El mundo se volvió demente

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"-Muero por quitarte la ropa de encima.

Ella sonrió y se acercó a mí, mis manos acercándose a su cuerpo cada vez más.

Nos miramos y la besé con furia. Su boca era mía y lo sabía.

Dejé que se apoyara de espaldas en la cama y comencé a desvestirla.

El proceso era un poco más complicado de lo que había supuesto.

Quería hacerle el amor en ese instante pero no podía dejar de pensar en lo caliente de la situación.

Jadeó al sentir mi boca sobre su cuello, buscando sus senos descubiertos y perfectos.

Nada de lo que pudiera soñar sería nunca tan especial.

Cerré los ojos y me entregué a los besos plenamente.

Nos tomó un poco más desnudarnos del todo, pero fue delicioso cuando al fin la tuve debajo de mí y me ubiqué entre sus piernas.

Un jadeo de ella alteró la temperatura del cuarto aún más. Me sentía en el mismísimo infierno.

Empujé entre sus piernas.

-Te amo, Rupert.

Besé su frente con una sonrisa.

-Te amo.

Sujetó mi cadera con sus rodillas y gemimos al mismo tiempo. Su cabello se pegaba a su rostro sudado. Lo aparté para besarla.

Delirando, tomó mis mejillas y me miró a los ojos.

-Siempre voy a amarte, Rupert.-Susurró.

-Y yo a ti, Emma..."

Desperté porque sentí un violento golpe en la frente.

Adolorido, me senté en la cama.

¿Qué demonios...?

-¡Sabía que estás enamorado de ella!-Me gritó alguien.

Froté mi frente golpeada.

Mi novia, Justine, me miró con furia.

-Sabía que estás enamorado de ella.

Ladeé la cabeza sin comprender.

-Hablas dormido, idiota. Y estabas teniendo un sueño caliente. Con ella.

Con Emma. Sí, era cierto.

-Justine, cálmate. No estoy enamorado, sólo...

-Sólo soñabas cómo hacerla tuya con fervor mientras le confesabas tu amor.

Estaba histérica. Traté de calmarla tomando sus antebrazos, avergonzado por lo que ella había oído, pero no lo logré.

Para empeorar todo, oímos una voz detrás de la puerta.

-¿Está todo bien? Oí gritos.-Preguntó Emma.

Justine había pasado la noche conmigo, aunque no habíamos hecho más que dormir, yo muy lejos de ella. Le había explicado que no funcionaría nuestra relación y me había dicho que hablaríamos por la mañana.

Justine se acercó y abrió la puerta con un gesto brusco.

Emma la miró sorprendida.

-¡¿Quieres saber qué pasa?! ¡El idiota de tu compañero está enamorado de ti! ¡O al menos sueña con tenerte en su cama! ¡Yo me largo! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a mí!-Me dijo señalándome con un dedo.-¡Y además, quiero que sepas que he estado saliendo con alguien más, incluso desde antes que vinieras! ¡Alguien que sí sabe complacer a una mujer en la cama!

Tropical [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora