—No quiero que te vayas —empezó Wesley.
—¿Esto es por Mickey? —preguntó mientras se comenzaba a cambiar.
—Para nada lindo, no desconfío de ti y lo sabes —caminó hacía él y lo abrazó por detrás— no vayas.
—Wesley —quitó los brazos del mencionado y dio media vuelta para poder verlo de frente— ¿hay algo que no me has dicho? —cuestionó temiendo la respuesta.
—Colin —suspiró— es solo que... —hizo una pausa, para pensar muy bien sus próximas palabras— nunca hemos estado más de dos días lejos del otro —lo abrazó, escondiendo su rostro en el cuello de Colin.
—No es como si no nos fuéramos a ver en diez años, no seas exagerado —acarició su cabello— así que deja de preocuparte, no quiero tener que irme sintiéndome mal por no quedarme contigo.
—Te amo —sentenció de la nada— por favor jamás lo olvides, por más cosas que pasen, jamás olvides que te amo como a nadie antes lo había hecho y como a nadie nunca amaré.
Colin simplemente asintió, algo raro pasaba con Wesley desde la noche pasada, era bastante amable, bastante tierno, todo un caballero.
En cuanto los dos terminaron de cambiarse, darse un baño y recoger todas sus cosas, los dos salieron del hotel para después subir al auto de Wesley. El camino fue silencioso, el único ruido que se podía escuchar era la música proveniente de la radio.
—Colin —llamó Wesley una vez que estuvieron frente al edificio de apartamentos— te voy a extrañar.
—Yo también —sonrió, Wesley realmente lo hacía feliz.
Wesley se acercó para darle un beso en los labios, el cual Colin siguió sonriendo entre el beso.
—Los chicos me esperan —se separó— ¿vienes? —preguntó mientras abría la puerta.
—En un momento voy —sonrió— iré a estacionar el auto.
—Bien, no tardes —besó su mejilla por último y bajó del auto.
Una vez que Colin estuvo dentro del edificio Wesley dio un suspiro. Aferró sus manos al volante y pegó la frente a este. Se sentía frustrado, no entendía como las cosas habían llegado tan lejos y peor aún que no había tenido el valor suficiente de decírselo a Colin. Por más que lo intentará, por más que hubiera querido contenerse, las lágrimas comenzaban a caer. Se odiaba a sí mismo en ese momento.
En cuanto estacionó el auto en el lugar de siempre, bajó y respiró hondo, tratando de verse lo más normal posible. Caminó hasta la entrada del edificio, en donde se encontró a Louie.
—Pensé que ya no te vería —comenzó, caminando hacía él con varias maletas.
—Lo mismo digo —contestó Wesley, siguiéndolo— quiero pedirte un favor.
—Si puedo ayudarte, con todo gusto —volteó a verlo una vez que estuvieron frente al auto de Mickey.
—Sé que tú y Mickey son buenos amigos y que antes de hacerme un favor a mí preferirás hacérselo a él —hizo una pequeña pausa— los dos sabemos que es lo que sucede aquí, el único que parece no notarlo es Colin, pero te lo pido, te lo ruego, no dejes a Mickey y Colin solos —Louie cruzo los brazos.
—Aunque no lo parezca, me caes bien Wesley, eres buen chico... pero tienes razón, Mickey ha sido mi amigo desde que tengo memoria y lo ayudaría a él mucho antes de pensar en ayudarte a ti —comenzó a caminar dentro del edificio— pero lo mismo que le he dicho a Mickey te lo diré a ti —volteó para encararlo— no me metan en sus asuntos amorosos, si, puedo escucharlos todo el tiempo que quieran, puedo aconsejarlos cada que tengan un problema, pero cuando se trata de intervenir yo no existo —Wesley estaba a punto de contestar cuando Louie habló una vez más— confía en Colin viejo, no puedo asegurarte que Mickey no hará nada, pero si puedo asegurar algo es que Colin es el chico más fiel del universo y que jamás podría hacer algo para dañar a alguien que quiere tanto, o al menos no intencionalmente, así que deja de preocuparte.
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Qué Tan Lejos Hemos Llegado
RomanceMickey nunca supo como decirle a Colin todo lo que sentía por él, su amistad era algo mucho más importante. Hasta que un par de cervezas una noche de verano lo hacen cometer un pequeño error. Pequeño error que deja a Colin lleno de preguntas y duda...