Capitulo 23: una noche con Kion y Fuli.

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Estaba preocupado por todo lo que había acontecido en esas pocas horas entre la tarde del día anterior hasta ahora, primero su hermana casi muere en un incendio, luego el forastero de nombre Kovu es aceptado por su padre para quedarse en Las Praderas, además con la guardia no habían encontrado nada inusual en aquellos pastizales quemados que quedaron y para colmo su hermana no se encontraba en casa desde la mañana.

Kion bufo de impotencia, ese león no le agradaba en lo más mínimo, estaba convencido de que él tenía algo que ver con el incendio, pero no podía culparle, no habían hallado nada esa mañana. 

Se levantó de su posición y descendió por la roca, daría un paseo para calmar sus pensamientos, después de todo ya estaba cayendo la noche y no tenía ninguna responsabilidad en esos momentos. Camino unos minutos, la calma de la noche y el tenue resplandor de las estrellas le ayudaban despejarse de todos esos pensamientos que iban y venían en su mente.

No se había percatado que terminó llegando a un claro en donde vislumbro una silueta familiar acostada sobre la hierba. Camino hasta estar cerca de ella y hablo:

–Hola, Fuli.– saludo este con una sutil sonrisa.

La felina levantó su vista con sorpresa, no se esperaba que su amigo estuviera allí.–Uh... hola, Kion.– un pequeño silencio se formó entre ambos.–¿Qué haces aquí?–

El macho tomó asiento al lado de su compañera.–intento despejarme.– contestó él con cierto cansancio en su voz, algo que no fue pasado por alto por la chita.–¿Qué hay de ti? ¿Qué haces aquí en esta noche?–

–Decidí venir a ver las estrellas, me agrada hacerlo de vez en cuando.– terminó ella volviendo su vista al cielo, el cual reflejaba una inmensidad de pequeños puntos luminosos que titilaban.

El de flequillo imitó la acción de la hembra.–¿puedo acompañarte?–

La chita curvó levemente los labios ante la petición de su amigo.–claro...– su voz sonó más melodiosa de lo que pensó y el macho sonrió ante la sensación de calma que esa palabra generó en sus oídos.

Unos segundos pasaron cuando Fuli volvió a hablar.–¿Y Kiara?–

A Kion se le revolvió el estómago ante la pregunta de su amiga, ciertamente no se la esperaba, pero no era tanto la pregunta lo que lo molestaba, sino más bien la respuesta.

Tomo aire y cerró los ojos por un momento, intentando así calmar la avalancha de emociones que se venía encima, una vez ya calmado decidió hablar.

–se fueron con Rafiki.– su voz salió gruesa, como molesta y la chita lo noto.

–¿se fueron? ¿Kovu está con ella?– cuestiono la manchada al no entender lo que su amigo decía.

–Sí.

Silencio. El macho seguía enojado con todo lo que estaba pasando, principalmente por tener al mismísimo hijo de Zira en Las Praderas y saber que su hermana estaba pasando tiempo con él sabiendo que no era seguro. Anteriormente, se había cuestionado si verdaderamente estaba enojado por eso o si se encontraba celoso por su hermana ¡No! ¡Se trataba de Kovu, hijo de Zira, no estaba celoso!

Su acompañante podía leer al león a través de sus ojos, sabía que algo le estaba molestando y estaba consciente de que ese algo tenía que ver con el león forastero del cual le comento esa tarde. Se sentó a su lado y lo vio directamente a los ojos.

El rey león: la historia de tres hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora