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—¿Están listos? —preguntó Mickey, una vez que Colin subió la última caja al auto.

—Arranca antes de que mi madre salga llorando —contestó Colin, tratando de ponerse el cinturón de seguridad.

—Como digas —rió.

Mickey condujo por al menos una media hora, hasta llegar al estacionamiento del edificio de apartamentos.

—Primero iremos a verlo, ¿si? —Louie y Colin asintieron— después bajaremos todo.

Bajaron del auto y caminaron hasta la entrada del edificio, después de subir por las escaleras hasta el cuarto piso, los tres pararon frente a la puerta principal "A-4". Mickey sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta.

El apartamento era pequeño pero lo suficientemente bien para los tres.

—Louie y yo compartiremos habitación, tú tienes la tuya —empezo Mickey.

—¿Están seguros? —preguntó— a mi no me molesta compartir.

—Esta bien, Louie y yo amamos compartir —Mickey tomó a Louie de los hombros y le dio un beso en la mejilla.

—Bien, pero no se quejen después —rió.

Tras media hora bajando cajas y maletas, los tres por fin terminaron y ahora estaban acomodando todas sus cosas en sus respectivos lugares.

El celular de Colin empezo a sonar, era Wesley.

—Hey, ¿cómo estás? —preguntó en cuanto Colin contestó.

—Agotado —suspiró— ¿y tú?

—La verdad, aburrido... estaba pensando que tal vez podríamos salir.

—Me encantaría —mintió, por ahora no quería estar a solas con él— pero tengo muchas cosas por desempacar.

—Lo olvidé, tu amigo Louie había dicho que hoy se iban a mudar —hizo una pausa— si quieres puedo ir a ayudar.

—Ah... claro —aceptó, tal vez les vendría bien un poco de ayuda— te paso la dirección por mensaje.

—Esta bien —aunque no lo viera, sabía que sonreía.

Colin colgó y le mandó la dirección a Wesley por mensaje.

—¿Quién era? —preguntó Mickey en el marco de la puerta.

—Wesley, vendrá a ayudarme un poco —sonrió.

—¿Desde cuándo son tan amigos? —entró y se sentó en la cama.

—Ya te lo dije —rió nervioso— nos conocimos por Internet y ya.

—No pregunté como se conocieron —estaba serio.

—¿Por qué te interesa tanto? —tragó saliva— ustedes seguirán siendo mis mejores amigos.

—No es por eso... —volteo a otro lado— quiero preguntarte algo.

Justo cuando Colin estaba a punto de responder, se escuchó la puerta tocar.

—Debe ser él —se levantó del suelo y se dirigió a la puerta, ignorando a Mickey— pensé que tardarías más —dijo en cuanto abrió la puerta.

—Resulta que vivimos cerca —revolvió su cabello.

—Y resulta que tenemos mucho que hacer, gracias por la visita —interrumpió Mickey.

—Vengo a ayudar —sonrió.

Mickey suspiró, había algo mal en Wesley, había algo que no cuadraba en él... aunque tal vez solo era su imaginación, por lo que decidió dejarlo pasar esta vez.

Wesley cerró la puerta de la habitación después de que Colin entrará.

—Quiero hacerte una pregunta —se sentó en una silla al lado de la puerta.

—¿Acerca de qué? —desde que había cerrado la puerta, Colin se había puesto nervioso.

—Tú y yo... ¿qué somos exactamente? —las mejillas de Colin se tornaron rojas.

—No lo sé —se concentró en sacar su ropa de la maleta.

—Colin, lindo... voltea a verme —pidió— hemos estado saliendo por poco más de un mes, quiero saber que significó para ti o es que acaso solo somos compañeros... —lo interrumpió.

—No lo digas —volteó a verlo.

—¿Entonces qué?

—No lo sé, te lo he dicho todas las veces que lo has preguntado —volvió su vista a la maleta.

—Me gustas —soltó— por favor, solo dime que también te gustó y te dejaré en paz, seré feliz con ello.

—Me gustas, es claro... sino no habría aceptado en primer lugar.

Wesley se levantó con una sonrisa en el rostro y se acerco al menor, quien se alejó un poco.

—¿Qué haces? —preguntó alarmado.

—Dije que vendría a ayudar —sonrió enternecido.

—Oh... está bien, solo ayúdame doblando lo que esta en la maleta, mientras yo pondré lo que ya esta doblado en los cajones.

Wesley asintió para acto seguido darle un beso en la mejilla, poniéndolo más nervioso que antes.

—¿Eso por qué fue?

—Por ser tan lindo y tierno —revolvió su cabello, una vez más.

Colin no contestó, solo siguió haciendo lo suyo.

Tras haber acomodado la ropa y demás cosas, Colin y Wesley salieron de la habitación, encontrándose a Louie y Mickey sentados en la mesa de la cocina.

—Tenemos malas noticias —gritó Louie desde donde estaba— con todo lo de acomodar nuestras cosas y demás hemos olvidado pasar a comprar lo suficiente para sobrevivir —Wesley soltó una pequeña risa.

—Colin y yo podemos ir a conseguir algo —propuso Wesley, abrazando al mencionado por los hombros.

—De hecho, hay algo que quiero comprar —habló Mickey— así que yo iré con Colin, mientras tú puedes quedarte a hacerle compañía a Louie.

—Yo no tengo problema —contestó Louie.

—Bien, vayan ustedes —accedió Wesley, tomando asiento.

Después de ponerse zapatos, los dos chicos caminaron hasta el auto de Mickey.

—Quiero preguntarte algo —habló Mickey una vez que los dos estaban en el auto.

—Lo había olvidado, ¿qué es?

—Recuerdas lo que sucedió el primer día en el que fuimos a acampar, ¿no es así?

—Me besaste —respondió, ya no le costaba tanto hablar de ello.

—¿Significó algo para ti?

—¿Por qué lo preguntas?

—Quiero aclarar las cosas —hizo una pausa y respiró hondo— estaba ebrio y no sabía lo que hacía, aquel beso no significó nada al menos para mi pero como has estado evitando estar conmigo a solas pensé que tal vez había significado algo para ti.

—No —se apresuró a decir— también había tomado, supongo que me dejé llevar —mentía, él muy apenas había bebido.

—Me alivia escucharlo, no quería que nuestra amistad fuera de este modo de ese momento en adelante, me alegra haber aclarado lo que sucedió.

—A mi también —sonrió.

Y a pesar de las cosas ahora estaban aclaradas, Colin se sentía un poco... decepcionado, tal vez. Tenía la pequeña esperanza de que hubiera una buena razón para Mickey de haberlo besado ademas de "estaba ebrio", "no sabía lo que hacía". Y por otro lado, ya no tendría que sentirse incómodo cuando estaba a solar con él pero justo ahora, lo único que llenaba el ambiente era eso mismo, incomodidad junto a un silencio pesado y profundo...

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora