A los golpes [Kookmin]

Epílogo

Pericia psicológica 001. Paciente: Park Jimin. Estado: Estable. Condición:Omega.

_Entonces, Jimin ¿Sientes que desde ese momento tu lobo toma el control?

_No realmente- contestó- Es como si...ahora fuésemos dos personas distintas, pero en mi cuerpo, ¿Sabe?

El especialista asintió, anotando mas datos en la agenda. Jimin odiaba someterse a este tipo de análisis, pero mejor que la cárcel lo era todo.

_Entonces, dime, ¿Tu lobo sigue hablándote?

_Oh, así es. En este momento puedo escucharle. Tiene total libertad ahora. Es como si...se hubiese vuelto mas fuerte.

Es un idiota, Jimin. A que está jugando al tres en línea en ese papel.

_Tengo entendido que anteriormente, no tenías ninguna relación con él, a causa de tu abusivo padre.

El pelirosado sintió la piel de gallina cuando aquel sujeto fue nombrado. Asintió, autoconvenciéndose de que su padre ya no podría hacerle mas daño sin su lobo.

_¿Sigues de acuerdo con lo que dictó la corte?

¡Como demonios estaríamos de acuerdo con la prisión preventiva!

_Creo que...mi padre está bien donde está. El geriátrico acomodará sus...piezas.

Mintió, pues eso no era lo que en verdad quería. Sabía que luego de su terapia para lobos Deltas, su padre sería el mismo Alfa que le arruinó la vida. No había tenido oportunidad de verle y TaeHyung no sabía nada al respecto, tampoco su madre. Era como quería mantenerlo. Un secreto bajo una alfombra sucia.

Ojalá se muera.

Sonrió, pues estaba de acuerdo con su lobo.

_Bien, entonces...- murmuró el especialista, buscando la siguiente pregunta en la lista que debía de seguir- ¿Cómo lo están llevando tú y Jungkook?

_Pues...- se rascó la oreja, desesperadamente. Era raro como desde su cambio había adoptado algunas actitudes animales. Sus sentidos se agudizaron aun más y sus ojos habían permanecido azules todo el tiempo al igual que los de Jungkook- es un poco dificil con...ya sabe, los guardias y los médicos rondando al rededor de nosotros a cada minuto. Quiero volver a mi trabajo y a mi vida normal.

Tú no quieres volver a la pobreza, Jimin.

Pero sí quiero mi libertad. Nuestra libertad.

El psicólogo asintió, anotando aún mas cosas en esa pesada agenda. Jimin deseaba arrancársela de las manos. Odiaba no saber lo que allí dentro decía.

_¿Quieres volver a tu trabajo? Pero si el estado te está pagando todos los gastos, tuyos y de tu familia.

_Pero no quiero sentirme como un animal de un puto zoológico. Aún no entiendo por qué pasó lo que pasó o como, pero así no es como lo averiguaremos. Se lo aseguro.

_Entonces, dices que quieres volver a tu rutina, ¿No es así?

Asintió.