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Wesley y Piper estaban sentado en una sala de espera. Piper estaba nerviosa, movía su pierna constantemente de arriba a abajo y mordía sus uñas, hábito que había dejado hace mucho pero que no podía evitar cada vez que se ponía nerviosa.

Cada vez que una enfermera salía a anunciar el nombre de alguien ella se ponía alerta.
Sabía la respuesta, sabía que había cometido un error y que su vida se iría en cuesta abajo una vez que aquella enfermera solo le afirmara lo que tanto teme.

—Piper... —anunció la enfermera, Piper se levantó de su asiento antes de que la enfermera pudiera terminar de decir su nombre.

Piper caminó detrás de la enfermera, con Wesley siguiéndola.
Cuando los dos estuvieron sentados frente al doctor que había atendido a Piper no más de 25 minutos atrás, él empezó a hablar.

—Bueno... —dijo mientras analizaba la hoja frente a él— felicidades, serán padres.

Piper rompió en llanto enseguida, mientras Wesley ponía su mano sobre la espalda de ella, tratando de consolarla. El doctor simplemente levantó las cejas mientras seguía dando la información a Wesley quien escuchaba atento.

—Tres semanas aproximadamente, ¿suena familiar? —Piper ni siquiera podía contestar, era algo difícil de procesar.

El doctor siguió hablando por unos cuantos minutos más, Wesley escuchaba mientras Piper trataba de calmar su llanto.

—Eso es todo, supongo que los veré pronto.

—Gracias —dijo Wesley, estrechando la mano del profesional y llevando a Piper fuera del consultorio.

Piper no dijo palabra alguna de camino al auto, pero una vez que los dos estuvieron dentro, Wesley trató de romper el hielo.

—Tres semanas, ¿uh? —no era algo muy amable de decir en ese momento, pero Wes no sabía que más decir— ¿qué harás? —preguntó mientras encendía el auto.

—No quiero tenerlo, Wes... ni siquiera es de Louie —al pronunciar aquel nombre su llanto incremento.

—¿Cómo diablos pasó algo así? —preguntó un tanto molesto.

—No lo sé, Louie había salido con Mickey por unos días a casa de la abuela de Mickey y simplemente sucedió...

—Realmente no puedo creerlo, Pi, esto no es justo para Louie —parecía que en ese momento a Wesley

—¿Crees que no lo sé? —contestó entre más y más llantos.

Los dos se quedaron en silencio por un par de minutos, mientras Wesley conducía de regreso a casa.

—¿No estarás pensando en...? —no terminó su pregunta, le desagradaba bastante la idea como para siquiera pensar que Piper haría algo así, pero debía preguntar.

—No lo sé, Wes... —apartó la mirada y volteó fuera de la ventana.

—Piper, es tu cuerpo, es tu decisión —Wesley apoyó una mano sobre la pierna de su mejor amiga— pero piensa bien antes de hacer las cosas—volteó a verla por un segundo— sea lo que sea que decidas, yo voy a apoyarte, ¿okay?

Piper simplemente asintió. Sus emociones eran bastante en el instante como para saber que era lo que iba a hacer. Pero si había algo que sin duda tenía que hacer, era hablar con Louie.
No había manera en que pudiera engañar a Louie diciendo que era hijo suyo. A pesar de que la idea sonaba un tanto tentadora, no podía hacerle tal cosa a Louie. No se lo merecía.

Unas horas más tarde, Wesley y Colin estaban sentados en la mesa de la cocina, mientras todos los demás estaba en el patio trasero.

—¿Hablarás con Mickey? —preguntó Colin tras varios segundos de silencio.

—Si, si aún estás de acuerdo —tomó la mano de Colin, para dejar un beso en ella.

—Solo... no quiero que las cosas terminen mal —contestó, mirando a sus manos entrelazadas, mientras la mirada de Wesley estaba fija en cada pequeña acción de Colin.

—No empezaré ninguna pelea, a menos de que él lo haga —pasó su mano libre por el cabello de Colin, quien volteó a verlo en advertencia— estoy bromeando —sonrió para calmarlo.

—Mas te vale —se acercó para darle un beso.

Los dos se volvieron a quedar en silencio, a veces las palabras no eran necesarias entre ellos. La compañía del otro era lo único que necesitaban.

—¿Colin? —habló Louie, apareciendo en la puerta de la cocina— ¿qué hacen aquí solos? Vengan, afuera esta agradable.

—Iremos en un segundo, ¿okay? —Louie asintió.

—¿Tienen cerveza? —preguntó Louie, mientras abría el refrigerador.

—No, a Wesley no le gusta tener en casa.

—Oh vamos —exclamó, riendo— me llevaré a Mickey a comprar un poco de alcohol, ¿quieren que les traiga algo?

—Deja a Mickey aquí, yo iré contigo —se ofreció Colin, mientras se levantaba de su asiento y miraba rápidamente a Wesley— llevemos a Piper también.

—¿Estás seguro que eso es una buena idea?

—Si, si, no hay problema —sonrió y volteó en dirección a Wesley para darle un beso en la mejilla— volveremos pronto.

Diez minutos después de que Louie, Piper y Colin se habían ido. Wesley se levantó de su silla, caminó hasta el patio trasero y se sentó junto a Mickey, quien simplemente estaba viendo su celular.

—Quiero hablar contigo —empezó Wesley, con el tono más amable que podía usar para la situación.

—¿Acerca de Colin? —preguntó Mickey, poniendo el celular en el bolsillo y volteando a ver a Wes.

—Si, y seré lo más directo que pueda —Mickey prestaba atención, al ver que éste no respondía, Wesley siguió hablando— lo que pasa aquí, ni siquiera yo lo sé. Sé que estás enamorado de Colin y se qué debes odiarme por haber empezando a salir con él cuando tú muy apenas empezabas a pensar en decirle como te sentías. Y creo poder entender porqué no quisiste darle las cartas a Colin...

—Dijiste que serías directo —interrumpió, sonando un tanto irritado.

—Lo que estoy tratando de decir, es que deberías seguir adelante. Yo no soy nadie para decirte como es que deberías vivir tu vida, pero Colin esta conmigo ahora, puede ser que tuvieron sus momentos pero él y yo vamos a casarnos...

—No tienes idea, Wesley... —lo interrumpió una vez más— no tienes idea de lo que sucede. No puedo cambiar lo que siento, he aceptado que tal vez nunca tenga una oportunidad con él, pero no puedo cambiar lo que siento. He estado enamorado de él por tantos años que me siento tan impotente cada vez que lo veo —lágrimas empezaban a caer por sus mejillas, no era fácil hablar del tema sin llorar— tú haz ganado, Wesley, y puedes quitarme mil cosas, pero el estar enamorado de él... eso es algo que jamás va a cambiar. Vine hasta aquí porque quería disculparme, prefiero mucho más estar a su lado como un amigo que perderlo absolutamente. Si venías aquí a pedir que me alejara de él, no lo haré. No lo haré, simplemente no lo haré, pierdes tu tiempo —hizo una pausa— seguiré hablando con él, seguiré siendo amigo suyo, y puede que pienses que lo tienes todo asegurado, pero nadie sabe lo que pueda pasar... y si existe la mínima posibilidad de que al final él decida estar conmigo, aquí estaré.

—Mickey, tienes razón, yo no sé como te sientes... yo no sé que es sufrir por alguien que por más que quieras no puedes tener. Pero creo que hay algo que debes entender, Colin una vez también tuvo sentimientos hacía ti y si hubieras sido claro con él desde un principio un millón de cosas no hubieran pasado, entre ellas muchas que tienen que ver conmigo. Tuviste tu oportunidad y la perdiste, yo sé que Colin hubiera estado dispuesto a salir contigo, pero lo dejaste tan lleno de dudas que al final fui yo quien le ayudo a resolverlas. Tienes que dejarlo ir. Es importante como te sientes tú, pero no olvides que Colin también tiene un sentimiento y opinión al respecto —Wesley se levantó, caminó hasta la puerta para entrar a la casa y volteó— eso era a lo que me refería —dijo por último, para así poder entrar a la casa.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora