23: Un hermano para Kara, un novio para Hilda

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La vida de Kara a sus casi 14 años era que pasara cantando por limosnas en las calles de su barrio apenas, y con toda la precaria situación económica ella no pudo cursar más allá de un sexto grado de primaria, pero al menos sabía leer, escribir y un poco matemáticas.
Tenía grandes sueños como cantante y se colaba en los teatros y cabarés de la zona costera de Bay City cuando iba a visitar a Nanaline.

Habían pasado varias semanas desde el conflicto familiar protagonizado por Susan y el ambiente era tenso cuándo ella e Hilda estaban en la misma habitación.

Un día Marlon y Kara salieron a buscar pan y leche para cenar a una tienda cercana.
Allí, estaba Elfed, el joven que llegó aquella fatal noche que terminó sin conocer del todo a Hilda, la hija a la que Tommy lo invitó a comer esa noche.

- ¡Hey! - dijo Marlon.

- Hola chico, tú... - y se le quedó observando interrogado por unos segundos - ¿con cuál de los hermanos de Hilda me puse de acuerdo para invitarla a salir?

- Con Brandon.
Tú ya deberías saber diferenciarnos, nacimos el mismo día pero no somos parejos del todo.

Elfed comenzó a hacer amistades con los hermanos Danvers, tenía más empatía con los mellizos y éstos se habían propuesto en hacer que Elfed cortejara a su hermana Hilda para llegar a casarse, algo que Tommy y Evangelina se sentían a gusto, pero como Hilda es un desafío tendría el apoyo de todos los Danvers, exceptuando claro a Susan.

- ¿Tienes idea de qué color es su favorito? Ahorré para obsequiarle un vestido, quizá ella suele no salir porque no tiene ropa para eso.

- El rojo. A Hilda le gusta el rojo como las rosas.

- Bien y tú, ¿cómo están todos en casa, tu hermana la atolondrada aún le va en contra de las chicas?

- Ni hace caso, le alza la voz a tu amorcito, y a Nonny, ya sabes, siempre su prepotencia va por encima de su razón.

- ¿Es verdad pequeña? - Elfed había tomado cariño de los Danvers, especialmente para ganarse el afecto de Hilda y comenzó a sentir cariño por Kara, a la que ya trataba como hermana menor y es que también los mellizos lo estaban poniendo al día sobre el comportamiento de la mediana de sus hermanas y las consecuencias de su rebeldía.
Kara sólo asintió y Elfed no hizo más comentario a ello pues sabía que no era un tema para compartir y más tratándose de un asunto familiar muy delicado.

- Sabes, yo creo que Hilda se hace la dura porque nunca ha conocido un hombre y quizá si, no eres lo que ella habría soñado pero desde que te conocemos ya casi dejaste de ir a la taberna con nuestro padre.

- Si, lo sé, aunque hoy saliendo del trabajo tu padre quiso insistir que fuera con él, pero me negué y pensé si otra vez voy a la casa y llego a cenar.
Esta vez quiero ganarme otra sonrisa de Hilda.

- Sería la número 5 o 6 ¿no? - Kara provocando una risa a Marlon, recordando que pocas veces la mayor sonreía al verle, o eso suponía pues Hilda tiene su carácter.

- Bien, entonces está hecho, llegaré a la casa, no importa si tu hermana se ponga brava con mi presencia, a fin de cuentas me llevo bien con todos aunque ella sea dura conmigo.
Solo me esperan cerca de las 8 y voy a llevar un tarro de helado.

- Pero no tenemos algún lugar donde guardarlo para mantenerlo frío, se va a derretir. - dijo Marlon.

- Me las arreglaré.

La Heredera Y La Cantante LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora