40.En la boca del lobo;segunda perspectiva

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_Se fue a entrenar, mamá. Tranquila.

Pero aquel tirón que ambos habían sentido en el pecho les seguía preocupando. TaeHyung se estaba preparando para la llegada de su Alfa y había sentido el lazo de su hermano tirar más fuerte que nunca.
Pero luego, no sintió nada más. Fue como un pequeño tirón dentro de su pecho, por lo que no se preocupó demasiado al sentir la paz luego. La mochila con las vendas no estaban por lo que de seguro Jimin se había ido a entrenar más temprano o a correr. Desde que tenía un poco más de tiempo había comenzado a hacer eso, según él, para relajarse y repasar los últimos temas de estudio. Aunque le era difícil porque debía fijarse al doblar cada esquina por cualquier Alfa acechando.

Por las dudas, Tae le había dejado un par de mensajes desde el celular de su madre, pero no tuvo tiempo a revisar porque el aroma del Alfa le llegó a las fosas nasales desde el otro lado de la puerta, guiándole como las abejas a la miel hacia su destino. Se había colocado su mejor pantalón, el cual simplemente era un Jean, con su mejor camisa negra. Pecho descubierto hasta el segundo botón y sus zapatillas de tela. Su cabello tenia un poco de gel y utilizó la muestra de perfume que se había llevado del supermercado.

_Tae- habló su madre desde la habitación, quien ya había cenado lo que el pequeño le había preparado. El castaño se acercó y le dejó un beso en la frente y la abrazó, casi elevándola por los aires. Aún así, su madre extendió mucho más su abrazo, susurrándole que se cuidara y que fuera precavido.

Primer alerta.

Cuando la fría brisa le tocó la cara pudo comprobar que estaba caliente, casi hirviendo. Sentía los nervios a flor de piel y el sudor amenazaba con aparecer.
Pero allí estaba, después de todo. En el Jaguar X azul oscuro. La férula del brazo ya no estaba por lo que podía manejar tranquilamente. Habría sido vergonzoso que su hermano tuviera que llevarle a su primera cita.

Cuando subió, le dejó un pequeño beso a su novio y se colocó el cinturón.

_¿Dónde vamos a cenar?

_¿Ansioso?

_Mucho. Nunca me habían llevado a comer, never ever.

_So, take it easy, babe.

Tae se quedó pensando por unos segundos, mientras hacía un rápido escaneo a su Alfa, que estaba sexymente vestido de camisa azul marino y Jean oscuro con un gigante cinturón que le volvía loco.

_Although, it's my first time, i will...¿be? calm down .

Su inglés estaba obsoleto pero todavía podía entablar una conversación. Jimin había comenzado a enseñarle un poco de francés pero ese si no lo recordaba ni un poco. Aún esperaba el día en que su hermano volviera a hablarle en miles de idiomas.
Y allí se encontraba la culpa otra vez abrumándole; dejando atrás la felicidad que había estado sintiendo desde que vio a su Alfa.
¿Jimin le había contestado los mensajes? Ni siquiera se había fijado, y ahora ya no tenía como.

Hoseok se detuvo en frente de un restaurante un poco pequeño para lo que había pensado el castaño, pero parecía cálido. Seguramente Hoseok lo había preferido así para que su pareja se sintiera más cómoda. Se quitó el cinturón y miró a su Omega.

_¿Estás bien, Tae?- le preguntó, colocando un mechón rebelde detrás de su oreja. Había sentido todo el mar de emosiones dentro suyo también, por lo que se preocupó. Su Omega risueño e inocente estaba abrumado y no sabía el por qué.

_Sí, Hobi. Solo...pensaba sobre el pasado.

El pelirrojo quería ayudarle, pero no sabía como. Era imposible cambiar el pasado de su pareja, por lo que se propuso cambiar su futuro. Se acercó al pequeño y chocó sus frentes, mirándole directo a sus ojos. Los de ambos estaban azules, los del Alfa, marino y los del Omega, cielo.
Sus aromas se hicieron fuertes y sus cuerpos irradiaban llamas. Estaban ellos dos, sólos. La gente no pasaba por sus alrededores y la ciudad no emitía ruido alguno.
El Omega aullaba y el Alfa respondía. Ambos cantando a la luz de aquella luna llena que se asomaba en lo alto.
Mientras sus corazones se asomaban igualmente, dentro de sus pechos.
Suspiraron y el pelirrojo habló, mientras sin despegarse tomó la nuca de Tae, como si estuviera diciéndole que no se fuera.

A los golpes [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora