46. Omega

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La sala quedó en un silencio sepulcral.  Jimin no podía creer lo que estaba viendo.

Jungkook se había convertido en un lobo, en un enorme lobo.

Buscó a su hermano con la vista y este se encontró con la suya, viéndole fijamente. Sus ojos estaban rojos al igual que los suyos, y el pelirosado entendía aún menos la situación.

Pero cuando sintió que la daga cada vez apretaba menos, vio por le rabillo del ojo a Jeon Suk preso del pánico, temblando y con los ojos bien abiertos, como si estuviera en shock.

Vio su oportunidad.

En un rápido movimiento le dio un cabezazo, usando toda la fuerza posible. Pudo sentir como gritaba por el dolor y como todo el mundo parecía comenzar a moverse. TaeHyung y Hoseok comenzaron a luchar igualmente con los sicarios a sus costados y Jungkook se lanzó hacia Jimin.
El pelirosado empujó a su captor y comenzó a correr hacia Jungkook en el momento en el que vio a los guardias comenzar a correr hacia ellos. Jungkook estaba a cuatro patas y Jimin necesitaba ir a su encuentro. Su lazo tiraba horrores y lo único que veía, al igual que su hermano, era su Alfa.

Jungkook. Jungkook. Jungkook.

Su piel ardía y su cuello picaba. El eucalipto se impregnaba en su nariz y lo necesitaba ya.
Pero cayó de repente cuando alguien le detuvo por la pierna, haciendo que su cuerpo cayera de bruces al suelo.
Jeon Suk estaba con la cara ensangrentada, arrastrándose por el cuerpo del Omega. Sus ojos eran azules y su aroma era asqueroso.
Jimin comenzó a patear y tratar de huir. Desesperado cuando vio a su Alfa ser atacado por una masa de guardias de seguridad a quienes pronto se le unirían la policía si esto seguía yéndose de las manos.

TaeHyung había agarrado el martillo del juez, que estaba temblando en el suelo, y comenzó a pegarle en la cabeza a cada refuerzo que iba apareciendo. Los sicarios les habían llamado y Hoseok trató de detenerlos, pero cuando Chanyeol apareció por la puerta, supo que esa era una batalla que debía pelear por Jungkook.

Era un caos.

Pero cuando el primer disparo se oyó, Jimin sintió el pánico correr dentro de sus venas. El verdadero horror.
La garras del viejo se habían clavado en sus pantorrillas por lo que gritó de dolor. Aquel sujeto estaba con los instintos a flor de piel pero Jimin sabía que no podía transformarse en animal, por lo que se retorció, enroscando sus pantorrillas al rededor del cuello de Jeon Suk y comenzó a asfixiarle. Kwan tenía razón cuando le obligaba a fortalecer sus piernas.

Giró la vista y vio a su lobo luchar contra menos guardias, mientras usaba el cuerpo caído de uno sobre su espalda como escudo contra las balas. No iba a aguantar mucho mas.

Jimin se acercó a la cara del sujeto que tenía entre sus piernas haciendo un abdominal y le dio un codazo con toda la fuerza que pudo reunir en el estado en el que se encontraba.

_¡Hij...de...ta!- gritó como pudo Suk, respirando exageradamente cuando el pelirosado le soltó y su labio se partió en dos.

Jimin, en menos de tres segundos, se levantó. Corriendo hacia su Alfa.

_¡Jungkook!- gritó, casi arrojándose.
El lobo esquivó al último guardia y corrió, lastimado, al encuentro con su Omega.

Cuando Jimin tocó el pelaje de Jungkook, se desmayó.

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A los golpes [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora