50. La nueva Señora Luthor

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Casi al atardecer ese de mismo día después de la ceremonia, Lex y ahora su reciente esposa Kara se embarcaron en el lujoso crucero Conti di Savoia que los llevaría rumbo al Mar Mediterráneo y a países del Medio Oriente.

Así como quisieron mantener en secreto la boda, Lex y Kara querían ocultar el itinerario de su luna de miel pero todos los miembros de la prensa en la ciudad estaban a con la expectativa de conocer el perfil de la nueva señora Luthor y para sorpresa, ni todo el dispositivo de seguridad del magnate fue suficiente estando a bordo del Conti di Savoia ya que fueron alcanzados por un grupo de fotógrafos y reporteros.

Lex estaba acostumbrado al acoso de los periodistas y supo disimular su molestia siendo cortés con todos los que lo saludaban y a Kara, siendo para ella una situación muy nueva, no debía mostrar cualquier reacción que hiciera enojar a Lex, así que no le quedó más remedio que posar radiante junto a su marido para una fotografía.
Pero cuando los reporteros insistieron en comenzar a hacerle preguntas y los fotógrafos en continuar con tomarle más fotos.

- Disculpen a mi esposa. Como toda novia, ella está muy nerviosa. - comentó Lex al dejar que Kara se retirase a su camerino.

Entonces, él permitió que lo entrevistasen aunque pidió que no debían redactar ni una sola línea sobre su esposa ni de cómo y porqué situación se sucedió la boda muy a pesar de la insistencia de los profesionales. Pero cuando un reportero sacó a colación el tema de la "supuesta enfermedad crónica" que Bárbara Petrungaro comenzó a padecer justo después de enterarse del nuevo compromiso del magnate, entonces él dio sus declaraciones hasta la saciedad, diciendo de que estaba acostumbrado a engañar a su ex novia y su compromiso con ella jamás podía ser encaminada hacia el altar, todo lo dijo con mucha jactancia y prepotencia, dejando en claro de una vez por todas que nunca consideró en serio a esa mujer.
De esa forma, la prensa tendría mucha tela que recortar para publicar sobre la ruptura con la Petrungaro, para a cierto modo desviar el tema del nuevo matrimonio del momento.

Muy a pesar de que Kara aún pensaba que había perdido la virginidad entre el calor de las copas en la fiesta de los Luthor, ella seguía siendo casta y esperaba de que su noche de bodas fuese la más romántica y hermosa de sus vidas, sin alcohol ni confundirse como sucedió aquella noche de fiesta.

Al anochecer, tras bañarse y perfumarse, se puso un conjunto muy revelador que había comprado para estrenarlo esa noche.
Pero al salir del baño y entrar al dormitorio nupcial se encontró con un muy dormido Lex Luthor en toda plenitud de la cama.

Para Kara, el estar en un dormitorio con un hombre por primera vez en toda su vida, era abrumador.
Pero ahora era una señora casada y debía al menos ser paciente y considerada.
Observaba a Lex, su recién nuevo esposo profundamente dormido, un contraste muy diferente al magnate casanova que andaba de falda en falda y que bien podría estar de complaciente con su esposa o bien, con alguna pasajera del crucero pero no, el poderoso magnate multimillonario dormía plácidamente en la cama.

Kara pasó la noche intentando dormir en la amplia cama pero sus nervios previos a la ceremonia y posteriormente en la noche de bodas, no se disipaban y no fue hasta que se levantó de la cama y pasó el resto de la noche en la sala del camerino, quedando al fin dormida en el sofá.

A bordo del barco los días pasaban en alta mar, Kara estaba disfrutando del enorme paisaje azul, probando las delicias de los bocadillos que servían en el crucero, aprendiendo sobre la cultura y costumbres de cada país que visitaban duran te el viaje, caminando en la borda del brazo de su marido y ambos saludando cortésmente a quienes los saludaban pero en las noches el tema de dormir en la misma cama no siempre era la mejor idea para acabar el día.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora