capitulo 17: Rafiki cura a Kion y el sueño de Kopa

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Kion por fin había logrado llegar hasta donde sus padres, los vio un par de metros atrás y decidió apurar el paso para poder pedirles ayuda, estaba agotado y jadeaba del cansancio. Una vez frente a ellos no pudo responder la pregunta que ambos le hicieron, se desplomó en el suelo de un golpe seco, se había desmayado.

Simba no pudo evitar alarmarse al ver a Kion en tal estado.-¡Ay, no, ay no! ¡Tengo que llamar a Rafiki!- decía este desesperado, parecía hiperventilar.

-No te alteres Simba, respira.- intento calmar Nala, estaba horrorizada por lo que le pasó a Kion, pero lo que menos necesitaba ahora era que su esposo también se desmayara.

-Nala, lleva a Kion hasta la cueva, yo iré por Rafiki.-dijo el desesperado, no podía controlarse.

La reina toma a su hijo del pellejo y se lo lleva, tal como el macho se lo había pedido. Mientras que el rey comienza a correr hasta el árbol donde vivía Rafiki, en esos momentos odiaba que aquel árbol se encontrara tan lejos de la Roca del Rey.

Llego muy agitado, ni siquiera se tomó el tiempo de subir a buscar a Rafiki.- ¡Rafiki, rápido! ¡Baja!- grito desde el suelo.

El nombrado se asomó por las ramas para divisar a Simba, quien lo había interrumpido con una de sus tantas pinturas.-¿Simba? ¿Qué sucede?-

-es Kion, está herido.-

El mandril abrió los ojos como platos.-¡Lo hubieras dicho antes! ¡Ahora bajo!- tomo algunas cuantas cosas que iba a necesitar y salto del árbol, cayendo sobre el lomo del león pelirrojo que ya no tardaba en salir corriendo nuevamente hasta la cueva real. Una vez allí, Nala y Kiara los esperaba impacientes fuera de la cueva. Rafiki baja de Simba y entra primero adentro para luego ser seguido por los tres restantes.

El amigo, consejero y curandero de la familia real examina al príncipe cuidadosamente antes de realizar cualquier cosa. Todos observan al mandril que se notaba concentrado, este, al percatarse de las miradas de los demás, dijo:-denme diez minutos.- Nala, Simba y Kiara aceptaron y salieron de la cueva para dejar a Rafiki trabar tranquilamente.

...

En un reino apartado de Las Praderas, tres leones, dos machos y una hembra, miraban las estrellas admirados.

*Bostezo*

-Ha sido un largo día, creo que iré a dormir.- dejo un joven león adolescentes de creciente melena café mientras se levantaba del suave césped.

-tienes razón Kopa, ya es tarde.- le sigue la hembra de pelaje oscuro.

-muy bien, vamos a dormir.-termino el mayor de los tres.

...

Mientras tanto, en Las Praderas, Rafiki por fin había terminado con Kion. Este limpio y puso algunos ungüentos que le ayudarían a aliviar el dolor y cicatrizar más rápidamente las heridas del pelirrojo, para después poder vendarlas. Al acabar juntó sus cosas y salió de la cueva, allí lo esperaban ambos reyes y la princesa, se notaban muy preocupados por el príncipe.

Kiara fue la primera en hablar, apenas vio salir al mandril.-¿Kion está bien?- pregunto rápidamente.

Rafiki le sonrió intentando calmar a la menor.-sí, él estará bien, no te preocupes. Pero deben esperar hasta mañana, está dormido.- esto último fue dirigido más para los reyes que para Kiara.

-entendemos, gracias por todo, Rafiki. Ve a descansar.- dijo Simba en un tono tranquilo.

El nombrado asintió agradecido, ya necesitaba un buen descanso luego de esa noche.-Oh, por poco y se me olvida, el príncipe Kion deberá guardar reposo por lo menos siete días, de lo contrario la herida no sanara adecuadamente y podría tardar más de la cuenta.- explico el mandril.

El rey león: la historia de tres hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora