Qué Tan Lejos Hemos Llegado

13

—Wesley... ¿qué fue lo que pasó? —preguntó Colin, desde el suelo.

—Es tu culpa —y en ese momento empezo a llorar.

—¿Mi culpa? —en ese instante nada tenía sentido.

—¿Por qué tienes que mentir? —la imagen frente a Colin era realmente horrorosa, no podía dejar a Wesley en ese estado.

—Louie, traeme el alcohol y algodón, por favor —pidió Colin, mientras se levantaba— Wes, déjame curarte primero.

Wesley no insistió más, simplemente dejo a Colin ayudarlo. En cuanto el menor pudo sentarlo en uno de los sillones, empezo a limpiar la sangre con una toalla y agua que Louie había llevado.

—Voy a quitarte la playera —avisó Colin para acto seguido levantar lentamente la playera completamente sucia.

—Dile que se vaya —habló muy apenas, refiriéndose a Louie.

—Por favor, Lou... no quiero más problemas.

—Si necesitas algo dime.

—Gracias —le dio una mirada rápida, para volver a centrar su atención en Wesley.

—Perdón —dijo en cuanto Louie ya no estaba.

—¿Por qué? —terminó de quitarle la playera, su torso estaba cubierto de moretones.

—No es tu culpa.

—Wes, hablemos luego ¿si? Creo que tendrás que darte un baño.

—Entra conmigo —trago saliva, lo veía directo a los ojos.

—Solo te ayudaré —se levantó del sillón.

Wesley solo asintió e intentó levantarse también, fracasando y cayendo nuevamente en el sillón. Colin, como pudo, lo levantó y lo llevó hasta el baño, lo sentó en la taza y empezo a llenar la bañera con agua tibia. En cuanto la bañera se llenó a la mitad, Colin empezo a desvestir a Wesley para después, con mucho cuidado, meterlo en la bañera.

—Ahora si, cuéntame qué pasó —pidió, mientras empezaba a pasar una esponja con jabón por su torso.

—Llegué temprano porque quería salir contigo —hizo una pausa— pero solo estaba Louie aquí, fue cuando te mande mensaje, me dijiste que habías ido con tu madre... ¿cuál era la necesidad de mentir? —volteó a verlo, Colin no contestó— Louie me dijo que Mickey te había invitado a salir e incluso me mostró la foto que lo comprobaba.

—¿Qué foto?

—En dónde el estaba recargado en tu hombro —regresó su vista al frente— me enojé, sigo molesto... y fui al lugar en el que nos conocimos —respiró hondo— no haré la historia más larga... más de tres chicos me golpearon y echaron del lugar, pero fue mi culpa.

—Tú razón fue muy tonta —ahora también estaba enojado— pero en lo que estoy de acuerdo es que no debí haberte mentido, en realidad es en gran parte mi culpa que estés así.

—No es tu culpa —volteó con cuidado, para quedar frente a frente— yo me lo busqué.

Colin no supo que responder a aquello, en cambio dio un suspiro.

—Lo siento —habló después de varios minutos— debí haberte dicho la verdad.

—¿Esto es lo qué quieres? —preguntó bajando la mirada.

—¿Qué cosa? —apartó sus manos de él.

—Estar conmigo, esta relación... puedo entender si ya no quieres seguir con esto —estaba llorando nuevamente.