Mi familia no me echa de menos

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Estaba cenando pacíficamente cuando sonó el teléfono

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Estaba cenando pacíficamente cuando sonó el teléfono. Emma estaba en la ciudad buscando a Radhi, ya mucho mejor, y yo había pedido que me conectaran a la red de teléfonos internos para poder hacer una llamada de larga distancia a mi madre.

Llamé dos veces pero no respondió, y ahora me estaba llamando.

-Hola.-Atendí con un bostezo.

-¡Rupert! ¡Cuánta alegría oír que sigues vivo!

-¿Por qué no habría de estarlo?

-Llevas meses sin comunicarte.

-No es cierto.-Protesté.-Llamé hace un mes, más o menos. Antes de romper con Justine.

-¿Rompiste con Justine?

Oí un gran bullicio de fondo y hasta aplausos. Cierto. Los domingos mis padres se juntaban con mis hermanos y debían estar almorzando todos juntos, por la hora.

-Sí. No es todo. ¿Recuerdas a la chica que te mencioné?

-Cállense, no oigo a su hermano.-Dijo mamá para calmar el ruido.-¿Cómo decías?

-Que si recuerdas a la chica que te había mencionado. Emma.

-Sí.

-Estamos saliendo.

-¡Oh! ¿Es otra Justine? Por favor dime que no.

-No, no. Son muy diferentes. Física y mentalmente. Emma es comprensiva, divertida y amable. Te prometo que no es Justine. Es muy lista y tiene una gran relación con la gente. Te agradará. Vamos a mudarnos juntos cuando vuelva a Londres.

-Oh, hijo, me alegro por ti. Espero conocerla pronto. Te echamos de menos, ¿verdad?

Mis hermanos gritaron "No" al unísono. Oh, qué conmovedor amor de familia.

-Yo también te echo de menos.-Dije haciendo hincapié en el "te".-Dile a mis hermanos que se vayan al demonio.

-¡Rupert!-Me regañó ella.

Reí y oí un ruido en la puerta principal.

Me pregunté quién sería a aquellas horas.

-Te llamo luego, mamá, lo siento. Tengo visitas. Cuídate. Adiós.

-Adi...

Colgué y me acerqué a abrir con cuidado. Quizás era un doctor confundido de bungalow, porque en teoría no se podía dar vueltas por el Campamento a aquellas horas.

-¡Emma!-Exclamé con alegría al verla allí.

Ella sonrió.

-Acabo de regresar. Dejé a Radhi en su casa y cené con su familia. Entonces vine al Campamento y pensé en ti y en...

La besé sin darle tiempo a decir mucho más, y entró en la habitación trastabillando a causa del brusco beso.

Reímos y cerré la puerta con un puntapié.

Tropical [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora