Los meses fueron pasando, para Simba estos eran eternos, ya quería conocer a su pequeño hijo, mientras que para Nala parecieron haber volado, no podía creer que ya tendría a su cachorro entre sus patas. En ese momento el rey se encontraba fuera de la cueva, ansioso por poder pasar, quien se encontraba a su lado era su madre observando las vueltas y vueltas que su hijo daba al frente de la entrada de su hogar.
-Simba, tranquilízate, harás un hoyo en la roca de tatas vueltas que das.- rio ella, intentando tranquilizar al joven macho.
-Lo siento, madre. Estoy preocupado, Nala ha estado ahí dentro durante varios minutos y Rafiki no me ha llamado.- el pelirrojo volvió a donde su madre con preocupación.
-mi pequeño, no te preocupes, traer un cachorro al mundo no es cosa fácil y tú sabes que Nala es fuerte, estará bien, ya verás.- consoló la ex reina mientras acariciaba la cabeza de su hijo.
-gracias mamá, siempre tienes las palabras correctas.-
Ambos sonrieron, era una hermosa escena entre madre e hijo que lastimosamente fue interrumpida por el viejo mandril, Rafiki.
-disculpe, rey Simba, interrumpo algo.-
-no, nada importante Rafiki. Dime ¿Cómo está Nala? ¿Se encuentra bien? ¿Puedo entrar ya?-
-por supuesto majestad, puede pasar y la reina Nala se encuentra en perfectas condiciones.-
Simba sonrió ampliamente y no tardo en entrar, fue tanta su emoción que olvido agradecerle a su amigo.
...
Ya dentro de la cueva Simba se dirigió donde estaba su esposa, al verla esta se encontraba acostada, parecía cansada, ya que poseía los ojos cerrados. Sin embargo, él no podían ver a su primogénito y esto comenzó a inquietarlo, la leona al sentir la presencia de alguien abrió los ojos topándose con su amado león.
-oh, Hola Simba.- el nombrado le sonrió en respuesta.- ¿estabas preocupado?-
-solo un poco... pero dime, ¿Dónde está nuestro hijo?-
Ella sonrió, levanto su cabeza y descubrió al pequeño cachorro de león que yacía en sus patas delanteras. El primerizo padre al verlo quedó cautivado, era tan pequeño e indefenso que le llenaba de ternura, en apariencia era igual a él: poseía un pelaje dorado muy parecido al suyo y unos pequeños mechones de color café rojizo, sus ojos estaban serrados, pero algo le decía que eran rojizos como los de él.
-es precioso, Nala.- dijo Simba después de salir de su corto trance.- ¿Cómo lo llamaremos?-
-pues yo pensé en Kopa.-
-¿Kopa? Me gusta ¿Qué significa?-
La reciente madre lo miro sonriendo.-corazón...
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El rey león: la historia de tres hermanos.
FanfictionEsta historia trata de los hijos de Simba y Nala: Kopa, Kiara y Kion, y sus aventuras. Kopa de cachorro tuvo un accidente con algo o mejor dicho con alguien y tiene que regresar a casa. Kiara había conocido a alguien muy especial, pero su padre no a...