Narra Miguel.
Esto está mal, o ¿Quizás no? Sin darme cuenta siempre había querido estar cerca de él, desde el momento en que lo vi por primera vez en la plaza incluso desde el primer instante en que oí las poderosas notas que hacía sonar con su inconmensurable talento con las manos, si, con esas manos...y su voz tan angelical como su misma imagen puso un antes y un después en mi vida, ¿Será por eso que quise ser su amigo? ¿O es el simple hecho de que su mente está hueca y por eso me da lástima? No, nunca haría una amistad por eso.
Entonces ¿Qué chingaos pasa? Acaso...¿Me gusta? Bueno, digo, me gusta como toca la guitarra, y el piano...con ese sentimiento tan profundo...oh, benditas melodías que llenan de regocijo mi alma. Hay algo en él que me llama la atención además de eso, pero no puedo explicarlo, algo que me hace ignorar todas sus amenazas, sus insultos y sus ideales clasistas.
¿Serán esos ojos dorados como la luz del sol al amanecer? Aquellos que me deslumbran al mirarme, ¿Será su expresión y pasión por la música la que me invita a probar las dulces mieles del arte en general? Si ha de ser así, me gustaría que fuera con él.
¿Será esa extraña forma que tiene de sonreír y reír? No lo sé, pero a mi me parece algo fuera de este mundo, pareciera que nunca lo había hecho antes, como si le costara trabajo, sin embargo, me gusta verlo así, después de todo, de tantas cosas malas, al fin algo lo hizo sentir bien.
Ha pasado cada vez más tiempo, y ya no puedo controlarme, tengo que decírselo a alguien.
Narrador
-¿Mamá?-
-¿Si Miguel?-
Como ella fue quien lo ayudó y aconsejó para ganarse la amistad de Marco, tal vez pensó que sería una buena idea, pero no podía decirle todo.
-Eh mira, hay algo que quiero decirte-
Pero se ponía nervioso pues no quería que sospechara, al menos no todavía.
-¿Qué cosa, hijo?-
Decía su mamá mientras lavaba la cacerolas grandes de la comida.
-Pues verás, me, me gusta alguien pero no s-se cómo decírselo-
-Ay hijo creces tan rápido, ¿Quién es la afortunada?-
Dijo su madre alzando las cejas para ponerle más intensidad a la situación.
-Ay bu-bueno es es de la escuela y, eh-
-ah bueno y ¿Qué tal se llevan? ¿Son muy buenos amigos?-
-E-en cierta forma-
-Entonces no debe ser tan difícil, mira, lo que a una mujer le gusta es que seas valiente, y no me refiero a agarrarse a golpes con el primero con el que te topes, hablo de valentía que conlleva confesarle tus sentimientos-
Miguel se ponía muy mal porque si supieran que no es de una mujer de quien se trata le iría como en feria.
-¿Cómo hago eso?-
Preguntó nervioso.
-¿Qué tal con un ramo de flores?-
-¡¿Flores mamá?!-
Narra Miguel
Pero eso es de geis, espera, ¡no puede ser! Yo no, sólo, sólo me gusta Marco.
Narrador.
-Pues sí, Miguel A menos que quieras darle un racimo de uvas-
Respondió su mamá sarcasticamente con una sonrisa.
-Pero, me veré como un tonto-
-Las flores tienen diferentes significados, e incluso la cantidad, que sea algo pequeño para empezar, con una sola está bien, si es que no quieres llamar mucho la atención-
-Tal vez sea ah...buena idea-
Miguel acaba de convencerse a sí mismo que estaba dispuesto a confesarle a Marco lo que sentía.
Después de una amplia conversación de botánica filosófica, Miguel estaba planeando todo, no quería algo muy formal pues tenía miedo de que todo se fuera al diablo si lo rechazaba, además era la primera vez que se confesaba a alguien, aunque le gustara una que otra niña tiempo antes, nunca se había animado a decir nada, pero esto lo carcomia más que otras ocasiones.
Al día siguiente, desde el momento en que se levantó de la cama sentía una especie de ansiedad en el pecho, que le indicaba que mientras pasaban las horas estaría más próximo a ver a su amor platónico.
Consiguió la flor más bonita que había visto en el mercado, no se sentía juzgado por nadie, la conservaba muy bien, pero ¿Cómo iba a ocultarla hasta el momento adecuado? Pues decidió ser más original, según él, así que la colocó en su libreta y la cerró.
Cuando estaba en su salón de clases vio a Marco llegar y sentarse a un lado de él igual que siempre. Continuaron con sus conversaciones habituales, sólo que Miguel actuaba de manera distinta, pues estaba más distraído y su hablar era un poco torpe, se petrificaba ante el contacto físico que tenía con Marco, el simplemente tomarlo del brazo, sacudir su cabello, todo eso lo hacían pensar que hasta la cantidad de las infinitas galaxias habidas y por haber podría existir una mínima posibilidad de que Marco no lo recharaza y lo humillara.
Narra Miguel
No te asustes Miguel, él cambió, no va a matarte cuando se entere, tranquilo.
Narrador
Marco nunca sospechó nada, pues ya estaba acostumbrado a tener que lidiar con las misteriosas actitudes de Miguel.
Al terminar las clases, Miguel se portó un tanto serio, algo que su amigo si alcanzó a notar pero no le dio importancia, a la vez en la que prefirió no dirigirle la palabra para evitar una confusión al no saber qué rayos le estaba tratando de decir.
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Entre Notas Musicales || Coco || Marco de la Cruz x Miguel Rivera
FanfictionDel odio al amor sólo hay un paso. Después de darle crédito al verdadero mejor músico de todo México, Héctor Rivera, la reputación de Ernesto de la Cruz en el mundo de los muertos se fue en picada, incluyendo la de su lejana familia en el mundo de...