Por conveniencia.

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-¡Marco! ¿Pero qué hiciste?-

-El se cayó solo, mamá, lo juro-

Empezaron a pelear él y su madre.

-¿Se encuentra bien su hijo?-

Preguntó uno de los músicos y probablemente ex futuros representantes de Marco.

-Se lastimó la mano, eh...disculpenos, no puede tocar así, tendremos que irnos ya-

Marco escuchó eso y se llenó aún más de miedo, por su culpa perdería su oportunidad de estudiar en Viena, tenía que arreglar lo que arruinó.

-¡No, esperen!-

Dijo alarmado, a lo cual captó la atención de todos incluso la de Miguel mientras bajaba las escaleras.

-!Podemos tocar juntos! Me refiero, usaremos nuestras manos buenas-

-Ay por favor Marco, no sigas con...-

Miguel tuvo que interrumpirla.

-Podría funcionar-

-¿Están seguros de eso?-

-Preguntó uno de los músicos.

-Seguro, por supuesto si el quiere-

Dijo Marco con aires de grandeza hacia él mismo, pues efectivamente, sólo estaba pensando en salvarse a él mismo.

-A ver, ¿Cómo se supone que van a hacerlo?-

-Así...-

El charro azul tomó la guitarra y mientras la tuvo en sus manos se sentía poderoso, como si fuera el mismísimo Ernesto de la Cruz siendo el mejor músico de todos los tiempos, se le subió el ego hasta las nubes.

-Hey...¿Marco?-

Su mamá lo hizo poner los pies en la tierra otra vez, a lo cual su hijo respondió despectivamente.

-¡Osh! Mira, así-

Dirigió la guitarra hacia Miguel.

-Tomala de ese lado, yo de este mientras la sostengo de este lado, y listo-

Expectativa
Miguel y Marco muy felices tocando la guitarra.

Realidad
Miguel y Marco mantenían la distancia y se miraban de una manera poco amable.

-Espera, ¿Creés que vaya a funcionar?-

-Por supuesto que va a funcionar, sólo no lo eches a perder, ¿okay?-

-¿Ok-ay?-

Ignoraba el significado, aunque su compañero lo interpretó como "okay no estoy seguro" pero en fin, ellos se sabían esa canción de memoria así que tal vez funcionaría así que subieron de nuevo al kiosco.

Se sentaron en una banca de madera que habían traído los encargados del evento. Ya era hora.

Miguel soltó un grito de Mariachi esta vez bien dado y no como hace un año, eso aturdio los oídos de Marco, lo cual era señal para tocar las cuerdas de su parte de la guitarra. Ahora ellos dos comenzaron a tocar al mismo tiempo, todo muy bien al parecer, Marco comenzó a cantar pero Miguel se le adelantó y lo terminó callando, el charro azul solo se veía serio y bajó la mirada para ver las cuerdas del instrumento.

Que el cielo no es azul
Ay mi amor
Que es rojo dices tú
Ay mi amor ay mi amor
Creo que piensas con los pies
Ay mi amor ay mi amor

Marco estaba siendo opacado, tenía que cantar sí o sí. Así que al volver a tocar sólo él, tomó el mando de la guitarra descaradamente y sin importar que lo estuvieran viendo y comenzó él a cantar.

Tu me traes un poco loco
Un poquititito loco
Estoy adivinando que quieres y pa' cuando
Y así estoy celebrando
Que me he vuelto un poco loco

Eso molestó a Miguel, quien tomó parte de la guitarra y comenzó a tocar la parte que le correspondía haciendo a un lado la mano de Marco. Pero sus modos de tocar la guitarra no eran iguales, mientras Miguel tocaba emotivo y transmitiendo ganas de bailar, Marco tocaba como si se tratase de una guitarra eléctrica y todos hicieran un slam de golpes y empujones, tanto fue así que dejaban de coordinar poco a poco pero sin que nadie lo notase. Marco seguía cantando.

Chiflado tu me vuelves
Eso está un poco loco
Tu mente me despega

Moviéndose al son de la melodía, pero Miguel no estaba a ritmo todavía así que de vez en vez no sostenían bien la guitarra, sin embargo tenía que seguir cantando y expresando alegría.

Tu siempre con ideas

hasta que se dio cuenta de que en verdad aún seguían forcejeando con la guitarra, se veían uno al otro con cierta rabia.

Con mi cabeza juegas
Todo es un poco loco

Cantaron al mismo tiempo y después de eso Miguel gritaba como mariachi así como hace un año, Marco sólo lo veía rato mientras el seguía la canción.

Todo es un poco loco
Con mi cabeza juegas (x4)

¡Un poquitititititititititititito loco!

Y al mismo tiempo coordinaron de nuevo para cerrar de manera épica el gran evento con sus hermosas voces solfeando hasta que parecía que se desvanecían.

Todo el mundo aplaudió, pidiendo más con aplausos, vítores y silbidos.

Miguel después de agradecer a todo su público le arrebató su guitarra a Marco.

-Estuvo genial, pero ni creas que eso repone lo que me hiciste en la mano-

Dijo Miguel a manera de agradecimiento pero sin olvidar ciertos asuntos.

-¿Hmm, de qué hablas? Tu te tropezaste solito-

-Ambos sabemos lo que en verdad pasó, así que no me vengas con...-

-Mira, estoy muy cansado y si sigues sólo conseguirás disgustarme más. Nos vemos, Miguel Rivera-

Marco le sonrió de manera maléfica, poco amable, como si le hubiera declarado la guerra. A veces se comporta como todo un caballero, o como un niño mamón, o un niño mimado y altanero. Así que bajó las escaleras, se fue con su mamá junto con el par de músicos hasta perderse entre la multitud.

-Adiós...Marco-

Todos se fueron a casa, pero Miguel no dejaba de pensar en el charro azul, y aún no podía creer que se tratara de el tataranieto de Ernesto de la Cruz.

No sabía lo que quería, si quería humillarlo solamente, si quería venganza, si sólo era una advertencia o una manera de decirle que lo haría polvo con su gran talento.

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Esto desatará la tercer guerra mundial c:

Entre Notas Musicales || Coco || Marco de la Cruz x Miguel RiveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora