No soy el único que pierde la cabeza

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-Rupert.

-Dime...

Bostecé estirando mis brazos. Emma buscaba algo en el cajón de su mesa de noche.

-¿Qué necesitas, preciosa?

-Le prometí a Emily obsequiarle unos aretes para su cumpleaños hoy... Y no los encuentro, ayer los vi... ¿De casualidad tú no los has visto?

-Sí.

Ella cerró el cajón.

-Genial. ¿Dónde los puse?

-No te lo diré.

Tomé su cadera, acercándome a ella por detrás y sintiendo su cuerpo desnudo y perfecto contra el mío. Totalmente perfecto.

-¿Por qué no?-Protestó.

-Porque ahora mismo tenemos cosas más importantes para resolver. ¿Verdad?

Apoyé mis manos en su vientre y las subí hasta tomar sus pechos. Era increíble cuánto había cambiado su cuerpo por los niños... Y que fuera más perfecta así que cuando la conocí.

Ella gimió.

-Rupert...

-Emily duerme. Cuando se levante le daremos los aretes, ¿de acuerdo?

-Mmm... Está bien.

Jadeó mientras yo apoyaba mis palmas en sus pezones y los acariciaba en círculos.

-Debemos escoger dos nombres, amor.-Susurré.

-Ni lo pienses, no necesitamos más de ocho hijos.

-No lo dije para eso. Son nombres para ti.

-¿Para mí?

-Sí.

-¿Para qué quiero tantos nombres?

-Para tus pechos.

Ella soltó una carcajada bastante discreta. No quería despertar a toda la casa.

-Tú y tus ideas. ¿De qué serviría...?

-Fácil. Cuando hago cosas como esta...-Susurré en tono seductor masajeando sus pezones.-...Necesito decirte cosas que te exciten... Y eso podría ser una buena idea... Imagínate... En lugar de decir que quiero acariciarte diría que quiero acariciar a...

-Estás delirando.

Sonreí.

-De acuerdo, sugerencia descartada.

Rió otra vez. Adoraba el sonido de su risa.

Abracé su vientre y me pegué a su espalda desnuda. Quería pasar toda mi vida de esa forma, con ella, contando cada lunar y cada peca de su espalda bronceada.

Sonrió y se acurrucó contra mi pecho, besando mis manos con dulzura.

-Me gusta despertar así.-Dijo.

-Y a mí...

Enredé nuestras piernas y sentí que mi erección presionaba la parte baja de su espalda.

-He aprendido más de anatomía masculina contigo que en todos mis años de estudio.-Sonrió.-No debería haber perdido tiempo en eso, estar junto a ti es mejor.

-¿En qué sentido?-Besé su hombro y su cuello con amor, tomando sus manos y acariciándolas con mis pulgares.

-En todo sentido. Me encanta hacer el amor... Y que despertemos desnudos. Disfruto mucho acariciando cada parte de ti y observando y besando tu cuerpo perfecto.

Tropical [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora