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Wesley y Colin estaban fuera de la casa de Wesley, esperando a que su madre y hermanas salieran para poder ir a casa de Colin.

—Realmente estoy feliz porque nuestras familias se conozcan —Wesley tomó la mano de Colin— pero tú pareces no estarlo.

—Lo estoy, pero mi madre realmente va a arruinarlo.

—No entiendo porque lo dices —fruncio el ceño— si no te alegra puedes decírmelo.

—Me alegra, es un gran paso en nuestra relación, dejémoslo ahí —sonrió para calmarlo.

—Lo dejaremos hasta aquí, si me das un beso —condicionó, devolviendole la sonrisa.

—Te prometo que te daré todos los besos que quieras... —Wesley sonrió aún más grande— pero solo eso.

—Que aburrido eres —volteó los ojos.

Antes de que Colin pudiera responder, la puerta trasera del auto.

—Colin, es un gusto volver a verte —saludó la mamá de Wesley, tan gentil como siempre.

—Puedo decir lo mismo —sonrió también.

—Una vez en tu casa te presentaré como es debido a mis hermanas —habló Wesley.

Wesley comenzó a conducir camino a casa de Colin, todos en el auto platicaban y el ambiente era realmente bueno, Colin se sentía como parte de la familia de Wesley y eso era simplemente genial.

Los 30-40 minutos de camino pasaron rápido y cuando menos acordaron ya estaban frente a casa de Colin, quien dio un suspiro. Antes de que Wesley pudiera si quiera decirle algo, abrió la puerta y bajó del carro.

Una vez estuvieron los cinco frente a la casa Colin tocó el timbre... y era tonto, ¿por qué no simplemente abría la puerta y entraba? En fin, era su casa, pero la respuesta era simple; su madre.

La puerta se abrió y una niña rubia de unos doce años saltó sobre Colin.

—¡Colin!, ¡te he extrañado bastante! —gritó.

—Yo también —sonrió, abrazando a la niña.

—Debbie dijo que vendrías a presentarnos un amigo —se separó.

—Hablemos más adentro —le dio la vuelta y la dirigió hacía el interior de la casa— siéntanse como en casa —dijo con una sonrisa a Wesley y a su madre y hermanas.

—Debbie dijo que deberíamos esperar un poco en la sala mientras la comida está lista, papá no está, se fue de viaje otra vez... por si te lo estabas preguntando —habló al ver como Colin miraba por todos lados.

—Perfecto —suspiró, para ese entonces ya estaban en la sala.

Después de que todos estuvieran sentados en la sala, la mamá de Colin llegó.

—Es un placer tenerlo aquí... —dijo sonriente— ¿Delila? —preguntó confundida en cuanto vio a la madre de Wesley.

—Debbie —se levantó— ¡que coincidencia! —corrió a abrazarla— quién hubiera pensado que nos volveríamos a encontrar de ésta manera.

—Me da mucho gusto verte Del —se separó de ella.

—¿Cómo es que se conocen? —preguntó Colin.

—Fuimos juntas a preparatoria y universidad —contestó Debbie.

—Pensar que nuestros niños terminarían juntos —dijo sonriente Delila.

—Deberíamos pasar a la mesa de una vez, la cena está a minutos de estar lista.

Las dos caminaron hasta el comedor, podía notarse que eran buenas amigas.

Wesley estaba realmente feliz, si sus madres eran amigas, no había razón para no aceptar su relación. Mientras tanto Colin solo estaba confundido... tal vez la cena no terminaría en un completo desastre.

—Ellas son tus niñas, me imagino —empezo la mamá de Colin.

—Hannah y Christine —las presentó— y como ya lo has de conocer, Wesley.

—Están preciosas —sonrió— se parecen a ti.

—¿Y la señorita aquí quién es? —preguntó refiriéndose a la niña rubia de hace un rato.

—Ella es Geraldine, hija de mi actual esposo.

—Ya veo —sonrió— tenemos bastante que hablar...

La cena prosiguió, cada quien estaba en algo diferente, Colin y Wesley estaban hablando de cosas sin importancia, Geraldine, Hannah y Christine estaban en lo suyo y Delila y Debbie hablaban de todo lo que había pasado después de que perdieron el contacto.

En cuanto la cena termino, la mamá de Colin y éste empezaron a recoger la mesa.

—¿Qué les parece si suben, niños? —propuso Debbie— nada de puertas cerradas, Colin.

—Esta bien...

Al parecer las cosas habían salido casi perfectas.

—Iremos a mi habitación, realmente no hay algún otro buen lugar al cual ir —habló Colin, en cuanto estaban subiendo las escaleras.

—Recuerda que me debes algo —levantó las cejas.

—Estamos en casa de mi mamá, no es correcto —sonrió.

—De todos modos vamos a tu habitación —volteó los ojos— sabes que terminarás accediendo —susurró

—Estoy seguro de que sigue como la última vez que lo dejé, así que no le des mucha importancia —avisó antes de abrir la puerta.

La habitación de Colin estaba llena de dibujos y cuadros hechos por él mismo colgados en la pared, un escritorio lleno de libretas y hojas blancas, botes llenos de lápices, colores, marcadores, pinturas, pinceles y mas cosas usadas para dibujar.

—¿Todos los haz hecho tú? —preguntó mientras veía una de las paredes.

—Si, tengo desde el primer dibujo que hice después de empezar a tomar dibujo —señaló la pared detrás de Wesley— hasta el último dibujo que hice antes de mudarme —señaló los papeles sobre el escritorio.

—Nunca me dijiste que te gustaba dibujar —tomó los dibujos del escritorio.

—Ya ni siquiera tengo tiempo —volteó a ver a Wesley, al darse cuenta de que estaba viendo los dibujos en su escritorio, corrió a quitárselos.

—Hey, los estaba viendo.

—Ve los que quieras, pero estos no —empezo a acomodarlos.

—Está bien —accedió.

En cuanto Colin se dio la vuelta, Wesley tomó una vez más los dibujos y empezo a verlos.

—¿Soy yo? —preguntó, sacando el dibujo de entre los demás.

—Te dije que no los vieras —se levantó de la cama— eres tú.

—Se ve realmente bien —empezo a verlo más detalladamente— ¿puedo quedarmelo?

—¿Para qué?

—Bueno... soy yo —contestó obvio.

—Esta bien —se acercó y lo quitó de sus manos— te lo llevas en cuanto nos vayamos —lo abrazó.

—Me debes algo, lindo —levantó su rostro.

—¿Realmente no me vas a dejar en paz? —Wesley negó.

—No te cuesta nada...

Sin dejarlo terminar, se acercó a besarlo para que dejara de insistir.

—Te quiero tanto —dijo en cuanto se separaron, abrazadolo más fuerte.

—También yo.

Y si, la noche salió a favor de todos, la mamá de Colin y Wesley se habían reencontrado, Geraldine se había vuelto amiga de Hannah y Christine y Wesley y Colin estaban mejor que nunca.

Qué Tan Lejos Hemos LlegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora