no volvió a saber más de Mickey. Hablaba todo el tiempo con Louie pero jamás hablaban de Mickey. La única vez que Louie dijo algo acerca del tema fue hace unas cuantas semanas. No dio detalles y su mensaje fue corto.
"Mickey no esta bien justo ahora, pero lo superará."
Después de eso ninguno de los dos dijo nada de nuevo.
Antes de que pudiera notarlo, había pensado demasiado que afuera comenzaba a ponerse oscuro y la puerta de entrada estaba abriéndose.
Colin se levantó de su asiento, dejando la taza en la mesa y siguiendo a Ita quien estaba emocionada hasta la puerta.
—¿Qué tal tu día? —preguntó Colin con una sonrisa, mientras veía como Wesley levantaba a Ita del suelo.
—Estupendo —sonrió y se acercó a darle un pequeño beso en los labios a Colin— ¿el tuyo?
—Hoy no hubo clases —comenzó a caminar de vuelta a la cocina— estuvo tranquilo.
—Eso explica el que aún sigas en pijama —lo siguió— ¿alguna petición especial para la cena?
—Cocina lo que se te antoje amor —soltó una risa— parecemos completamente una pareja recién casada.
—¿Acaso eso el malo? —lo miró con una sonrisa.
—Para nada —recargo el mentón sobre su mano, observando como Wesley comenzaba a sacar cosas del refrigerador para empezar a cocinar la cena.
Esa era su rutina. Los dos se turnaban para cocinar, limpiar, lavar los platos sucios y demás actividades.
—Al final estamos comprometidos, ¿no?
—No veo ningún anillo en mi dedo aún —bromeó Colin.
—No te preocupes por eso lindo —se acercó y revolvió su cabello— lo tendrás muy pronto.
—Eso espero —dijo en broma una vez más.
Los dos siguieron hablando mientras Wesley preparaba la cena. En cuanto acabó, sirvió un plato para él y Colin. Siguieron hablando por lo que restaba de la cena y en cuanto los dos acabaron se quedaron un rato más sentados en la mesa, como de costumbre.
—¿Quieres ver una película? —preguntó Colin— no tengo sueño y mis clases no empiezan hasta tarde mañana.
—Me encantaría lindo, pero estoy realmente cansado —tomó su mano.
—Esta bien... dejémoslo para otro día entonces— sonrió, entrelazando sus dedos.
—Es temprano —dijo viendo al reloj en la cocina— esta bien, pero no esperes a que me quede despierto.
—Esta bien —sonrió— elige algo en lo que yo lavo esto.
—Perfecto —se levantó, le dio un beso en la mejilla y caminó hasta la sala.
Quince minutos más tarde, los dos se encontraban sentados en la sala, Colin recargado sobre el hombro de Wesley e Ita sentada en medio de los dos.
—Lo había olvidado —empezó Wesley, mientras ponía pausa a la película.
—¿Qué cosa? —volteó a verlo, atento.
—Piper vendrá a visitarnos pronto, junto a Louie —Colin fruncio el ceño— en un par de semanas.
Colin no dijo más, solo esperaba que Mickey no decidiera aparecerse... no podía ser tan descarado, pero tenía un mal presentimiento acerca de todo eso.
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Bueno, aquí me tienen una vez más ;w; espero les haya gustado el capítulo 💓
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Qué Tan Lejos Hemos Llegado
RomanceMickey nunca supo como decirle a Colin todo lo que sentía por él, su amistad era algo mucho más importante. Hasta que un par de cervezas una noche de verano lo hacen cometer un pequeño error. Pequeño error que deja a Colin lleno de preguntas y duda...