Ya habían pasado los siete días que Rafiki le había ordenado a Kion que mantuviera el reposo y el joven cachorro estaba ansioso por salir de una vez por todas de aquella cueva en la que se encontraba y poder ver como andaban las cosas con la guardia del león, según su padre él se había hecho cargo de que todo funcionara adecuadamente mientras él se recuperaba.
–Mamá, ¿ya puedo salir a jugar?– preguntó el menor a su madre, quien se encontraba peinando su flequillo.
–Espera, Rafiki dijo que vendría a revisar como estás antes de que puedas salir.– le contesto su madre, y como si hubiese invocado al nombrado, el mandril apareció en la entrada de la cueva.
–Hola reina Nala y joven príncipe Kion, ¿cómo han estado?– saludo él con su característico tono de voz animado y alegre.
–Muy bien, Rafiki, gracias por preguntar.– respondió cortes la de ojos claros.
–¡Rafiki! ¿Ya puedo salir a patrullar?– preguntó el cachorro apresurado, ya no aguantaba estar encerrado.
Nala lo vio de mala manera ante tal falta de respeto, él lo noto y bajo sus orejas en forma de disculpa. Rafiki solo río por lo sucedido, era tierno ver a madre e hijo juntos después de todo.
–Pues veamos esas heridas, entonces, a ver si ya puedes salir.– comentó el mandril. Kion asintió y se acercó a él para que pudiera revisarlo, era impresionante como las cicatrices del pequeño habían disminuido de la última vez que lo vio. Preparo un tipo extraño de gel verde hecho de hojas y frutos que había traído para aplicarlo sobre las cicatrices de Kion, según el mandril, para que las cicatrices ya no se vean tanto. Luego de unos minutos retiro el gel del pelaje del felino.
–Y bien, Rafiki ¿ya estoy mejor?– cuestiono el pelirrojo entusiasmado.
–Así es Kion, ya puedes volver nuevamente a tus patrullajes con la guardia, solo no hagas nada brusco por algunos días.– respondió él.
–Está bien, puedo hacer eso.–
–Entonces ya terminamos, ya puedes volver a tus responsabilidades.– terminó el mandril recogiendo sus cosas.
–¡Genial! Gracias, Rafiki.– agradeció el cachorro. Miró a su madre para que esta le diera autorización de salir, la leona al entender solo asintió con la cabeza, Kion sonrió. –Nos vemos luego.– se despidió de ambos y corrió hasta salir de la cueva, bajando por la pendiente
El pelirrojo comenzó a trotar alegre, debía de juntar a la guardia para empezar el patrullaje, hace siete días que no sabía nada sobre Las Praderas, si es que las cosas estuvieron bien o hubo problemas con las hienas, lo único que sabía era que Fuli se había hecho cargo de liderar a la guardia por pedido de su padre y que todo estaba bien según él y Bunga. Sin embargo, quería disfrutar su "libertad" por un tiempo más antes de comenzar con sus obligaciones, comenzó a correr para gastar la energía acumulada que tenía y estirar las patas, un rato, llegaría hasta donde la bandada de Ono usualmente se encontraba para pedirle que reuniera a sus demás amigos. Iba muy perdido en sus pensamientos y no se dio cuenta de la nube de tierra que se aproximaba a él.
–¡Kion, cuidado!–
Muy tarde, él no reaccionó a tiempo y ella no pudo detenerse, ambos rodaron bruscamente por el suelo quedando uno sobre el otro, estaban tan cerca que sus narices se tocaron y el sonrojo que tenían en sus rostros superaba el color de la melena de Simba.
*Ay no, ay no, ay no* pensó la chita atónita al ver lo que había pasado, el león abajo de sus patas se veía igual o peor que ella en esos momentos. Rápidamente, se apartó de Kion aun con el sonrojo en sus mejillas y un nerviosismo que le recorría todo el cuerpo.
–Yo..., amm... perdóname Kion, digo, no te vi, iba demasiado rápido y yo...– hablo con dificultad, sentía que se le enredadas las palabras mientras las intentaba pronunciar.
–Está bien...– dijo él una vez ya con sus cuatro patas sobre el suelo, Fuli volvió su mirada a él, intentaba evitar ver los ojos del contrario hasta ese momento.–Fue... fue solo un accidente, no... no debes preocuparte por eso.– terminó el pelirrojo aun con sus mejillas levemente sonrojadas.
Ella sonrió y él le devolvió la sonría.–bueno... dejando esto de lado... ¿Cómo estás de tu herida? Veo que por fin te dejaron salir.– el cambio de tono de la felina fue tan repentino que Kion no pudo no asombrarse por ello.
–Eh... sí, Rafiki dijo que ya estoy curado y puedo comenzar con mis deberes.– explicó el cachorro.
Las risas de un tercero resonaron en los oídos de ambos felinos, provocando que girarán sus cabezas al pasto alto que estaba a un costado de ellos. Los dos tragaron saliva rogando que nadie viera lo que hace apenas unos minutos había pasado, pero tenían la pequeña desilusión de que no fue así.
Al acercarse vieron a Bunga tendido en el suelo riéndose a carcajadas.
–¿¡Bunga!?–dijeron ambos a la vez con cierto enfado, provocando que se vieran nuevamente y se sonrojaran levemente por el acto. –¿Qué haces aquí?– preguntó esta vez su amigo pelirrojo.
–¿Nos espías?– esta vez fue Fuli.
–No… No–dijo el tejón levantándose del suelo e intentando calmar su risa.–bueno, no así, jaja. Lo que pasa es que iba por gusanos y te vi Kion, me iba a acercar para saludarte, pero note a Fuli que venía a toda velocidad y... bueno creo que ya saben el resto.–Dicho esto último volvió a carcajear y no pudo evitar volver a reírse con todas sus fuerzas.
–Ya basta Bunga, no es gracioso.– intento hacerlo callar Kion.–pudimos salir lastimados.–
–Oh, vamos Kion, si es gracioso.–
Fuli bufo, ese tejón no cambiaría nunca. Kion notó el mal ánimo de Fuli así que decidió que sería mejor apartarla de Bunga.
–Ven Fuli, busquemos al resto de la guardia para empezar el patrullaje.–
–Bien.–
Ambos comenzaron a retirarse de la presencia de Bunga y una vez que el tejón no los pudiera escuchar, Kion hablo.– Gracias por reemplazarme estos siete días, Fuli.–
–amm, yo... de nada, supongo.– fue lo único que pudo decir la chita quien apartó la mirada.
Fin del capitulo de hoy.
Se los dedico a todos los que leen esta historia y que les gusta el KionxFuli, de verdad gracias 💞
Bueno nos vemos en otro capitulo y que pasen un lindo día🙋
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El rey león: la historia de tres hermanos.
FanfictionEsta historia trata de los hijos de Simba y Nala: Kopa, Kiara y Kion, y sus aventuras. Kopa de cachorro tuvo un accidente con algo o mejor dicho con alguien y tiene que regresar a casa. Kiara había conocido a alguien muy especial, pero su padre no a...