23. Dinero.

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Jungkook dobló la esquina y frenó media calle después, justo en frente de la casa de Jimin. Era demasiado tarde y el menor debía trabajar a primera hora. Bueno, eso quería seguir aparentando en su hogar. Jimin planeaba seguir con la mentira de entrar tarde una semana y luego iría viendo sobre la marcha.
Ni siquiera sabía el motivo exacto del recorte ni le habían enviado una carta doscumento o algo parecido.
Simplemente porque aprovechaban que era un Omega, joven y soltero, sin "dueño" ¿Cómo iba a quejarse un Omega?¿Siquiera podían pensar por sí mismos? La respuesta hubiera sido sí de parte de cualquier Alfa en la sociedad actual.

_Ten-le dijo Jungkook, sacándole de sus pensamientos y entregándole un sobre a Jimin. Uno grueso. El pelirosado frunció el ceño y lo tomó, desconcertado. Le estudió y preguntó a Jungkook lo que era- Es tu premio, Jimin. Como sabrás, fui invicto por mucho tiempo y sé mas que nadie que se necesita una cuenta para transferir el dinero. Por mas ilegal que sea todo, con el dinero son bastantes pulcros.

_Yo no tengo una.

Jungkook le miro apenado.

_Claro que no Jimin pero...- paró de hablar de repente y miró hacia el frente de la calle, en plena obscuridad. Su reloj marcaba las 2:35 de la madrugada. Tenía en claro que posiblemente Jimin ni siquiera tuviera la identificación en orden ni ninguno de sus papeles como ciudadano, todo por ser un Omega sin un Alfa como padre, o sólo por el hecho de ser un Omega hombre.

_¿Pero?

_Ellos transfirieron el dinero a mi cuenta.

Jimin abrió los ojos de par en par y le miró sosprendido.

_¿Qué?¿Por qué?

_No iban a permitir que un Omega sin pareja ganara la competencia, Jimin. Ten en cuenta eso. Tú sabes que tipo de gente va allí y son todos unos idiotas sin cuidado. Me dijeron "_Podemos darte los datos, campeón. Ve a darle su merecido"

El pelirosado miró con odio el camino y apretó los puños, haciéndolos blancos por la presión. Odiaba todo. Odiaba todo el sistema y a toda la gente discriminadora. Era un Omega, sí. Pero también era una persona que se esfuerza y sacrifica para que luego se tomen su esfuerzo por el culo. Estaba rojo de ira pero por dentro tenía ese sentimiento de pena al saber que no iba a poder cambiar el mundo nunca. Su madre seguiría en la penumbra y su hermano tendría su mismo destino. Joder ¡Jungkook tenía su dinero! Pero se lo había dado, y eso le demostró a Jimin que no estaba del todo perdido. Giró su rostro para ver el del Alfa observándole, viéndole como si tratara de disculparse con la mirada, por más que no era su culpa. Y no lo era, para nada.

_Tu pago está ahí también, así que...puedes volver a tu casa. Disculpame por distraerte tan tarde.

_Descuida, Jungkook. No te hagas problemas, mañana después del trabajo sin no precisas de mis servicios iré a comprar comida para los próximos seis meses y los libros de Tae. Sin ti no hubiese tenido el dinero nunca, así que sin disculpas por ahora, ¿Vale?

¿Así que ahora somos amables?

Jungkook miraba con cariño a Jimin. En lo poco que lo conocía siendo sincero con él, se había dado cuenta de lo poco egoísta que era. De hecho, definitivamente Jimin no tenía ni una pizca de egocentrismo corriendo por sus venas. Una cosa era conocer su lobo, y otra era conocer a Jimin. Los lobos parecían estar cómodos; como si se amaran de las vidas pasadas, pero Jungkook y Jimin se estaban conociendo.
El pelirosado le había tranqulizado, había quitado la preocupación de Jungkook sin siquiera emitir alguna queja por el cansancio y sueño que tenía.

_Está bien, cachorro. Mañana no necesitaré tus servicios puesto que iré a entrenar y tener un par de juntas en la empresa. Quizás nos veremos.

A los golpes [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora