Me convierto en cómplice del delito

1K 51 60
                                    

-Rupert, ayúdame.-Pidió Christina.

Acababa de llegar de la ciudad con provisiones nuevas, ya que muchas habían desaparecido.

-Voy.

Me acerqué y cargué las pesadas cajas hasta el depósito de insumos.

Ella se sentó en una silla junto a la entrada y suspiró con cansancio.

-Richard está muy preocupado.-Dijo con un suspiro.-Los suministros desaparecen misteriosamente. Las provisiones son muy caras y la mayoría las recibimos de donaciones que no son sencillas de conseguir.

-Lo sé.-Dije con un suspiro.-Ayer Emma y yo le ofrecimos dinero para comprar lo necesario, pero no lo aceptó. No comprendo qué fue lo que ocurrió con todo.

-Tampoco yo.

-Sé que muchos sospechan de mí.-Dije mirando a Christina con cautela.-Pero juro que no he sido yo. De verdad. No soy un ladrón.

Ella me miró y palmeó suavemente mi rodilla.

-Te creo. Pero creo también que soy la única que lo hace.

Radhi se acercó corriendo a nosotros. No lo había visto antes ese día. Acababa de llegar... Pero el jeep sólo viajaba al Campamento por la mañana...

-Hola.-Dijo jadeando con cansancio.

Revolví su cabello cariñosamente.

-Hola.

Christina oyó un grito y se puso de pie con preocupación.

-Es Richard. Iré a ver qué le ocurrió ahora.

Una vez que se fue, Radhi me miró. Parecía estar guardando un secreto, y eso nunca era bueno.

-Doctor Rupert.

-Dime.

-Tengo miedo.

Tomé sus antebrazos y lo senté sobre mi regazo. Sus ojos, siempre vivaces, se veían muy alterados.

-¿Por qué? ¿Qué pasó?

No respondió.

-Radhi, nunca te he visto tan preocupado. ¿Qué pasó aquí?

-Doctor Rupert...-Él me miró fijamente con una expresión que habría roto el corazón de cualquiera.-¿Sabe usted que mi hermano menor está muy enfermo?

Abrí los ojos con incredulidad. No tenía idea, pero me preocupaba que el pequeño decidiera comentármelo precisamente en ese momento.

-No.

-Zane está enfermo.-Repitió.-Va a morir. Oí a mamá y papá hablando sobre eso. Va a morir excepto que viajemos todos a China para que lo operen. Es lo único que puede salvarlo.

Se echó a llorar y me abrazó.

-Doctor Rupert, aquí matan a los ladrones. Yo... Necesito el dinero para mi hermanito...

Fruncí el ceño.

-Radhi, ¿de qué hablas?

Él sacó un atado de dinero de su bolsillo.

-Es del doctor Richard.

Las piezas del rompecabezas encajaron mágicamente. Con razón no había visto a Radhi durante la mañana si había estado robando... Nunca lo habría esperado de él, pero era un niño... Y...

Suspiré y me di cuenta de que no podía dejar de regañarlo. Quizás sus padres no sabían que había robado y alguien debía enseñarle.

-¡Radhi! ¿Has estado robando? Eso no se hace, está muy mal...

Tropical [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora