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Lunes por la mañana, Colin estaba sentado en la sala esperando a Louie y Mickey, mientras estaba hablando con Wesley por mensaje.

—¿Qué fue lo que te dijo Mickey la otra vez? —preguntó Louie, quien lo había sorprendido por detrás.

—Se disculpó —contestó como si ni siquiera le importara.

—¿No te dijo nada más?

—¿Debería haberme dicho algo? —dejó el celular de lado.

—No, nada —se mordió el labio— como sea, vamos, que Mickey no tarda.

Colin y Louie salieron del departamento y se dirigieron al auto de Mickey en el estacionamiento del edificio, en menos de dos minutos Mickey ya estaba junto a ellos.

Después de un corto y silencioso camino a la Universidad, los tres chicos bajaron del auto. Mickey tomó a Louie del brazo y se alejó junto a él, dejando a Colin solo.
Desde el día anterior Mickey se había dedicado a ignorar a Colin con la excusa de que no se sentía bien.

Justo antes de que les gritara a Mickey y Louie para que lo esperaran, unos brazos lo rodearon por detrás.

—Buenos días, lindo —le dio un beso en la mejilla.

—¿Por qué siempre haces eso? —quitó sus brazos y volteó a verlo de frente.

—¿Hacer qué? —preguntó con una sonrisa.

—Acercarte sin hacer ningún ruido y asustarme —lo miraba serio, pero le era divertido— te pondré un cascabel —bromeó.

—Es divertido —rió— Piper y yo iremos al karaoke mañana, ¿quieres ir?, sales temprano ¿no?

—¿Puede ir Louie? —tomó la mano de Wesley y comenzaron a caminar.

—Claro —lo detuvo antes de entrar.

—Así tú y yo estamos juntos y Piper y Louie también están juntos —sonrió— una cita doble.

—Mientras esté contigo —lo acercó— yo no tengo ningún problema.

Colin acortó la distancia entre ellos, uniendo sus labios. Era un tanto gracioso, Wesley era casi veinte centímetros más alto que Colin. El menor tenía que pararse de puntitas y su compañero tenía que agacharse un poco.

El día transcurrió normal, como cualquier otro lunes. Mickey ignoró a Colin todo el tiempo, se la pasaba pegado a un chico de su clase, era desesperante... el que lo estuviera evitando era muy obvio, incluso estando en su apartamento no le dirigió la palabra.

Al día siguiente fue lo mismo, Colin no sabía que era lo que sucedía, pero era una persona un tanto orgullosa, por lo que no le hablaría primero pues si estaba enojado o algo por el estilo debería decírselo directo a él y no estar evitandolo todo el tiempo.

Colin estaba junto a Wesley y Piper, sentados en una mesa dentro del karaoke, esperando por Louie.

—No quiero ser grosera Colin, te quiero mucho... pero esta era una salida solo de Wes y yo —Piper llevaba quejándose todo el rato que llevaban ahí.

—No quiero ser grosero Pi*, pero Colin es mi novio y quería invitarlo —contestó Wesley por milésima vez.

—¿Llegamos tarde? —preguntó Louie, quién recién llegaba junto a Mickey.

Piper rodó los ojos, al parecer odiaba a Louie.

—Para nada, apenas estábamos viendo que canciones hay —Mickey respiró hondo en cuanto Wesley respondió.

Louie se sentó junto a Piper y junto a él Mickey.

Tras haber cantado varias canciones, los cinco se sentaron en la mesa nuevamente para elegir la siguiente canción.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora