Otra oportunidad.

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-Pero...-

-Ya te expliqué porqué-

-¿No quieres esa versión? Te daré otra, el año pasado viajé al mundo de los muertos pensando que Ernesto era mi tatarabuelo por una foto que vi también te la traeré si quieres, pero en fin supe que Ernesto había envenenado a Héctor, el mismo lo recordó y y cuando regresé, mi mamá Coco, me dijo que le había escrito cartas y poemas que no quisiste leer-

Miguel ya se había hartado de escuchar lo mismo todo el tiempo, así que había decidido soltar la sopa. Gran error pues durante esa pausa, Marco soltó una sola carcajada que lo dejó sin aire, aspiró aire y ahora se reía como loco, cerrando los ojos muy fuerte, casi llorando y con las manos sobre el abdomen de tanto dolor de estómago al reírse. Miguel sólo lo veía.

Pasaron cinco minutos y ya se estaba calmando, respiró profundo y exhaló, ya estaba mejor.

-Sigamos trabajando-

Miguel no dijo nada

Narra Miguel

¡Tonto, tonto, tonto!

Narrador

Abrió la puerta y entró después de él, Marco continuaba observando todo el cuarto.

-Tengo unos cuantos libros de historia, podemos empezar con...-

Y lo vio sentarse en su cama y luego puso las almohadas de respaldo.

-Ay, esto está cómodo, ¿Qué esperas? Tenemos que continuar con la investigación-

-Ah, claro claro-

Le pareció extraño, pero Marco lo hizo a propósito para demostrarle que podía hacer lo que quisiera incluso en la propia casa de Miguel y nada lo detendría.

Estudiaban, repasaban, anotaban, hasta terminar el borrador.

-¡Listo! Ahora sólo hay que pasarlo en limpio-

Dijo Miguel.

-Lo hacemos mañana-

-Está bien, de todos modos aún faltan unos días para entregarlo, y tenemos una hora libre antes de ir a la escuela de música-

Marco lo miró como "si, ajá, no me interesa" y cruzó los brazos detrás de la cabeza para acomodarse.

-Oye, acerca de lo que dije antes, olvidalo, ¿Si? No debí contártelo-

-¿Olvidar qué?-

Dándole a entender que lo que le dijo poco le importaba, al grado de que ya no lo recordaba.

-Ehh...nada-

Pasó la media hora, ya tenían que irse y ya estaban en la entrada de la casa.

-¡Hey, Miguel!-

Dijo su papá.

-¿Qué pasó?-

-Mira, al fin arreglamos tu bicicleta, ya te puedes ir a la escuela en ella-

-¡Ay al fin! ¡Muchas gracias papá!-

-De nada hijo, bueno, ya váyanse porque si no se les va a hacer tarde-

Dijo mientras se metía a la casa.

-Cierto, vámonos Marco, subete-

-Me voy caminando, adiós-

Y comenzó a caminar. Miguel se subió a la bicicleta y lo alcanzó.

-¿Seguro?-

Él no le dijo nada. Miguel lo acompañó todo el camino en bicicleta.

Entre Notas Musicales || Coco || Marco de la Cruz x Miguel RiveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora