A los golpes [Kookmin]

15. Arreglos

¡Di algo idiota!

_S-sí...- murmuró con un hilo de voz, perdido en esos deseosos ojos.

Jungkook sonrió.

_Vale, ¿Qué ha pasado?

_Recorte...

¡Deja de olerle!¡Te distrae!¡Controlate Park!

_¿Te refieres al recorte de horarios?- habló finalmente Namjoon más que sorprendido por la actitud de su amigo. Luego hablarían bien de esto.

La tercer voz ayudó a Jimin a recomponerse un poco. Se enderezó en su lugar y finalmente miró a su amigo, acercándose al escritorio y quedando cara a cara.

_Sí. Sé que no debo quejarme, sé que debería estar más que agradecido de siquiera poder pisar esta empresa, Nam, y creéme que de verdad lo estoy; pero realmente, necesito más horas - dijo, tratando de que su voz no se quebrara- Tae necesita comer, mamá también. El dinero del premio no durará. Y no es mucho que digamos.

Nam suspiró y negó con la cabeza.

_Lo siento, Jimin. Realmente...realmente lo siento. Estuve en la Junta, apelé por ti. Pero era mi voto contra veinte. Hice todo lo posible a mi alcance - este tomó la mano de Jimin por sobre la mesa y le acaricio - Perdóname.

_Está bien, Nam. No fue tu culpa, yo-

Un gruñido se escuchó y ambos se dieron media vuelta para encontrarse con un Jungkook con la mandíbula a punto de estallar por la presión, junto a una mejilla siendo empujada por su lengua.

_Jimin, tendrás tus horas.

_¿Qué?- preguntaron al unísono el Alfa y el Omega. Claro que Jeon era el nuevo socio, que tenía más influencia en los demás empresarios por el simple hecho de llevar ese apellido; pero en ningún momento dejó de mirar el contacto de Jimin con el otro.

_Tienes dos opciones: recuperar tus antiguos horarios - dijo Jungkook tratando de calmarse. Sucedió cuando Jimin retiró la mano. El Alfa sonrió y se levantó, colocando las manos en sus bolsillos y comenzando a caminar por la sala - O bien, trabajar como mi chofer en los horarios que tenías.

La mandíbula de Nam casi toca el suelo y la de Jimin estaba a punto de tomar el ascensor a la planta baja.

¿Qué?

_Chofer... ¿Hablas enserio?- preguntó el pelirosado. Su corazón dio un vuelco al escuchar la socarrona y baja risa que el castaño dejó salir, negando con la cabeza; cuando hizo esto, Jimin no pudo evitar no ver detenidamente las venas del cuello de Jungkook que se marcaban con cada movimiento. Deseaba lamer cada una de ellas, devorándole todo el cuello. Esa sería una clara prueba de confianza por parte del Alfa.

¿Qué estaba pensando?¿Por qué demonios necesitaría una prueba de confianza?

_ No te lo diría si fuese mentira, Jimin.

_Pero...

_Jungkook- dijo Nam pasándose y apoyando ambas manos en el escritorio, de modo que produjo un golpe seco - Entiendo que ahora seas mi socio y por ende también dueño de cierta parte de la empresa...Pero no puedes tomar decisiones sin una junta o siquiera sin comentarme a mí.

Jeon frunció el ceño y se cruzó de brazos.

_Claro que puedo -gruñó- todo lo que sea entorno a Jimin está bajo mi mano, no hablo de la maldita empresa.

El pelirosado abrió más los ojos (si es que eso era posible) y tembló en el lugar, afirmándose al asiento y tratando de respirar bien.
Sus mejillas se ruborizaron y sus ojos estaban fijos en el autoritario Alfa parado a unos pocos pasos de él. Su lobo bailaba dentro suyo y casi que ronroneaba si fuera eso posible. Algo cálido creció dentro de su pecho.