41. Piso #50

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- Señorita Danvers ¿se encuentra bien? - era Barry quién notó a la chica salir del baño con su rostro demacrado.

- Oh, si. Creo que se me pasaron un poco las copas. Jajaja.

- Bien, nada más con poder verla una vez más esta bien.
Nada más la buscaba, para despedirme de usted.

- ¿Irse? ¿Justo ahora? - expresó en un tono exagerado y haciendo pucheros. - La fiesta apenas está poniéndose tremenda. - decía muy graciosa.

- Pues por eso señorita Danvers, por mi parte ya tuve suficiente fiesta y tengo que viajar mañana a Philadelphia.

- Ouch, señor Allen, y yo que la pasé muy bien con usted. - entre su borrachera, ahora balbuceaba. - yo pensaba. no se, salir al jardín y tomar unos tragos pero... No importa usted quiere irse, está bien. Yo me la pasé de maravillas con usted.

- Y usted resultó ser una compañía muy agradable señorita Danvers. - dijo con claridad. Al parecer al señor Allen muy por tantas copas servidas él sabía controlar su comportamiento con el alcohol a diferencia de Kara que sonreía alegre y gesticulando movimientos torpes mientras hablaba. - Yo retornaré a New York por negocios más o menos dentro de un mes estaré fuera de la ciudad.

- ¿Oh. Un mes? Para entonces ya sería el próximo año y ya habría pasado muchísimo, muchísimo, muchísimo tiempo.

- No exagere. De todos modos yo iba a dejarle mi número del cable y mi dirección exacta para que me redacte telegramas.
Entonces él sacó una tarjeta con sus datos personales, en él destacaba el nombre del cabaré que estaba pensando comprar: Morant.

- Que lindo señor Allen, ojalá yo tuviera mi propio cable para telefonear.

- No se preocupe, con tan solo haga las llamadas desde la oficina postal será mucho más sencillo y además es gratuito. Espero me escriba y nos volvamos a encontrar.

- Si lo haré... Y le llamaré, muy tarde, ya sabe para qué. Jajaja... - en su estado podía ser más coqueta de lo que ya estaba, a Barry le causó gracia.

- Me divertí mucho con usted en esta fiesta señorita.
Muchas gracias por aceptar mi invitación a cenar.

- ¡Oh que diablos! ¡Muchísimas gracias señor Allen! Gracias a usted he pasado la noche más loca de mi vida.

- Y vaya locura, usted está más alegre.

- Todo gracias a usted, y desde ya le deseo unas felices fiestas.

- Felices fiestas para usted también. - dijo para después abrazarla y luego retirarse.

Tras avanzar hacia la puerta y desde ahí notar la gravedad del estado en el que se encontraba Kara al apoyarse en el mostrador para quitarse sus tacones.
- ¡Ah! Lo olvidaba. ¡Señorita Danvers, espere!

- ¿Eh, qué pasa guapo?

- Olvidé menciónarte de que Lex Luthor me pidió de favor que le entregara a usted ésta tarjeta para subirse al piso número 50.

- ¿y eso, por qué? - preguntó intrigada.

- Me dijo que quería hablar nuevamente con usted en ese piso, no sé, no me dijo gran cosa, solo si que vaya al ascensor y pida llegar hasta ese piso.

- Esta bien, iré después.

- ¿Pero de verdad, irá cierto?

- Si, si, después de servirme otra copa.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora