Les recuerdo que la flor que Miguel le regaló a Marco no es una rosa de Guadalupe :^( es una gerbera :'v XD
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¿Cómo hacerlo entrar en confianza de nuevo sin distanciarse? Haciendo como que no pasó nada.
-Eh, oye, ¿Vas a hacer algo después de clases?-
Preguntó Marco con naturalidad.
-Eh ah y-yo es-s-te n-no nada-
Miguel se sorprendió un poco, pues su amigo hizo de lado ese tema, tal vez no quiso ponerlo nervioso, o le quiso hacer saber que lo que pasó no alteraría su amistad.
-¿Q-quieres venir a m-mi casa?-
Volvió a preguntar Miguel, sonreía mientras se tranquilizaba un poco.
-Si tu quieres-
-¡Ay! Obvio, sabes que mi casa también es tu casa-
-¿Nos vamos en la bici?-
-Si, claro-
Ambos compartieron sonrisas, pensando que al fin se había solucionado el problema sin tener que hablar de ello.
Mientras Marco manejaba la bicicleta de camino a casa de Miguel, quien le sugirió que tal vez podrían hacer otras cosas además de las que ya hacían, los juegos de niños son incontables.
Llegaban justo a la hora de la comida, Marco se volvió más servicial que antes.
-Permitame señora-
Dijo Marco llevando los platos para poner la mesa mientras Miguel le ayudaba a su mamá a hacer la comida.
-Ay mijo, me apena si tu eres nuestro invitado...deberías aprender de él, Miguel-
Dijo la señora Elena muy encantada por la nueva actitud de Marco, a lo cual Miguel sólo se confundió.
-Pero si yo recojo la mesa y lavo mi plato todo el tiempo, es más estoy haciendo la comida yo sólo...¿Me ayudas, Marco?-
-Si, ya voy-
Miguel tenía problemas pues no podía con cuatro flamas al mismo tiempo sin que se le pegara el arroz o se le quemara la sopa. De todos modos habían adultos supervisando.
Su mamá había apartado la vista un segundo para buscar dónde habían dejado la sal con ajo.
-Lo sabemos Miguel...-
Trayendola para sazonar la comida.
-Y así debe seguir toda la vida, debes aprender a hacer el quehacer y a cocinar para que no esperes a que una mujer te resuelva la vida, no quiero que dependas de nadie cuando yo muera-
Terminó de hablar.
-Miguel ese sarten está de lado, acomodalo porque no lo alcanzo-
Dijo su amigo, pero él no lo escuchó, estaba distraído.
-¿Y a qué viene todo eso, Luisa?-
Preguntó muy interesada la señora Elena por lo que mencionó su nuera anteriormente.
-¡Pues fíjate que hay una niña que trae a Miguel cacheteando la banqueta!-
Expresaba atrevimiento en cada palabra para molestar a Miguel, Marco escuchó aquella oración al mismo tiempo en el que Miguel dejó de lado el sarten y una gran flama de tamaño inconmensurable salió llenando casi ocupando la mitad de la cocina espantando a todos los que se encontraban ahí, los niños gritaban y las mujeres sólo se sobresaltaron.
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Entre Notas Musicales || Coco || Marco de la Cruz x Miguel Rivera
FanfictionDel odio al amor sólo hay un paso. Después de darle crédito al verdadero mejor músico de todo México, Héctor Rivera, la reputación de Ernesto de la Cruz en el mundo de los muertos se fue en picada, incluyendo la de su lejana familia en el mundo de...