55. Estás a salvo hermanita

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Dos días de viaje y una forzada parada a República Checa ya que en ese país se encontraba entre la tempestad de un temporal de lluvias, los Luthor llegaron al Austria a la medianoche y rápidamente se instalaron en un hotel céntrico.

Al amanecer del siguiente día acordaron tomar un tren que tendría entre su recorrido hasta Munich, un estado del país alemán y mientras iban de camino, Lex pidió un periódico local de Alemania y servirse un café mientras Kara observaba las planicies campesinas del país Austriaco.

Aquellas imágenes pintorescas de las granjas, los establos de caballos, los lugareños que labraban la tierra, los riachuelos, las vacas, los conejos... Todos esos elementos le transmitían un poco de paz, muy a pesar de estar tensa desde hacía tres días y sin casi dormir; todo para intentar reunirse con Lena, su cuñada y a quien vería por primera vez desde hace mucho tiempo.

Por supuesto, ambos tendrían que decirles la cruda verdad sobre su matrimonio y de alguna forma hacerse escuchar y desafiar a todo un Parlamento y a la tediosa familia real para abogar a favor de un próximo divorcio, aunque eso haga hacer que los mismos Rey y Reina de Inglaterra a fuerza deban de conceder tal petición.

Mientras iban de camino, Lex leía detenidamente las reseñas de sociales de la tira periódica.
Lex entendía muy bien el dialecto alemán así como otros idiomas así que leía el periódico con cierta tranquilidad, de no ser por el ir y venir de los sirvientes que atendían a los pasajeros y el movimiento de el tren, trataba de no alterarse porque si una cosa lo molestaba, eran las distracciones en medio de su lectura.

No en vano, la tira impresa destacaba en la columna de sociales, ese día estaba una fotografía de Lena acompañada del brazo de su esposo.
Bajo la imagen, se leía el siguiente párrafo:

- » Lord Arthur y su señora ofrecerán una recepción de etiqueta en el palacio nacional de Berlín, a beneficio de la Cruz Roja.
De dicho evento, se recaudarán fondos para abogar por las necesidades del cuerpo voluntario y salvamento así como también equipamiento de primer nivel para los socorristas de dicha organización. « -

Con esa información, a Lex se le ocurrió la idea de hacer parada hacia ese estado y hacer asistencia a dicha cena.

- Se me ocurre ir bajo el nombre de un multimillonario francés que invierte en bienes raíces. No es nada del otro mundo si es lo que soy.

- ¿Y como para qué ir bajo un nombre inventado cuando puedes presentarte siendo tú mismo? - Kara consultó divagando en sus intenciones.

- Porque a esa gala de la Cruz Roja, no es de cualquiera el poder asistir. Generalmente asisten miembros de casas reales, políticos y ciudadanos pudientes a ésta cena lucrativa de caridad.
Se cancela una cuota voluntaria que puede ser arriba de los 1,700 dólares americanos solo por entrar. La idea es que además se realiza una subasta y un baile tras la cena... - de por sí Kara comprendía además de que entre unas cosas a otras de que era más conveniente que ellos pudieran hacerse pasar como ciudadanos pudientes radicados en Europa asistiendo a dicha cena porque sería bastante llamativo el tener a una pareja americana a la que fácilmente Arthur llegaría a reconocer a su cuñado en medio del festín.

Para Kara, esa idea no tenía mucho fundamento, pero si querían dar con Lena, tenían que irse de manera discreta.

Llegaron a Berlín, la capital de Alemania casi al anochecer después de descender de el tren.
No hubo tiempo para buscar un hotel con muchos lujos y acomodarse como solían hacerlo en sus viajes.

Únicamente se instalaron en un discreto hotel y como en su equipaje traían ropa para toda ocasión, en menos de lo que tomaría para la pareja el vestirse y arreglarse para la salida de gala, en punto de las 7 de la noche los Luthor llegaron al palacio nacional junto con sus mejores ánimos y muy bien presentables como lo suelen ser en cualquiera de los eventos que ambos asisten.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora