A los golpes [Kookmin]

26. Despertar

Sentía el rechazo de su hermano desde el interior del auto. Jungkook había tenido la decencia de conducir él para dejar a los hermanos hablar en paz. Estaban yendo a su casa por lo qué no debían preocuparse.
  El pequeño estaba del lado izquierdo, sentado con las piernas contra su pecho, sin cinturón. No quería tocar nada de allí, no quería pertenecer. Se sentía extraño entre tanto lujo y Jimin le entendía. Ninguno de los dos ni por asomo se hubiese imaginado alguna vez estar en un coche así. TaeHyung se sentía muy incómodo, pero era mas un sentimiento de incertidumbre al no saber en qué estaba metido su hermano. Tenía miedo.

_Tae...Jungkook, es un Alfa. Y entiendo todo lo que te he dicho y todo lo que hemos aprendido, pero créeme, no me está obligando a nada.

_Tú dijiste que eran escoria.

_Y lo son.

Jungkook carrapeó.

_Pero mira; Namjoon es un Alfa. Kwan lo es. Y Jungkook también.

_Pero Nam y Kwan son manada. Él- dijo apuntando con la cabeza al asiento del conductor- Es un extraño.

Y tenía un punto. Un verdadero punto ¿Cómo iba a explicarle a su hermano? Ni siquiera podía tener el consejo de su lobo porque aún no se había presentado. Era solamente TaeHyung, sin ningún instinto. Si estuviera manifestado, el lobo podría ayudarle a entender, al sentir el lazo de su hermano con el Alfa.
Pero por ahora, esa ayuda no era válida.

Jimin tendría que abordar las cosas desde otro lado.

_Dime, Tae,¿Qué sabes sobre las parejas destinadas?

El castaño abrió los ojos al igual que Tae. Al parecer ir al grano directamente era lo que iba a funcionar.

_Pues...sólo lo que nos contó la abuela. Dijo que era la forma en la que nuestros lobos se enlazaban sin darnos elección, porque sus almas fueron elegidas por la luna y se aman desde miles de años - murmuró lo último, viendo por la ventana. El barrio donde estaban entrando era totalmente nuevo para él, con calles limpias y casas grandes. No era nada parecido en donde vivían, con gente tirada en el piso y casas cayéndose a pedazos- Dice que es algo...es algo mágico, de algún modo.

Jungkook frenó el auto de golpe.

_¿Jimin?- dijo, mirando rapidamente a su Omega-¿Estás bien?

No lo estaba. Estaba llorando, estaba viendo cómo educó a su hermano,y se sentía mal. Le había prohibido muchas cosas sólo por su propio odio. No siempre las cosas eran así, y Jimin lo entendió con el tiempo. No había que encerrar a las personas, no había que clasificarlas.

_Tae...- murmuró, abrazándolo, cruzándose de asiento - Tu puedes pensar lo que tu quieras, hermanito. Tú puedes creer en quien tu quieras. Incluso si eres Alfa, no tienes que odiarte por serlo.
  El pequeño en brazos de Jimin sintió una puntada en su pecho y se largó a llorar. Jimin también la sintió e inclusive Jungkook. Algo estaba sucediendo, pero recién era el comienzo. Era una pequeña semilla que se había plantado.

_Jungkook es mi Alfa, Tae. Y es mi pareja destinada.

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Llegaron a la enorme mansión y Jungkook estacionó el auto.

_Entonces...¿Dices que sabes que mi hermano estaba llorando?- le preguntó el pequeño a Jungkook. No tardó mucho en asimilarlo, no tanto como Jimin, pues toda su vida había "odiado a los Alfas" por su hermano. Él no recordaba a su padre, y no estaba mal que no le odiara. Ni Jimin ni Hye podían obligarle.
Y allí estaba, bajando del auto del millonario Alfa de su hermano. Era algo de la generación Z el asimilar todo muy rápido.