29: Kara, la joven Trabajadora

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En la ciudad de New York, tal como Flynn lo había previsto eran muchas las personas jóvenes que llegaban a la Gran Manzana a buscar oportunidades como ella y debían subsistirse por sí mismos para costearse sus necesidades básicas.
Y sí, en New York siendo ésta una zona multicultural, emigrantes de todas partes del mundo en los años 20 comenzaban a hacerse prosperar en Estados Unidos y después de la Primera Guerra Mundial era mucha influencia de personas provenientes de regiones muy lejanas estaban concretando el ya famoso Sueño Americano.

Y para Kara todo eso lo tomó por buen aprovechado.
Por un tiempo trabajó en la zona del Conney Island y aprendió a caminar en zancos para anunciar un producto local.
Vendió corbatas pintadas a mano por un gran diseñador que era buscado por personas ricas aunque la paga para ella era nula.
Poco después ella también vendía mariscos frescos en la zona del Barrio Chino y aprendió mucho sobre la cultura de la comunidad asiática, especialmente, a comer con especias y otros tipos de carnes que jamás habría podido llegar a probar en su pequeño barrio en Rochester.

En el Barrio Italiano llegó a un restaurante de corte Europeo para comenzar trabajar como camarera y no sólo aprendió diferentes tipos de comidas de ese continente, también a cocinar pastas y pollos con recetas de las costas mediterráneas.

Hacía todo esto mientras si ella sabía de alguna audición para trabajar cantando en un cabaré nocturno o un espectáculo callejero o en uno de los teatros de artistas independientes para seguir fortaleciendo su talento al canto.
Pero su repertorio era muy pobre de composiciones para distinguirse entre varios de los jóvenes aspirantes que lograban obtener respuestas alentadoras o desecantes de los expertos en la materia.

Un día, en Broadway se estaba anunciando la llegada de un espectáculo de artistas franceses que pondrían en escena el famosísimo musical Les Miserables, siendo éste un musical
completamente cantado basado en la novela homónima de Víctor Hugo, con música de Claude-Michel Scönberg, con letras originales en francés compuestas por Alain Boubil y Jean Marc Natel, y la adaptación al inglés por Herbert Kretzmer.
Su repertorio de canciones están incluidas composiciones tan conocidas como:
"I Dreamed a Dream",
"On My Own",
"Do You Hear the People Sing?",
"One Day More",
"Bring Him Home",
"Empty Chairs at Empty Tables",
"Master of the House" y
"Castle on a Cloud".

En ese entonces, Kara hacia esfuerzos para costearse una entrada para asistir a los grandes espectáculos de Broadway.
Pero por su precaria situación económica ella no podía mas que asistir a únicamente un espectáculo musical cuando las personas a cargo de las producciones, accedían a bajar sus costos en los boletos cuando habían bajas en las audiencias y eso era casi al final de la temporada de funciones, especialmente para favorecer a las personas de escasos recursos.
Así, pudo ir a ver El Cascanueces y también Lo Que El Viento Se Llevó poco antes de que fuera adaptado al cine por esos años.

Pocas semanas después de la puesta en escena, los organizadores del musical hicieron un llamado a contratar a potenciales mujeres jóvenes con habilidades en el canto y la actuación para comenzar a trabajar en el reemplazo de 2 de las actrices suplentes que en conjunto comenzarían sus licencias de maternidad.

El eco fue recibido por un pequeño grupo de mujeres jóvenes no mayores de 25 años.
Por esos años, la industria del teatro en América eran difundidos los espectáculos de cantos y bailes enérgicos y vibrantes, y los musicales de Europa se basaban por sobretodo en sus legados históricos de guerra, personajes ilustres, recitales de ballet y comenzaban las adaptaciones a libros más allá de todas las obras de Shakespare que fueron el Boom por muchos años.
Por esa época en América, el Charleston y el Can Can eran los géneros musicales del momento y se organizaban galas bailables en los grandes casinos y no era raro ver a muchas muchachas ataviadas con trajes de faldas cortas con lentejuelas y muchos brillos preciosos.
Plumas, tacones, collares de perlas, encajes, y legítimos diamantes.
Pelucas de cabelleras cortas tipo Lulú con mucho brillo sedoso, el maquillaje que consistía en ojos bien pronunciados con los delineadores negros que fueron muy usados en esa épica, polvos faciales que hicieran brillar las mejillas y labiales rojos bien marcados dando un Sex Appeal que sigue siendo tendencia en nuestros días.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora