La verdad.

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Y durante varias semanas, ellos llevaban su relación bastante bien, no pasaba de tomarse de la mano cuando no había nadie, de besos en la mejilla de vez en cuando, muchos abrazos, más contacto físico, nadie sospechaba nada, Miguel tenía que entrar en confianza para adaptarse a su nueva relación al igual que Marco. Quien, cuando se encontraba completamente solo, su culpa lo invadía.

Un día, después de una corta jornada en la secundaria, que más bien les parecía una eternidad.

-¿Vienes a mi casa? Creo que es momento de decirte algo acerca de ese problema-

Miguel insistía. Ya que el problema siempre era evadido, pero decidió tomar las riendas en el asunto.

-Ah...claro-

Dijo Marco un poco serio.

-Bueno, ¡vámonos!-

Trató de animarlo, se fueron en bicicleta hasta casa, de nuevo volvieron a reír. Llegaron, pero Marco se sentía más nervioso de lo normal.

-Ven, necesitaba que vieras esto...-

Miguel lo condujo a una sala a un lado de la casa.

-¿De qué se trata?-

-Cuando no quisiste leer las cartas, no volví a tocar el tema, dejé eso de lado para no hostigarte, hasta que en el hospital te disculpaste por todo pero, quisiera que vieras esto,quisiera que supieras que siempre he sido honesto contigo, anda, significaría mucho para mi-

Sonrió un poco, mientras le mostró en la pared, las cartas y poemas con más relevancia que Héctor Rivera le había enviado a su hija Socorro.

Marco leyó todas y cada una, solamente para quedar bien con Miguel, pero cada que terminaba de analizar, retomaba sentido. Cada vez se convencía más de que Ernesto no era el autor de las obras que tanto idolatraba, cada vez se convencía más de lo que tanto evitaba.

-Y por último eh...estaba guardando esto para el final-

Miguel pensó que Marco no le creería, sólo quiso corroborarlo completamente, así que, entre las cosas guardadas que en vida pertenecieron a su bisabuela, sacó con mucho respeto lo que a continuación mataría todo argumento en contra.

-¿Qué es eso?-

Su expresión no era de mucha alegría.

-Debí mostrarte esto hace mucho tiempo, y tal vez todo hubiera sido mejor desde el principio-

Habló Miguel mientras le mostró la fotografía que siempre ponen cada día de muertos en la ofrenda.

Marco vio entonces al tan aclamado Héctor con su guitarra a un lado de su esposa e hija.

-Él fue mi tatarabuelo, antes que conociera a...Ernesto, ya contaba con la misma guitarra que hace un tiempo volvió a donde pertenece-

Se notaba una sonrisa nostálgica por parte del pequeño Rivera.

-Contigo...-

Le respondió con la voz entrecortada, sentía un nudo en la garganta. Lo cual Miguel se dio cuenta de eso.

-Marco, yo...-

-Perdóname, ya me tengo que ir-

Entonces se dispuso a retirarse.

-¡Espera...!-

Miguel trató de detenerlo pero no supo cómo o qué hacer exactamente, sólo lo tomó del brazo.

-Yo sé que esto fue difícil para ti, Marco, pero pensé que eso ya lo habías olvidado-

-Es que...-

Entre Notas Musicales || Coco || Marco de la Cruz x Miguel RiveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora