Coming Home.

Día a día.

Cuando vine a este lugar jamás imaginé que lograría llegar tan lejos, sólo en mis sueños me encontraba lejos de mi familia, haciendo lo que más he amado en la vida y estando conforme con lo que he logrado y ahora estoy aquí, tengo mi propia casa a la que puedo llamar hogar, y una pequeña familia que decidió integrarme como a una más de ellos, mis vecinos de al lado.
San Diego, California es un lugar que me ha brindado todo lo que siempre soñé tener y más.

- ¡Es hora de desayunar!- Es lo que la pequeña Samanta me gritaba desde el patio trasero de nuestras casas, el cual hace 1 año está desrejado para, de alguna manera, conectar nuestros hogares.
- ¡Tía _____, Mamá quiere que vengas con nosotros antes de ir a trabajar!

No tenía planeado el desayunar el día de hoy, supongo que mi amiga, vecina y "familia", sabe que soy un desastre a la hora de comer y por eso es que se preocupa de mi bienestar a cada momento, parece mi madre, o más bien, lo que debería ser una madre.

-Buenos días, hermosa familia.- Al igual que todos los días que soy invitada a comer a casa de los Sanders, Lillian y sus dos hijos, Samanta y James me esperan con una sonrisa en el rostro junto a una cálida bienvenida ya que "Se siente bien poder estar con tía _____ cuando sólo podemos verla seguido en televisión" porque sí, trabajo como actriz en algunas series y películas que han estado recientemente al aire.

- Tenemos que aprovechar a la tía ____, ya que es muy talentosa y cuando su carrera crezca no podrá pasar mucho tiempo en casa.- explicaba Lillian a sus pequeños mientras servía una taza de leche a cada uno.

- Pero siempre viviré al lado de ustedes, si me extrañan demasiado pueden tocar la puerta de atrás y siempre los recibiré cuando esté en casa.

- ¡Tía ____ es la mejor!- James gritaba alzando la cuchara de su cereal sin dejar algún desastre en su desayuno.

Y ya era tiempo de ir a trabajar, me esperaba un largo día de grabación.