08. Trabajo y amigos

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Tomó las últimas personas de la parada y se dirigió al semáforo. Estaba en rojo. Marcó el boleto de las personas y revisó el espejo retrovisor.
Cuando al final de la fila, se encontraba Taemin, otro supervisor.
Subió al transporte y Jimin avanzó cuando el semáforo cambiaba a verde.

_Taemin, ¿Hoy estas de turno?

_Park- le reprochó este, sacando su planilla y buscando a Jimin entre la lista.  El pelirosado dio un giro en la avenida y escuchó el timbre del fondo, alertando que alguien bajaría en la siguiente parada. Frenó suavemente y abrió las puertas; esperando que la señora bajara sin problemas. Cerró estas y continuó circulando- Te he dicho que en el trabajo soy Sr.Lee

_Vale vale, Sr. Lee.

_Bueno Park ¿Terminaste el recorrido de las diez?- Jimin asintió y Taemin anotó algo en la planilla- Bien. Entonces, te advertiré de los cambios- esperó unos segundos y se culpó por dar las malas noticias a su amigo. Su semblante se volvió pesado y se rascó la nuca, claramente nervioso - Te quitaron el recorrido de las dos. Y el de las cuatro. Te redujeron el de las seis. Ahora terminas a las siete en vez de las ocho- dijo el inspector.

Jimin casi pisa el freno del shock.

_¿O-osea que...-

_Se te descontarán las horas. Sería un cuarenta por ciento menos de tu sueldo normal...lo lamento- dijo con un tono pesado- Sabes que están recortando personal y que los que tienen más años de antigüedad son los afortunados.

_Está bien, Sr.Lee....no ocurre nada - dijo con la vista al frente, parpadeando rápidamente . Obligando a que sus lágrimas no bajaran por sus abultadas mejillas.
  Si antes le costaba con el poco sueldo que tenía,¿Cómo haría ahora? La plata del premio se acabaría, y luego Jimin no tendría más dinero. Sólo la poca suma que ganaba.
¿Por qué la vida le trataba de esa manera?¿Por qué pareciera que todas las desgracias le ocurrían a él y su familia? La cual estaba rota.

Jimin estaba roto.

_Lo siento Jimin - dijo ya, un poco más comprensivo- sé tu situación y créeme que realmente yo no quería-

_Por favor, Sr.Lee. Se le hará tarde.

Taemin le miró por unos pesados segundos, como si estuviera tratando de asegurarse que su amigo no se tiraría de un vehículo en movimiento en un intento de suicido.
  Suspiró y asintió, bajando en la próxima parada, dejando a la gente pasar y sacar su boleto.
Jimin no paraba de pensar una y otra vez. Se repetía a si mismo que debía luchar. Que debía vivir: Por su mamá, Tae, Jin, Namjoon, Yoongi, Kwan...pero por su cabeza, nunca se le pasó el luchar por el mismo. Nunca quiso intentarlo.
Estaba deprimido. No tenía ánimos para quererse. 
El instinto de meterse los dedos y vomitar se le esparció tan rápido por su cuerpo como las lágrimas por sus mejillas.

_Uno hasta la Av. Steege- dijo con una voz aguda y chillona.
  Jimin sólo quería poner el freno y saltar por la ventana.
  Pero no lo hizo: siguió trabajando aunque fuere por miserias. Debía cuidar a su familia, a sus amigos...debía vivir por y para ellos.

Pero nunca para él.

_Enseguida...- murmuró acercando su mano a la plaqueta con botones plateados . Apretando el único verde, marcando el precio .
  La señora terminó de pagar y se dirigió a los asientos. Para peor de Jimin, el único libre era el que se encontraba justo detrás suyo. El horrible perfume barato seguía inundando sus fosas nasales, produciéndole una horrible jaqueca. Colocó tercera y se metió de lleno a la autopista. Faltaba poco para terminar su recorrido. Uno de los pocos que le quedaba al fin de cuentas ¿Cómo es que su vida había empeorado tanto?
  Cayó en cuenta que a partir de ahora debía de conseguir otro empleo con el tiempo libre que le quedaba. Debía conseguir más dinero y otra forma de sustento.
  ¿Cómo lo haría? No tenía experiencia en nada más que no sea conducir. Era menor de edad, y con los estudios sin acabar. La posibilidad de otro trabajo era nula y los horarios que tenía eran muy complicados.

_¡Chofer!¡Parada por favor!

  El grito descolocó a Jimin y lo quitó de sus pensamientos. Un joven estaba tocando el timbre hace ,al parecer ya, bastante tiempo. Jimin bajó la cabeza y abrió la puerta, discúlpandose en voz alta.

_Demonios Park...- se dijo a si mismo volviendo a marchar mientras colocaba primera. Su mente deliraba y el perfume con olor a rosas artificiales no paraba de darle puntadas en la cabeza. Quería parar todo y agarrar a la señora del cuello, echarla por la ventana y abrirlas todas para que ese aroma se fuera.
  Estaba furioso e irritado. Su nariz picaba como sus manos al volante. Si seguía apretando de ese modo lo abollaría y debería de comprar otro con dinero totalmente de su bolsillo. Y no tenía. No podía.
  No tenía ni siquiera para darle de comer a su familia.

Todo su cuerpo picaba.

  Se removió en el asiento, produciendo que su pantalón se estirara un poco más en sus muslos. Claro, no estaban hechos para él. Ni siquiera le dieron uno nuevo: Era el pantalón que se le había quedado olvidado a un Beta hace años. Y Jimin al ser un Omega, despreciado, con carnet falso y sin bienes económicos para comprar el uniforme...había quedado con esa prenda.
  No estaba hecha para sus muslos grandes y abultado trasero.
  Un sonido se escuchó cuando se removió otra vez: el agujero en los bolsillos de había roto aún más. Lo que le faltaba.

Casi se pasa un semáforo en rojo, pero frenó a tiempo .

Estaba furioso y triste. Era un mar de emociones. Su lobo gruñía en su interior y sus dientes picaban. No podía dejar que el animal lo domine en ese momento. No podía perder el control. Nunca escuchaba a su lobo y siempre había estado dormido, apareciendo muy de vez en cuando. Estaba sorprendido por aquello pero creía que era por las emociones fuertes que estaba sintiendo
Simplemente-

_Park- dijo una voz firme - Le estoy hablando¿Acaso no escucha?

Jimin observó su ventanilla baja y encontró a un Alfa de cabellos castaños y ojos pequeños viéndole.

_Señor Im...

_Bueno, como sea...¿Terminó su horario?- dijo buscando la planilla. El pelirosado le prestó atención a sus perforadas orejas y linda sonrisa. Olfateó el aire y captó olores muy ácidos. Cítricos.
  Ese no era el olor.

  Jimin asintió

_Bien, llegue a la terminal y deje el vehículo. Buen trabajo por hoy .

  El pelirosado suspiró y asintió. Colocó primera y siguió hasta el final del recorrido, calmándose cuando la señora al fin bajó del autobús. Tuvo el instinto de aplastarle el pie contra el cordón de la calle pero se contuvo.

  Colocó reversa y estacionó en el garage.
  Cuando el motor dejó de rugir , suspiró, pasándose las manos por el cabello.
  Quería huir. Quería dejar de tener responsabilidades. Dejar de ser el sustento de una familia, dejar de luchar contra todo un sistema entero. Poder vivir en paz.
Pero no podía.
Bajó de allí y se dirigió a la salida.

A los golpes [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora