Mi Vida, Mis Reglas Y Mi Jefe.

20.- New York

Estaba comoda entre las sabanas de la habitacion del Jet.... Esperen ¿¡ QUE!?

Me levanto sobresaltada, intente moverme pero el brazo de Nathan me detiene. Esta plácidamente dormido en el lado siguiente a mi.

Vuelvo a intenetar moverme pero solo me gano un pequeño quejido por parte de el. Oh vamos, quiero irme de esta cama.

Frustrada me vuelvo a tirar en la cama, miro el pequeño "techo" para pensar o dejar de hacerlo, después de todo no debe de ser tan malo estar durmiendo con Nathan.

Aunque no deberia importar, después de todo ya lo he hecho antes. Todavia recuerdo ese dia, ahi empezó el capricho de que es mi novio. Pero tambien recuedo que me moleste con el.

El recuerdo de el con la azafata viene a mi mente, siento la ira empezar a renar por mis venas. Vuelvo a levantarme pero con mas fuerza. Parecía o mejor era un perro, no me interesa si la tal azafata es su amante o lo que sea.

Si ella quiere jugar con el puesto de amante o perra, por ella bien pero yo no lo hare.  Me zafo de su agarre de manera   brusca y me levanto por el filo de la cama.

Me salgo de la habitacion, no de si lo desperte o no. La verdad no me importa.

- Esto no es posible.

Digo mientras observo mi celular, he dormido media hora, aun me quedan dos horas para llegar. Desgracia por que me persigues.

Me recoste en el asiento y trate de relajarme, a los minutos escuche que alguien se aproximaba.

-Señorita, ¿Desea que le siva algo?

Era la azafata de Nathan, de parte de ella no deseaba nada pero me moria de sed, literalmente, bueno no.

- Un te helado, por favor.

- Enseguida.

Ella se retiró, meneando exageradamente las caderas. No entiendo como algunas mujeres piensan que eso se ve lindo, para mi eso es asqueroso.

- Teresa, ¿Donde estabas?, me preocupe cuando no te vi en la cama.

Esa era la terrible voz de Nathan, queria decirle "jodete ¿Quieres?" Pero no le diria nada sería cortante, le haria guerra fría.

- No tenía por que quedarme.

- Si tenias, estaba ahi yo, aparte que queria dormir para cuando lleguemos a New York.

- Nada lo detiene, vaya a descansar.

- ¿Por que me tratas de usted?

- Asi se tratan los empleados con los jefes.

- Pero tu eres mas que eso.

- No, no lo es Joven Reyes.

El solto un suspiro frustrado, despues se sento en el asiento de alado. Vaya que podia ser terco, pero yo lo era mas. En ese momento  se acerco la azafata.

- Tome señorita, aqui esta su te helado.

Me lo acerco, con un asentimiento de cortesia le di las gracias. En ese momento creo que ella noto que Nathan estaba presente, trago saliva y puso ojos de coqueta.

- Nathi - ¿Nathi? Hasta nombre de cariño tienen - deseas algo.

- Nada, dulzura pero ya que insistes, me traes por favor un cafe, como me gustan por favor. - le guiño un ojo.

Señoras y señores Mr. Decaro en personas, hace casi menos de veinte minutos me habia insinuado que era su novia. Ahora se le va de coqueteo a la azafata.