06: Casados Por El Poder

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La situación de la familia Luthor se agravó mucho luego de que se evitó una tragedia que se pudo afortunadamente no lamentar.

Un día, Lena de 9 años y Jackson de casi 3 añitos estaban jugando a cercanías de la piscina, las sirvientas estaban bastante lejos de la vista de los niños y es cuando el pequeño Jackson se lanzó a la piscina sin saber nadar y sin la protección debida y Lena no podía entrar a la piscina sin la autorización de sus padres y sin su bolsa de apoyo, así que se quedó estática mientras veía a su hermanito a punto de ahogarse.
Luego comenzó a gritar.
- ¡MAMÁ!, ¡MAMÁ! ¡MAMI! ¡JACK SE ESTÁ MURIENDO! -

Lillian que tenía a un amante en su dormitorio a plena luz del día escuchó horrorizada los alaridos de su hija, Lionel, apenas acabado de regresar del trabajo estacionaba su automóvil escuchó los gritos de la niña y corriendo por todo el patio encontró a Lena con los ojos achicharrados y sudaba helada.
Lillian inmediatamente corrió hacia la piscina y no importando que su marido la viese en bata cubriendo su revelador negliee, saltó al agua y sacó a Jackson de la piscina.

Inmediatamente las sirvientas que estaban cerca llegaron a la piscina y viendo a los afligidos padres abrazando y besando a sus hijos por este trágico suceso que acabaron por evitar.

Ese mismo día y conscientes de que su matrimonio estaba perdido y que los niños merecían algo mejor, Lillian y Lionel se presentaron en un consultorio familiar.

Las semanas siguientes y con toda la discreción posible, los Luthor asistieron a terapia de pareja, algo que se consideraba un "suicidio moral" en esa época.
Además, el estigma de una pareja divorciada haría que todas las posibilidades de recuperar el estatus social que tenían al mostrarse como pareja casada, sería difícil concretar de nuevo todos los negocios y movimientos que habían logrado mantener aún con todas discusiones que llevaron por casi 3 años y por sorprendente que parezca, pero ni Lillian que es tan orgullosa de si misma le había puesto la demanda del divorcio en todo ese tiempo.

Ambos comprendieron que no sería fácil pero que intentarían mejorar la relación, por el bien de los niños y la potestad.

En medio de tantos litigios, el matrimonio de los Luthor fue salvado y milagrosamente un día Lillian quedó embarazada nuevamente después de un viaje a las Islas Griegas como parte de la terapia con su marido.
Lionel estaba feliz e incluso asombrado de que a pesar de los affairs que ambos tuvieron en medio de todo el pleito, ese nuevo bebé se reservó sólo para ellos.
Gracias a la terapia ella fue tan honesta como el también y confesaron que nunca concibieron otros hijos en medio de tanta locura.

A pesar de eso, con todos los problemas en los últimos 4 años el mundo de Lena se derrumbó y entonces optó por encerrarse en sí misma.
Se aislaba de sus amigas en el colegio, avergonzada de que supiesen que provenía de un "hogar roto" aunque Lillian y Lionel estaban regocijados con la noticia de un nuevo bebé en camino.

Por lo demás su vida continuó igual.
Estimulada por su madre leía con avidez, escribía poesías, escuchaba música, pintaba, nadaba en la piscina y logró hacerlo sin usar flotador, tocaba el piano, jugaba con los perros y con su hermano y por nada del mundo se perdía sus clases de equitación, ballet y francés, pero todos los que la rodeaban decían que era una niña triste.

Lillian por su parte sufría de nuevo con los fuertes dolores del embarazo pero esta vez su marido hizo todo lo posible por aumentar el tiempo en casa siempre y cuando no dejaba de atender sus negocios mientras jugaba con los niños.

Y así un día Lex retornó a casa a punto de graduarse con honores en Princeton y nacía la pequeña Lucille 9 meses después siendo un fruto de la reconciliación.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora