Justo cuando en Estados Unidos de América estaba brillando en la cúspide de su economía local, el país entero cayó en la Gran Depresión a mediados de octubre de 1929.
BLACK TUESDAY se leían en los titulares de los periódicos en los estanquillos.
Las siguientes semanas el mundo entero seguía las noticias por la radio, reseñas de periódicos y por los telégrafos que durante esa época eran los medios de comunicación más eficientes y así, desde Alaska hasta las naciones de Europa, Asia y Oceanía se mantenían informados sobre la caída de la nación más poderosa del mundo.En la Zona de Wall Street, pasando de ser en ese entonces el centro de operaciones financieras a el centro del caos día a día por varias semanas las oficinas de grandes empresarios cerraban sus puertas al verse quebrados económica y moralmente, lo que provocó muchas repercusiones dentro de la población de clases media y obrera.
Por mencionar, el arrendamiento de bienes muebles debían ser confiscadas por el estado de New York, tener los pagos al día y si habían irregularidades debían ser clausurados los servicios dados en los bienes muebles.
Medida que además sirvió para combatir la corrupción de ciertos ciudadanos potentados que a sus anchas evadían el pago de sus impuestos.
Principalmente, el estado tomaba posesión de los bienes muebles en el concepto de tomar la rentabilidad y así de a poco hacer una reestructuración de la economía.
Y fuera esa una de las razones por las que muchas de las personas ricas y poderosas al verse arruinadas pasaban a depender de las anfetaminas y el alcohol para lidiar con el estrés de haber perdido sus grandes negocios, en sus oficinas que los consideraban la mina de oro por los ingresos y egresos que se obtenían.
Y en el más drástico de los casos, la vida de un bien potentado acababa en un suicidio.
Un millonario menos en la sociedad tendría repercusiones muy profundas en su reputación y sus grandes negocios.Incluso, aquellos grandes negocios con terrenos de dominio público debían de ser retirados a sus terratenientes para pasar a ser recuperados por el fisco del estado.
Lo que significaba también que si un edificio estaba siendo utilizado para fines comerciales o para viviendas debían ser desalojados en su totalidad.El hostal en donde Kara estaba residiendo desde su llegada a la ciudad fue clausurado apenas una semana después del gran golpe de la Bolsa de Valores tras que el dueño jurídico del establecimiento, un sujeto millonario recientemente caído en la ruina perdió los derechos del inmueble para continuar con los negocios, y Kara, habiendo reunido unos cuantos dólares que tenía ahorrados para viajar a Carolina del Norte en las festividades de Navidad, por unos días buscó un lugar para vivir, no importaba si debía compartir sitio o si debía arreglárselas para costearse todo sola cuando en el hostal tenía asegurados los 3 tiempos de comida y servicio de limpieza con cierta remuneración económica.
Y lo encontró, entre el barrio de Brooklyn, a cercanías de la casa de la prima del Sacristán Flynn, Carole Hermant en una zona donde por esa época fue considerado como "el distrito de la tierra más barata de New York".
Quizá ahí fuera el sitio donde su mejor amigo le había recomendado pasar para instalarse, solo necesitaba más tiempo y dinero para encontrar su lugar.Era una pequeña casita de 3 habitaciones y un baño de loza con un pago semanal de 10 dólares a la semana, y ese sería el punto de partida para su totalidad independencia.
En Brooklyn hay muchas familias, algunas grandes, otras pequeñas, algunas desintegradas por muchas razones diferentes, familias en que viven en situaciones críticas de pobreza, pues en este barrio tan grande y poblado en toda extensión, están los marginados, los pobres, la clase obrera, esta última una clase de población orgullosa que hace que América sea una Gran Nación.
La clase obrera, la que desde horas tempranas por la mañana, con apenas un vaso de leche y un trozo de pan para el desayuno, día a día salen a ganarse un par de centavos para llevar a casa hasta el distrito de Manhattan, la zona donde el dinero abunda y los ricos y potentados poseen sus mansiones a la orilla del río.
Con empleos tan pesados como recolectar el carbón inservible que desperdician todos los habitantes de New York para algunos pocos ser reutilizados para vender o usarse en plantas de energía eléctrica, también cargueros, marines, maquinistas de tren entre otros.
Las necesidades del barrio eran muchas pero una fe inquebrantable en el trabajo y a pesar de la situación crítica con La Gran Depresión, la zona de Brooklyn llegaba a ser de a poco una zona rentable para vivir y comenzar a tener nuevos vecinos, varios de ellos, quienes un día tenían grandes mansiones a la orilla del Río Hudson, aquellos millonarios ya arruinados.
En Brooklyn era más común ver que eran los hombres quienes se encargaban de proveer las necesidades básicas y la mujer en casa con los hijos en la cocina y otros quehaceres.
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La Heredera Y La Cantante LIBRO 1
FanfictionLa Heredera y La Cantante SUPERCORP LIBRO 1 Relata las fascinantes historias de 2 verdaderas leyendas de Hollywood. Lena Luthor es una bella joven multimillonaria que fue criada toda su vida para ser parte de la realeza europea, pero tiene el deseo...