Más tarde o más temprano, se encuentran por la vida, las almas gemelas que nunca se olvidan y, aunque a veces tarden para estar unidas, aún se reconocen cuando ellas se miran.
Más tarde o más temprano e, irremediablemente, despiertan esas almas del sueño subconsciente. Entonces se dan cuenta del tiempo que han perdido buscando entre otros seres lo que nunca han tenido.
Más tarde o más temprano, quizás para que aprendan, se encuentran cara a cara, destapando sus vendas. Así, al descubrir que son almas iguales, aunque estén separadas, siguen siendo leales.
Y si por el destino que a veces es tan cruel, las dos almas gemelas no se pueden querer, pueden mirar al mundo con valentía y decir "Todo valió la pena" "Porque aprendí a vivir". (Soki)
(**capítulo especial)
Julio 2017:
El reloj marca las 6:00 am. Suena el despertador, pero no hace falta, hace ya rato que estoy despierto.
Siempre estoy despierto. El insomnio nunca me ha dejado, desde que era estudiante, hasta ahora.
Tengo algo importante que hacer hoy, así que no puedo simplemente quedarme en la cama mirando al techo.
Me siento, miró un momento la foto en el buró. Somos Magnus y yo, en su casa, en aquellas vacaciones que pasamos juntos...
Una gran sonrisa se instala en mi rostro cuando la tomo y voy hasta la cocina para preparar café.
—Buenos días, Magnus.
La veo un rato más mientras espero que el café esté listo. Nos vemos felices, grandes sonrisas, nuestros ojos brillan, nuestras manos están unidas, yo estoy prácticamente en su regazo, la foto está un poco movida porque habíamos puesto la cámara con temporizador y no nos decidíamos en cómo tomarla. ¿Un beso? No. ¿Sólo sentados? No. ¿Mirándonos uno al otro? No. Y, al final, él me había jalado en el último momento antes del clic. Yo salía sobre él, agarrando sus brazos, sonreíamos ampliamente aunque en realidad habíamos estado riendo como tontos después de que la foto se tomara.
Era perfecta.
La cafetera hace un ruido justo cuando siento algo en mis pies.
Es aquel gatito que Magnus me regaló en 2014.
—Hola tú —le digo con una sonrisa, me contesta con un maullido y luego se va a su tazón de comida.
Casi podría decir que mi vida es perfecta. Vivo solo, hace tiempo me independicé, hace ya dos años de mi graduación, me titulé y hoy voy a entregar mi avance de la autobiografía, llevo ya más de la mitad.
Veo a Jace y Arturo los fines de semana. Jace sigue estudiando, Arturo trabaja en lo que siempre le gustó: la música.
Isabelle me visita de vez en cuando...
Tengo una buena vida. No puedo quejarme, y, con suerte, hoy pueda decir que ya tengo el trabajo.
Me tomo sólo el café, regreso la foto a su lugar, rellenó el tazón de Presidente –Magnus lo había llamado así–, me ducho rápido, me visto, tomo mis documentos y salgo de casa.
Mi casa. Nuestra.
Manejo en silencio. Un silencio que no soporto mucho tiempo. Termino poniendo música.
La vida me odia. Se pone justo aquella selección de música: "Tú me cambiaste la vida", "Don't you worry child", "Labios rotos"... Y, para terminar, "Contigo" de Sabina:
Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí...
—Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren... —termino cantando la última estrofa, recordando aquella vez que él y yo cantamos, cuando nos habíamos reconciliado y me llevó a clases.
A Letras, nuestra Letras. Justo paso frente a la facultad unas cuadras antes de llegar a mi destino. El diario no está muy lejos de ahí.
Suspiro antes de tomar los documentos y salir.
—Deséame suerte —no sé exactamente a quién se lo digo.
Entro, caminando nervioso, hasta anunciarme con la secretaria de la jefa de redacción, aquella maldita mujer que me pidió la autobiografía porque ahí se demostraba qué estaba hecho...
—En un momento lo atiende, si gusta sentarse —me sonríe y me señala unos sillones.
Empiezo a ponerme nervioso. Ya había estado haciendo algunos trabajos para la editorial, pero nada importante, y no tenía el puesto permanente, hoy se había terminado el plazo y mi autobiografía no estaba terminada. No creía que fueran a contratarme, pero aquí estaba aun así.
Siento una mirada intensa y volteo. Es la sección de "Reportajes". Hace tiempo que la Editorial se fusionó con un Diario local. Sólo están divididos por cubículos de diferentes áreas, a veces los empleados de redacción trabajan con los reporteros...
Pero nadie ahí puede estarme viendo, es la primera vez que vengo en meses, y no conozco a nadie de reportajes...
Y, sin embargo, mi piel se eriza, un escalofrío me recorre, y recuerdo cuando Magnus me dijo: —Querido literato, yo he decidido ir a la terminal de Comunicaciones.
Letras tenía tres terminales –especialidades–, en último año: Estudios literarios, Lingüística, y Comunicaciones.
Yo elegí Estudios literarios. Un año después, él estaba en Comunicaciones.
Así que tal vez no era del todo cierto, yo tal vez conocía a alguien de "Reportajes", pero no de este diario...
Veo a alguien ponerse de pie dentro de aquel cubículo, mi corazón se acelera, y antes de que dé la cara, la secretaria habla: —Joven Lightwood, ya puede pasar.
Sonrío nervioso y no sé por qué. —Gracias.
Deben ser sólo los nervios por ver a la jefa.
—Alexander —ella me recibe con una amplia sonrisa que se borra cuando le digo que no terminé la autobiografía.
—¿Por qué?
—Era demasiado. O tal vez me excedí...
—Sólo tenías que escribir de estos últimos años, Alexander.
—Lo sé, pero...
—A ver, déjame leer lo último. He estado leyendo tus avances y me gusta, pero...
Se detiene y comienza a leer. No sé qué hacer mientras espero, no resisto que lean mis cosas frente a mí. El chico de reportajes esta ahora con la secretaria, estoy por salir cuando la mujer me detiene:
—Espera, Alexander. Esto me gusta. Te tengo una propuesta: me gustaría que entres en un puesto diferente, es nuevo, tendrías que estar en contacto con ambas áreas, redacción y reportajes...
Casi puedo imaginar mi cara. Mi boca sigue abierta. Quiero gritar. Ella ríe.
—Espera. Eso no es todo. Quiero... —golpea las hojas con su uña—, quiero publicar esto. Quiero que termines y sea la publicación de este año...
—¿Q-qué? P-pero... Pero eso sólo era una prueba...
Esa es Mi historia, mi vida.
—Sí, pero me gusta. ¿Qué dices? Acepta, por favor.
¿Qué diría Magnus de esto?
* * *
Para quienes estan leyendo por primera vez, cuando estaba escribiendo la historia muchos me pedían un capítulo del presente para saber si Magnus estaba vivo 😂, fue un capítulo especial, los demás siguen siendo la biografía de Alec. ¿Qué piensan que ha pasado con ellos, están juntos o no?
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Amor entre libros (Malec)/DISPONIBLE EN FÍSICO
FanficTERMINADA/DISPONIBLE EN FÍSICO» Alec es un simple chico que nunca se ha enamorado. ¿O tal vez sí? Aquella vez, durante la preparatoria, cuando conoció a un chico de esos que llaman la atención de todos, pero no se acercan a cualquiera, no son acce...