Como daba besos lentos, duraban más sus amores.
(Ramón Gómez De La Serna)
Nunca dejaré de preguntarme si, al enamorarnos, nos pasa a todos que un simple beso te hace sentir en las nubes. De verdad sentir que abandonas el piso, que tu alma abandona tu cuerpo, sentir como todo tu interior se vuelve loco, tu cuerpo se apaga, encendidas sólo aquellas partes que están en contacto con la persona que amas.Empezando por los labios que conectan las almas, tu piel ahí donde sus manos entran en contacto con tu cuerpo, los ojos, porque hay besos a ojos cerrados que sólo se sienten y besos sin dejar de mirar a la persona, perdiéndote en ella, en el reflejo del mismo amor que tu sientes, y no son incómodos, no con la persona correcta.
Podría parecer de ficción, de fantasía, pero yo lo tuve, tuve mi enamorado de cuento, el protagonista de mi historia. Y ese fue Magnus Bane. No hubo nadie antes y no lo habrá después.
"26 de abril, 2013:
—Bésame -mi voz sonaba urgida, necesitada, desesperada, y no me importó.
"En un beso, sabrás todo lo que he callado", decía Neruda.
Era así. Lo necesitaba. Todo en mí suplicaba por él, por tenerlo cerca, mi cuerpo lo necesitaba, mi corazón latía diferente sin él, mi alma se sentía incompleta. ¡Lo amaba! Y eso es el maldito amor, el de verdad, el que te lleva al cielo, pero también el que duele, que duele de verdad. Que te desgarra de a poco...
"Bésame hasta que me olvide de lo aterrado que estoy de todo lo que he hecho mal en mi vida", en palabras de Beau Taplin.
Mis manos seguían en sus hombros, lo jalaron hasta mí, una de las suyas se posó en mi cintura, la otra acarició una de mis mejillas y sus labios chocaron con los míos.
Mis ojos se cerraron en un primer momento, pude ver pequeños destellos explotando tras mis párpados, mientras todo en mi estómago daba vueltas. No me importaba que nos vieran, en ese momento me sentía como si fuéramos sólo dos en el mundo.
¡Lo había extrañado tanto! Lo necesitaba y no me di cuenta hasta que lo volví a tener entre mis brazos, boca a boca, piel con piel, latido a latido.
"Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción", Joaquín Sabina estaba en lo cierto.
Lo amaba y en ese beso me prometí nunca más soltarlo, no dejarlo ir. Desgraciadamente no vivimos de promesas...
Cuando nos separamos, sus ojos brillaban, felices, pero con lágrimas. Y su sonrisa iluminaba más que el sol, él era mi sol y yo la luna que vivía a expensas de su luz.
—¿Vuelves conmigo?
Junté mi frente con la suya, tratando de normalizar mi respiración, y, por primera vez en meses, reí feliz. Reí hasta que me dolió, hasta que un asentimiento de mi parte lo hizo acompañarme en mis risas.
"Voy a besarte ahora, y no sé si me detenga alguna vez", Jamie McGuire conocía definitivamente la sensación.
Yo hubiera querido no detenerme nunca. Mi vida ya dependía de él, no porque fuera un amor enfermizo u obsesivo, era, simplemente, que hay amores que se te meten en la piel, que se vuelven uno contigo, que te hacen creer que es verdad el Mito de Platón, que hay una mitad para todos en la vida y, de repente, entra alguien a la tuya que te desgarra para volver a unirse contigo.
Eso fue Magnus para mí. Y sólo una vez lo encuentras en la vida. Y algunos somos lo suficientemente tontos para dejarlo ir y después correr tras él, aunque no siempre a tiempo de alcanzarlo."
No fue nuestro "Vivieron felices por siempre", pero fue el inicio de buenos tiempos... Una etapa de las que no olvido, llena de sonrisas, de risas, de amor. Fueron capítulos de enamorados en nuestra historia. De esos que vale la pena recordar...
Ahora pienso que Elísabet Benavent tenía razón: "Los besos hay que darlos como si no hubiera mañana, como si ese beso que das fuera el último que se te permitiera", porque nunca sabes si habrá otro más...
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Amor entre libros (Malec)/DISPONIBLE EN FÍSICO
FanfictionTERMINADA/DISPONIBLE EN FÍSICO» Alec es un simple chico que nunca se ha enamorado. ¿O tal vez sí? Aquella vez, durante la preparatoria, cuando conoció a un chico de esos que llaman la atención de todos, pero no se acercan a cualquiera, no son acce...