Amor entre libros (Malec)/DISPONIBLE EN FÍSICO

Extra III: Ciclos

Te quiero. Me has roto el corazón, pero era mío para darlo.
(Dos hombres y un niño, T.J.Klune)

El lunes me presenté temprano al trabajo, tal vez incluso demasiado temprano, pero no puedo con las ansias de verlo. Está en mis pensamientos día y noche, en mis sueños, en mis insomnios, en mis anhelos.

Estoy frente a la cafetera, sirviendo una gran taza, cuando siento su presencia. Algo cambia en el ambiente, dicen que hay es algo que se siente, tangible, algo que corta el aire, que cambia el sentido de todo...cuando esa persona está cerca.

Alexander Lightwood fue, es, y será mi persona siempre. Aunque yo no sea la suya.

Me giro lentamente, la taza aferrada en mis manos, fuerte, como si el mundo dependiera de eso. Trago con dificultad cuando su mirada se cruza con la mía, hay ojeras bajo esos hermosos ojos azules, su sonrisa se borra, su cuerpo se tensa, una de sus manos está empuñada, la abre lentamente y él se aferra al marco de la puerta.

—Lo siento. Pensé que no había nadie.

—Llegas temprano —prefiero ignorar la obviedad de que no me quería aquí, que no estamos en el mismo lugar porque quiera verme.

Duele. Duele como hace años dolió dejarlo ir.

—Sí, quiero hablar con Marga...

—No renuncies, por favor —no me hace falta que me lo diga, si hay alguien a quien aprendí a leer perfectamente, incluso entre líneas, ese es Alexander Lightwood.

Él me da una sonrisa torcida, una que duele incluso más que un golpe o palabras fuertes. —Hay cosas que son imposibles e inevitables también. Algún día volveríamos a encontrarnos, ¿cierto?

—No tienes que renunciar.

Él niega. Duda un momento, pero termina por acercarse, no a mí –me hago a un lado–, él se rinde ante el café.

No ha cambiado.

—No me refería a eso. Siempre supe que volveríamos a reencontrarnos. Era inevitable, ¿no lo crees? Siempre nos pasaba, incluso cuando estábamos separados, ¿te acuerdas? En la avenida, en aquel bar, en la calle detrás de Letras, siempre, aunque no quisiéramos encontrarnos, sucedía. ¿Por qué? ¿Destino? ¿Tú creías en el destino? O era karma, como aquellos amantes...

Siento mis ojos arder cuando recuerdo. Él entre mis brazos, una de aquellas noches, me miró de un modo extraño, demasiado serio, demasiado vulnerable, el azul de sus ojos mi perdición, mi adicción. ‹‹¿Crees en el destino?››

—A lo que iba —él sigue hablando, su vista fija en el café y no en mí—, sabía, que incluso si me mudaba al otro lado del mundo, nos íbamos a reencontrar. Me lo merezco, ¿no? La explicación que hace años me negaste cuando sólo te hiciste novio de Sibel, cuando tú y yo éramos ya... —se ríe, una risa que eriza mi piel, deja la taza de café sin haberlo probado siquiera—, era inevitable esto, pero no puedo, no estoy listo, y... Es imposible, Magnus. Pensé que podía, venir aquí cada día, como hace años hice en Letras, verte, recordar, y seguir mi camino, pero no puedo. Tal vez después. Te p-perdono.

Su voz se rompe y son mis lágrimas las que caen.

—No me perdones sin saber —mi mano se aferra a su brazo, no puedo dejarlo ir.

Él habla sin voltear. —No necesito saber, debiste tener tus razones. Realmente ya no importan. Quiero seguir mi vida, aquella que dejé en pausa por ti. Hoy te perdono, Magnus Bane. Déjame ir.

Y sé que no sólo se refiere a este momento.

Y yo no quiero dejarlo ir.

—No puedo dejarte ir. Déjame explicarte cómo sucedió... —él niega—, no renuncies, no todavía.

—¿Todavía?

—Hay un proyecto. Marga nos quiere a ambos. Si esta historia ha de terminar, me gustaría que fuera así. Ahí.

Sólo entonces me mira. Ambos ignoramos las lágrimas en nuestros ojos.

—¿Ahí?

—Es el aniversario del Colegio de San Agustín, nuestra preparatoria, nuestro inicio, ¿te acuerdas? Cerremos en ciclo donde empezó todo, hagamos el proyecto juntos, déjame explicarte, y si después quieres irte...voy a soltarte.

* * *

Magnus 💔💔

Sé que lo han odiado la mayor parte de la historia, pero ya entenderán 🙈

¡Y ese era el proyecto! Una buena forma de cerrar el ciclo y la historia: donde todo comenzó 😭❤