7

3.1K 322 63
                                    

Eran más de las nueve de la noche, Colin apenas llegaba al departamento después de haber pasado todo el día junto a Wesley.

—¿Dónde has estado? —preguntó Louie, estaba en la sala jugando videojuegos.

—Con Wesley —contestó, estaba cansado, por lo que se dirigía a su habitación.

—Ve a mi habitación, Mickey necesitaba hablar contigo —el tono que estaba usando era mucho más serio de lo normal, tal vez si era algo importante.

Colin caminó hasta la habitación de Louie y Mickey y sin pedir permiso entró a la habitación, para llevarse una gran sorpresa.

—Perdón —dijo, Mickey cerró su computadora y se tapo con una cobija lo más rápido que pudo— debí tocar antes, lo siento.

—No importa —aclaró su garganta, se había puesto completamente rojo.

—¿Querías hablar conmigo? —se acercó un poco.

—Te alcanzo de rato en tu habitación, déjame vestirme —pidió.

Colin salió de la habitación y caminó en dirección a la suya. Se quito la playera y el pantalón, quedando en ropa interior. Se acostó en la cama y tomó su laptop.

Después de varios minutos, Mickey tocó la puerta.

—Pasa —dejó la computadora a un lado.

—¿Sabes qué si decía urgente es porqué era en ese momento? —lo miró mal.

—Lo siento, te lo dije, estaba ocupado —Mickey se sentó junto a él, llevaba solo un pantalón de pijama.

—Ya no importa —le sonrió y se acostó.

—¿Qué era lo que necesitabas hablar?

—Ya no importa —repitió y lo abrazó por la cintura.

—Mickey —lo separó— dijiste que era algo urgente.

—¿Por qué sales con Wesley?

—¿Era eso lo qué querías hablar tan urgentemente?

—Contéstame —lo miraba directo a los ojos.

—Salgo con él porque me gusta —la respuesta era así de simple— lo quiero —admitió.

—Debes estar confundido —tomó su mano y empezo a jugar con sus dedos.

—¿Confundido?, ¿a qué viene todo esto? —le arrebató la mano bruscamente.

—Lo siento —suspiró— eso no era lo que quería hablar.

—¿Entonces? —estaba un tanto molesto.

—Yo... quería decirte... —tragó saliva— me es difícil de decir, pensé que estaba preparado para decirlo pero creo que no —respiró hondo— Colin, yo... —hizo una pausa.

—¿Tú...? —era desesperante.

—Lo siento —dijo después de varios segundos.

—¿Por qué?

—Por lo de esta mañana —desvió la mirada.

—Eso no era lo que querías decirme —conocía lo suficientemente bien a Mickey para saberlo.

Mickey se quedó en silencio por un par de segundos.

—No quería que sintieras que no tienes mi apoyo, si te gustan los chicos estoy bien con eso —volvió a su posición anterior— perdón por actuar de esa manera en la mañana, supongo que tenías tus razones para no contarme.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora