A los golpes [Kookmin]

9.Encuentros

_Hey, Jimin...¿Me estás escuchando?- preguntó el pelinegro, tocando el hombro del pelirosado. Jimin movió su cabeza y miró a su amigo.

_Sí Hyung...te estoy escuchando, continúa.

_Bien - Seokjin se aclaró la voz y cruzó la calle, junto con Jimin. Esperaron estar caminando en la acera pra seguir con la charla - Supuestamente quería que me encontrase con él en la plaza de a unas calles de mi trabajo... ¡Me espió, Jimin!¡Incluso sabe donde trabajo!

_Bien, bien, Jin Hyung, cálmate.Mira, nos encontramos con él, le hablamos y lo convencemos.

_¿Y si no se lo cree?

_Pues...hace mucho que no tengo una pelea callejera - dijo este, comenzando a dar saltitos en el lugar y colocándose en modo de guardia. Realmente no le parecía mala la idea de desquitarse con un Alfa idiota. Su amigo seguía creyendo que las palabras iban a funcionar.

_¡No!- gritó Jin - No quiero que pelees con él, Jimin. No todo se soluciona a los golpes.

_Pues en mi vida sí - dijo este mientras guardaba sus manos en los bolsillos y le indicaba a su amigo que era tiempo de cruzar la calle. No se había dado cuenta de lo crudas que habían sido sus palabras.
La plaza estaba un poco vacía. No había niños jugando en ellas y a lo sumo habrían dos parejas sentadas en los bancos, junto con una anciana bajo un gran árbol, leyendo algo.
Jin se acercó un poco mas a Jimin y este también. El Omega le tocó el hombro y miró a su amigo. Esperando que captara la señal.
El pelinegro se apresuró a rodear al chico con el brazo y caminar junto a él. Si debian parecer una pareja, debían hacerlo bien.
Jimin trató de tranquilizarse en el hombro izquierdo del Beta ,oyendo su corazón, cual latía muy fuerte.El clima se encontraba apocado y ambos encontraron un momento de tranquilidad.

No le era difícil a Jimin actuar como el Omega de Jin. Él le cuidaba y lo amaba; no era malo.
Dejó salir todo el aire de sus pulmones y encontró calma y paz después de tanto tiempo.
El olor de Jin era cálido y recomfortante. No le picaba la nariz ni nada. Debía hacer que este se impregnase en él para mejorar la cuartada.

Y entonces un olor mas lo abrumó, y al parecer a su amigo también porque todos sus músuculos se tensaron.

Un aroma agrio y ácido les inundó, proveniente del Alfa que se encontraba caminando hacia ellos con un ceño de pocos amigos.

_Jin, bebé, ¿Quién es...él?- dijo mirando despectivamente a Jimin. Como si fuera un blanco. Alguien quien quisiera robarse su trozo de filete.

_Ya te dije que no me llamaras bebé - suspiró- Él es Jimin, mi Omega. Te dije ya que no puedo estar contigo.

El pelirosado sólo se escondió un poco más bajo el brazo de su amigo. Odiaba tener que actuar como todos los Omegas lo hacían. Aunque era fácil: Hacer totalmente lo contrario a lo que normalmente haría.

_¡No!- el Alfa se puso histérico y comenzó a avanzar hacia ambos. Los amigos retrocedieron un par de pasos pero el lobo en frente suyo volvió a acortar la distancia- Es mentira. No lo es, no lo has marcado.

_Eso es porque aún no lo saben mis padres. Tengo que presentarlo. Pero no te debo explicaciones a tí. Nos vamos, espero no vuelvas a meterte en nuestras vidas.

_¡Soy tu Alfa y tú mi Beta!¡Lo sé!¡Puedo sentirlo!¡Eres mio!

El pelinegro tembló ante el tono de voz. Otra vez esa sensación.
Jimin estaba normal, no le hacía efecto en nada. Así que decidió que era tiempo. El Alfa parecía muy furioso; su mejor amigo fue un idiota al creer que esto se resolvería hablando. A veces era demasiado inocente.

_Basta ya. Lastimas a Jin, Alfa estúpido.

_¿Qué?¿Acabas de insultarme?- dijo incrédulo- Te ordeno que te arrodilles, estúpido Omega.

Jimin se rió y dio un paso hacia delante.

_Lo que tocará el suelo no serán mis rodillas, sino tu obstinado trasero arrugado. Mira que ir persiguiendo a un joven Beta inocente si que es caer bajo.
La cara del Alfa se desfiguró ante la sorpresa. Nunca ningún Omega había podido incumplir una orden suya.

_J-jimin ...-murmuró Jin- Basta.

_No- el pelirosado cruzó los brazos y se enderezó ante el viejo - Tienes razón, no soy su Omega. Teníamos planeado que tu cerebro del tamaño de un maní creyera eso ,pero al parecer si piensas con tu otra cabeza. Mira tú.

Fue suficiente para que el Alfa se lanzara hacia Jimin. El menor sonrió de satisfacción y alzó su guardia, como si hubiese estado esperando por esto toda su vida.
Cuando las pesadas manos le tomaron de los hombros para tratar de derribarlo, Jimin alzó su pierna izquierda y dio una frontal en todo el estómago del Alfa. Cosa que lo hizo retroceder, dejándolo sin aire.
Jimin no esperó a que se recompusiera que se lanzó hecho una bestia, comenzando a dar golpes en su estómago. Recto tras recto. Cross tras Cross.

Cuando el Alfa cayó al piso, este aprovechó para acercarse.

_Te lo advierto- dijo con un tono dominante, cosa que había copiado de los asquerosos- Vuelves a molestar a Jin- su pie derecho se colocó encima del miembro de este - Y te quedas sin este pedazo inservible de carne ¿Entendido?

El Alfa sólo gruñó, sacándole los dientes afilados al pelirosado.

_Como quieras- dijo Jimin, levantando un poco el pie para volverlo a su lugar, tomando distancia para aplastar todo a su camino.

_¡Basta, Jimin!

No sabe que le pasó, o por qué esa voz gruesa y profunda le hizo trastabillar y caer al suelo. Pero todo lo que sabía era que le dejó aturdido, como un golpe. Como si de la nada le hubiesen empujado desde el centro de su pecho haciendo que sentara de repente.
Un hombre alto salió de detrás del árbol, con las manos dentro de la chaqueta, unos pantalones negros ajustados y su cabello cayendo casi sobre sus ojos. Como si lo hubieran peinado con la mano hacia atrás y este hubiese vuelto nuevamente a su lugar.

Ya conocía ese rostro.

_Estúpido- le dijo al Alfa en el suelo, dándole una mano para levantarse- Te dije que te alejaras de él. Quítate eso de la cabeza de que es tu pareja destinada.

Y Jimin cerró los ojos cuando este giró su rostro hacia él, con una mirada feroz. El aroma le llegó como si fuera un golpe directo a la cien. Se retorció en el suelo y se tapó el rostro con sus manos. Su cuerpo ardía, no podía moverse y le costaba respirar otra cosa que no fuera ese aroma mentolado y fresco. A eucalipto con cedro.

_¿Jimin?- preguntó de lejos Jin, acercándose - ¿Estás bien?

Este trató de asentir, pero el cuerpo le ardía demasiado. El toque de su amigo le lastimaba. Era como tener a miles de hormigas caminando por su estómago. Era una sensación que no había sentido nunca antes.

Jin miró al nuevo Alfa en escena y le preguntó.

_¿Quién eres?

_Un gusto, ¿Tú eres Seok Jin no es cierto? Disculpa a mi conocido, es un poco idiota. Un gusto, soy Jeon Jeongguk.

Y Jimin recordó de donde lo conocía.

Hola mis auriculares!
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